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Tragedia de calle Salta: a 13 días, las 10 preguntas que subsisten

Por: Pablo Moscatello.- La causa judicial avanza y se van conociendo detalles. Las versiones de cada involucrado y las contradicciones.  


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Hace 13 días, la explosión en el edificio de Salta 2141 dejaba una huella imborrable en la ciudad. Una tragedia que se llevó 21 vidas, destruyó 240 viviendas, y cambió para siempre la ciudad. Algunos detalles para entender la tragedia se enumeran en esta nota.

  1)—¿Cómo se inició la situación que llevó al fatal desenlace?

—Ya está claro que todo comenzó 13 días antes de la tragedia. Desde el 9º piso del edificio se comunicaron con Litoral Gas para avisar que en un departamento había baja presión. Según la versión de la inmobiliaria Calvillo, que administraba las torres, desde la empresa se hicieron presentes en el lugar y detectaron además una fuga de gas. Con ese diagnóstico convocaron a un gasista matriculado, que presuntamente resolvió los inconvenientes, y luego Litoral Gas supervisó esos arreglos y los aprobó. De todas formas (y siempre de acuerdo al testimonio de los agentes inmobiliarios) se recomendó cambiar el regulador. Allí fue que se convocó a Carlos García, el gasista matriculado que actuaría el día del siniestro. Y el mismo  viernes 2 de agosto hubo una reunión con el administrador en la que el hombre expuso su trabajo y aconsejó el regulador que había que colocar.

  2)—¿Sabían los habitantes del edificio que ese día se realizaría ese trabajo?  

—Algunos vecinos apenas sucedida la tragedia refirieron que estaban avisados que a las 9 de la mañana les iban a cortar el gas para cambiar el regulador. Y según la administración el fin de semana se informó que el martes por la mañana debían cerrar las llaves de paso. Ciertas voces de habitantes del lugar admitieron que había algún que otro enojo con la vecina que había llamado a Litoral Gas para denunciar la pérdida porque ese hecho derivó en que por dos días les cortaran el suministro a todos.

  3)—¿Qué es lo que dice oficialmente la empresa en torno a los llamados que recibió y su actuación en el edificio?

—El domingo pasado Litoral Gas dejó trascender sus supuestos registros de reclamos.  Allí consta:

Que el 24 de julio a las 22.43 se recibió un reclamo en el centro de atención telefónica de Litoral Gas tipificado como “poco gas”.

Que el 25 de julio Litoral Gas registró una perdida de gas en el accesorio del gabinete en la instalación interna, cerró el servicio y colocó un cepo en la llave y una fuga en la válvula de servicio de tapón de grado 2 (no origina peligro inmediato y debe ser reparada en 180 días), se procedió a lubricar la misma. Luego de esta maniobra se observó que la fuga había desaparecido.

Que el 26 de julio el gasista José Luis A. contratado por el edificio realizó trabajos y solicitó la rehabilitación del fluido. Ese mismo día a las 21.40, previa verificación de que no existía fuga, rehabilitaron servicio.

Que el viernes 2 de agosto, a las 9.20 personal técnico de Litoral Gas revisó que no había pérdida en la llave. Desde el 26 de julio no se recibió en la empresa reclamo por poco gas, olor a gas o pérdida.

Y que el martes 6, a las 9.33 se recibió una llamada de un vecino que alertó un fuerte olor en todo el edificio y un fuerte ruido.

  4)—¿Por qué la empresa volvió a visitar  el 2 de agosto el edificio si el 26 de julio ya había verificado que presuntamente ya no había fuga y rehabilitó el servicio? 

—En las 48 horas posteriores al siniestro desde la firma  nunca se mencionó la vista al edificio del 2 de agosto. El vocero de la empresa, José María González, señaló en ese lapso que los trabajos se habían terminado en julio. Si bien los inspectores que declararon hasta ahora reconocieron ante las autoridades judiciales que algunas veces los envían a verificar nuevamente la instalación de un domicilio que ya se controló, también admitieron que eso no suele ser lo más común. El propio inspector que fue al lugar el 2 de agosto señaló que fue su jefe quien le ordenó volver al edificio y controlar el suministro. Y que allí lo que hizo fue revestir la cañería con agua jabonosa, lo cual determinó que presuntamente no había más pérdida.

  5)—¿El gasista avisó o fue a la empresa para comunicar el trabajo que haría?   

—El jueves pasado hubo una declaración importante en Tribunales. El jefe de Inspecciones y Fiscalización admitió que en el libro de la guardia de ingreso al local de la empresa en Tablada, en calle Ayacucho y 24 de septiembre, existe constancia de que el gasista estuvo los días previos al estallido en el lugar. Dijo que allí se consigna que se hizo presente con el fin de hacer una “consulta técnica” por lo que fue derivado con un inspector, ante quien evacuó sus dudas. Esas palabras también echan por tierra otro dicho del vocero  de la concesionaria apenas sucedida la tragedia, quien había manifestado que el plomero nunca se contactó con Litoral Gas  antes de hacer su trabajo.

     6)—¿Qué dijo el gasista en torno a lo que le ocurrió al momento en que estaba trabajando sobre el regulador?

—En una nota publicada el viernes pasado en este medio por la periodista Carina Ortiz se describe minuciosamente su declaración. En Tribunales el plomero explicó que las redes de gas que había en el edificio –cuestión que incluye válvulas, caños y llaves –  eran antiguas y contaban con “mantenimiento cero”. Además sostuvo que el regulador que debía cambiar no era automático, no tenía válvula de venteo y afirmó que una de las uniones doble no se encontraba ajustada con herramientas. Sostuvo que realizó el venteo del caño en la unión “de arriba” porque esa pieza pasa por el regulador y tiene menos presión, y agregó que al aflojarla se produjo la deflagración de gas. Tras eso dijo que ello se pudo haber generado porque el regulador estaba roto o debido a que la válvula de entrada no cortó. A lo que agregó que fue al subsuelo para corroborar la inexistencia de fluido de gas y al regresar ya no pudo controlar la pérdida.

     7)—¿De qué está acusado el gasista y qué  pena podría llegar a recibir?

—García está imputado por ser el autor directo del delito de “estrago culposo agravado”. En más de una oportunidad el fiscal de cámara, Guillermo Camporini, explicó en términos concretos que es “estrago” por el tipo de destrucciones que se generaron, como  la caída del edificio y demás. Es “culposo” porque no existen indicios de intención. Y es “agravado” por las 21 muertes producidas más los heridos”. Hasta ahora se podría hablar de negligencia o impericia, pero nada lleva a que haya tenido intención del resultado que obtuvo. Por todo esto podría corresponderle una pena de hasta cinco años

  8)—¿Qué es lo que ha dicho hasta ahora el portero del edificio y qué pasó los segundos previos a la explosión?

—Según el testimonio de Pedro, el portero, él estaba en el departamento de Luisina Contribunale (el de ella y el de Santiago Laguía fueron los últimos dos cuerpos hallados sin vida), en el octavo piso revisando el calefón la mañana del martes mientras García trabajaba en el cambio del regulador. Pedro dijo que decidió comenzar a bajar por la escalera luego de sentir un ruido muy fuerte y que fue en los últimos tres pisos que comenzó a notar un humo gris y un el olor muy fuerte que lo hizo darse cuenta de la fuga. Él hizo tiempo así a salir, mientras que muchos otros no pudieron.

  9)—¿Por qué demoró tanto (unas tres horas) en cortar el suministro Litoral Gas una vez producida la explosión y cuando ya estaban trabajando bomberos en el lugar?

—Esa cuestión fue muy criticada por especialistas. La explicación de González, el vocero, fue que cuando se produce un incendio lo que queda es prensar la cañería de un lado y del otro del edificio y de esa manera se obtura el pasaje de gas. El gerente dijo que eso lleva un tiempo, que es el que lleva romper la vereda, cavar, llegar a la cañería y con maquinaria especial empezar a trabajar. Gasistas consultados señalaron que debería existir (y de hecho antes sucedía) la posibilidad de cortar el suministro por zonas al momento de la tarea que realizó García.

  10)—¿En qué instancias está la causa judicial?

—El jueves de la semana pasada el juez correccional Juan Carlos  Curto se declaró incompetente. Sostuvo que al tratarse de un estrago culposo con penas posibles que exceden los cinco años de prisión, la investigación debería instruirse en un juzgado de Instrucción. Rápidamente la pesquisa cayó en Javier Beltramone, que tomó medidas inmediatas: excarceló al gasista y citó por primera vez a indagatoria a tres funcionarios de la empresa Litoral Gas que ya habían prestado declaración informativa. Ordenó una intensa batería de medidas entre las que figura relevar a todos los edificios que pueden correr riesgos similares.

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