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Un homicidio sin culpables

El crimen de un pibe de 16 años ultimado de un tiro en la nuca mientras huía de la Policía quedó impune. A seis años del hecho, los tres uniformados imputados en el hecho recibieron falta de mérito.

Por: Ana Laura Piccolo

El asesinato de un pibe de 16 años ultimado de un tiro en la nuca mientras huía de la Policía quedó impune. A seis años del hecho, los tres policías imputados en el homicidio recibieron falta de mérito, luego de que la jueza de Instrucción María Luisa Pérez Vara no hallara elementos probatorios para determinar quién lo mató, pese a que las tres armas reglamentarias fueron gatilladas y los uniformados asumieron haber “disparado al aire”. Es que la bala policial que impactó en la nuca del menor y le atravesó la cabeza “desapareció” de la escena del crimen. Su familia denunció desde un primer momento que se trató de un caso de gatillo fácil.

La jueza de Instrucción de la 5ª Nominación, María Luisa Pérez Vara, dictó esta semana la falta de mérito a Raúl Alberto G., Hugo Gustavo V., y Cristian Ramón M., los tres policías imputados en el homicidio de Carlos Alberto Bogarín, asesinado el 17 de octubre de 2004 a la edad de 16 años.

El hecho tuvo lugar en bulevar Seguí y Balcarce, en la puerta de un cibercafé propiedad de uno de los policías imputados, adonde Bogarín y otro muchacho habían ingresado a robar, según se desprende del fallo.

El dueño del comercio, el policía aeronáutico Cristian Ramón M., había salido a pasear el perro vestido de civil y con su arma reglamentaria cuando vio desde la esquina del cíber ingresar a dos pibes sospechosos. Según sus dichos, dio aviso a la Policía provincial, que llegó al lugar antes de que los muchachos salieran de su negocio.

Cuando lo hicieron y al verse rodeados de policías, tiraron el escaso botín –ocho pesos, dos chocolates y una impresora– e intentaron huir hacia la Villa Moreno.

Uno logró esquivar las balas y nunca fue identificado, mientras que Bogarín fue alcanzado por un plomo en la espalda, mientras corría. La bala que le ingresó por la nuca y le salió por el rostro nunca fue hallada en el lugar del hecho, situación que para la jueza Pérez Vara “genera una situación de perplejidad en cuanto a la factibilidad de atribuir el resultado muerte a una persona en particular”.

La versión del trío imputado es idéntica. Cada uno dijo haber disparado un solo tiro al aire y no haber visto quién de los dos restantes fue el que hizo puntería. Pero también dijeron que hubo un enfrentamiento.

Uno de los argumentos señalados por la jueza sobre el dictado de la falta de mérito es la desaparición del proyectil que mató a Bogarín, ya que impidió el cotejo del arma homicida. Además, el fallo resalta que “atento estar involucradas las armas de tres imputados que sostuvieron haber disparado al aire” no cuenta “con testigos en cuanto a este punto en especial” ni surgieron “elementos que indiquen alguna vía de posible determinación de autoría”.

Durante la investigación, la madre de la víctima acusó al dueño del cíber de ser el autor de la muerte de su hijo y brindó los nombres de varios testigos que dijeron que el policía aeronáutico “le disparó a su hijo cuando éste ya se había entregado”.

La mujer dijo también que la Policía le puso NN a su hijo pese a que ella estaba en el lugar informando quién era, y denunció que “no llamaron a una ambulancia y lo dejaron morir ya que pasó una hora y media tirado en el suelo”, dice la resolución.

Otros testimonios brindados en la investigación niegan la existencia de un enfrentamiento. “Le dispararon de atrás, no hubo ningún enfrentamiento ni nada”, dijo un testigo.

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