Ciudad

Una cerveza con sorpresa

Por Santiago Baraldi.- Un rosarino se encontró con un profiláctico en su envoltorio dentro de un porrón que compró en un minimarket de la zona sur. La botella está ahora en el despacho del juez Marcelo Quaglia.


Brian Maldonado fue al minimarket en Sarmiento y Juan Canals, en la zona sur de la ciudad, y compró un porrón bien frío de su cerveza preferida: Isenbeck. Volvió a su casa a disponerse a disfrutar de la bebida luego de una jornada de trabajo y cuando estaba por destaparla observó algo raro dentro del envase. La colocó a trasluz y vio el sobre cerrado de un preservativo marca Tulipán. Ahora, la botella está en el despacho del Juzgado Civil y Comercial Nº 14, a cargo del juez Marcelo Quaglia, y el abogado del cliente damnificado, Pablo Barceló, explicó a El Ciudadano que “presumimos dos posibilidades: una sería el sabotaje dentro de la misma empresa, y la otra tiene que ver con un incorrecto lavado de los envases reutilizados, un defecto en la higienización de las botellas, éstas son retornables, y la pudieron haber lavado mal”.

Barceló realizó un aseguramiento de prueba llevando la cerveza Isenbeck cerrada al Instituto Municipal del Alimento. “Para acreditar que el envase no ha sido violentado por mi cliente, para evitar que se especule que se quiera inventar un juicio. Por otra parte iniciamos una presentación de daños y perjuicios, lo que se llama por daño punitivo: apunta a sancionar la gravedad, la negligencia grosera en los actos por parte de las empresas elaboradoras de alimentos, cuando en algún punto tienen un alto desprecio por el consumidor, porque así como mi cliente se encontró con esto, se pudo haber encontrado con una rata, una cucaracha… Ese desprecio debe ser sancionado”, indicó Barceló.

La planta embotelladora de cerveza Isenbeck está ubicada en el kilómetro 89 de la autopista Rosario-Buenos Aires, en la localidad de Zárate. “Tuvimos contactos con la empresa, una mediación obligatoria con ellos y nos destrataron feamente, si yo fuera gerente de esa empresa lo primero que hago es pedir disculpas y máxime a una persona que apuesta a su marca, y esto no se dio. Por supuesto, Brian no abrió la botella y luego se hicieron todas las constataciones notariales y las denuncias respectivas. El preservativo estaba dentro del sobrecito, pegado contra una de las paredes de la botella. Hemos pedido un aseguramiento de prueba para que la botella quede secuestrada y lo que se reclama es por un daño moral. Esto tiene dos puntos. Uno tiene que ver con la gravedad que tiene no sólo para este consumidor, sino también quienes accedieron a esa bebida elaborada por la misma cadena de producción y que ni siquiera se enteraron. Cómo saber si el primero en la línea de producción hasta el último controlaron, si todas las botellas han estado bien lavadas”, aseveró.

Fuentes del Juzgado Civil y Comercial Nº 14, señalaron que primero el demandante realizó el aseguramiento de prueba y el viernes de la semana pasada ingresó la presentación de la demanda. En tanto, además de reclamar un requerimiento económico por daños y perjuicios, también exigirán “daños punitivos” que están contemplados en ley de Derechos del Consumidor de 2008.

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