Ciudad

Fuera de foco

Un escrache a puros besos

Dos jóvenes gays exigen disculpas públicas por parte de un empleado de supermercado que los discriminó. Diferentes organizaciones que defienden los derechos de las minorías sexuales acompañaron el singular pedido de una pareja de marplatenses que asegura que se sintió afectada por las burlas y el maltrato recibido.


Ni un “piquito” en una esquina de noche ni un paseo de la mano por la calle oscura: fue una besada colectiva en plena tarde y frente a las puertas de una de las sucursales de un tradicional supermercado local, ubicada en Mitre y Pellegrini. Ese singular reclamo fue encabezado ayer por distintas organizaciones que defienden los derechos sexuales de las minorías, en repudio a la discriminación que –aseguran– sufrió una pareja de jóvenes marplatenses debido a su condición gay por parte de un empleado del comercio.

Cerca de las 18.30 unas treinta personas se sumaron al “pedido de desagravio y disculpas públicas” que reclaman Gonzalo Braganza y Matías Bermúdez –los jóvenes agredidos– besándose en público y para la foto.

Para Guillermo Lovagnini, referente de la Asociación Civil Vox, se trató de un hecho de la prehistoria. “El que el que las hace las debe pagar. Este supermercado va a tener que resarcir el honor y dignidad a estos chicos y se va a tener que sujetar a las ordenanzas municipales que fijan desde penas económicas hasta clausuras”, sostuvo Lovagnini.

El militante fue por más y aseguró que debe haber un “cambio cultural” y consideró que es necesario implementar la ley nacional de Educación Sexual aprobada en 2006. “A casi diez años el gobierno provincial no la aplica como debería”, sentenció.

Gonzalo y Matías contaron a El Ciudadano que desde que llegaron  a la ciudad nunca tuvieron problemas por su condición sexual. La pareja es clienta habitual del supermercado de Mitre y Pellegrini y confesó que le afectó mucho la actitud que tuvo el empelado de seguridad para con ella.

“Se burló varios días de nosotros las veces que vinimos a comprar, hasta que le preguntamos qué era lo que le causaba gracia y nos dijo que lo normal es ver a un hombre y una mujer de la mano pero no a dos hombres y se siguió riendo”, contó angustiado uno de los jóvenes. Así fue que le solicitaron a la encargada del lugar asentar su disconformidad en el libro de quejas y cuando el empleado cuestionado se enteró, los jóvenes recordaron que, lejos de disculparse, se puso violento y empezó a insultarlos y a gritarles todo tipo de improperios relacionados con su condición sexual.

Por reformas a la ley

La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGTB) también estuvo presente en el escrache con besos. Su titular, Esteban Paulón, recordó que actualmente se encuentra en tratamiento un proyecto de ley a nivel nacional de “Penalización contra actos discriminatorios”, que contempla algunas modificaciones de la normativa actual que no da respuestas a determinadas situaciones.

“Entre los puntos salientes que se esperan modificar está la inversión de la carga de la prueba, es decir, evitar que quien fue discriminado tenga que probar que fue discriminado, sino que el discriminador pruebe que no lo hizo”, explicó.

Otros puntos importantes, de acuerdo con lo referido por Paulón, tienen que ver con la figura del daño moral y la categoría sospechosa.

“Es, básicamente, entender que los distintos grupos que han sido vulnerados en derechos históricamente son blanco fácil de hechos discriminatorios. La modificación permitiría, ante una denuncia judicial, que sea más fácil probar el caso y ayudaría a que un juez, a la hora de elaborar la sentencia, cuente con más elementos suficientes para poder hacerlo”.

Respecto del acto discriminatorio, el titular de la FLGTB consideró que, si estuvieran vigentes las modificaciones que están en tratamiento legislativo, la pareja no debería someterse a una “segunda victimización”, que es tener que probar que todo existió.

Finalmente, remarcó que otro tema en discusión está relacionado con las cesantías laborales. “Si tomamos los postulados de este proyecto ante un despido de una persona que pertenezca a una minoría o a un grupo cuyos derechos fueron históricamente degradados, de acuerdo con esta normativa, las víctimas estarían más resguardadas”.

Normas locales que regulan

La jefa del área de la Diversidad Sexual municipal, Noelia Casatti, recordó que está en vigencia la ordenanza 6.321 –aprobada en 1996– contra actos “que tiendan a la segregación, exclusión, restricción o menoscabo por razones o con pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, identidad de género, edad y religión”, entre otros. La normativa tuvo varias modificaciones y actualmente prevé penas económicas y hasta clausuras a comercios. Casatti recordó que en 2011 una sucursal de McDonald’s tuvo que someter a sus empleados a una “jornada de capacitación” sobre diversidad sexual.

 

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