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Una hinchada que ya está cansada

Por: Carlos Duclos

¿Que el gobierno nacional es un manojo de actitudes que no se condicen con aquello que necesita una sociedad para desarrollarse, quién lo duda? Toda una laya de palabras y acciones ponen al descubierto la soberbia, la inequidad, el disimulo cuando no la mentira, la hegemonía como principio y el diálogo como ausencia.

¿Son necesarios ejemplos? Recuérdese el menoscabo y la burla de la que fueron y siguen siendo destinatarios funcionarios de gestiones anteriores a la era K; las mentiras del nuevo Indec conducido por Moreno; la intolerancia a las opiniones distintas y a las críticas que determinaron, por caso, que el tradicional Tedeum del 25 de Mayo no se hiciera más en la Catedral Metropolitana en razón de las disputas con Bergoglio; la indiferencia ante el atropello de grandes empresas (como las telefónicas) a las que se les permitió y se les permite las mil y una exacciones. La lista de desaguisados cometidos por el gobierno y sus seguidores es larga.

¿Pero es que enfrente hay algo mejor? Todo indica que, salvo excepciones, en la oposición hay un enjambre de incapaces; advenedizos; enfermos por el poder que en el pasado han demostrado qué han hecho con él y lo siguen haciendo en el presente. Mauricio Macri: sin gloria durante su gestión, termina embarrado por su ineficiencia, ineficacia y burdo accionar con el espionaje telefónico. Lilita Carrió: la mística de las profecías y advertencias, sin planes y yéndose de un lugar político a otro, armando nuevas estructuras donde mejor le calce su altivez que no es mucho menor que aquella que le corresponde a los K. Felipe Solá: estuvo con Menem, con Duhalde, con Kirchner, fue gobernador de la provincia de Buenos Aires y la dejó asfixiada sin haber hecho nada. Gerardo Morales: crítico al mejor estilo Aníbal Fernández, con cierta delicadeza, pero nada más. Francisco de Narváez: un multimillonario que basó su campaña en una cuestión cara a los argentinos: la inseguridad. Supo utilizar muy bien esta veta. Habrá que ver cuáles proyectos presenta ahora. Por de pronto, en un disparate sin proporciones para un momento delicado de las instituciones, alentó el fantasma del juicio político para la presidenta ¿Habrá medido las consecuencias de semejantes palabras en el mundo de los inversores? El vicepresidente Cobos: planes, programas con visos de políticas de Estado no se le conocen, pero es presidenciable a partir de un voto que eventualmente benefició a la pulseada política entre el campo y el gobierno, pero que no sirvió para nada.

Hay otros dirigentes políticos en la escena con menor carga y son santafesinos. La verdad, y sin caer en parcialidades groseras, superan ampliamente a la propuesta que hoy ronda el escenario nacional. Guardan prudente silencio y es lo mejor que pueden hacer.

Una consultora de economía, recientemente y luego de realizar un estudio, propuso un ejercicio ocurrente: Argentina disputando el mundial de Economía. Y en ese marco, nuestro país sólo podría ganarle en su zona a Nigeria. Luego de estudios efectuados se llegó a la conclusión de que económicamente perdería con Grecia y con Corea y que ni remotamente llegaría a los octavos de finales.

Claro, es poco probable conseguir triunfos con Lilita en el arco, Cristina en el medio campo, Cleto en la delantera, las demás “estrellas” y Néstor conduciendo el equipo. Y mientras las derrotas se acumulan, la hinchada se muestra cansada y harta. No es para menos.

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