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Trabajo por una conexión vital

La Liga de la Leche de Rosario ayuda y capacita a mujeres de la ciudad, San Nicolás y Totoras sobre la lactancia materna. Aseguran que sin información existen riesgos de disminuir la nutrición del chico.

Hace 20 años que en la ciudad se emprendió una lucha que no comprende banderas ni cuestiones políticas, sino bebés “conectados” a la teta de su madre. Ese lazo increíble (como lo definen las que pasaron por esa experiencia) que se crea entre madre e hijo y los nutrientes que posee la leche materna hacen que esta iniciativa de un grupo de mujeres locales sea tan noble como resistente.

Valeria Vanni y Gabriela Reato dialogaron con El Ciudadano y expusieron el trabajo que vienen realizando, nada menos, desde hace dos décadas.

“Nos unimos al trabajo de la Liga de la Leche Argentina y desde hace 20 años trabajamos en Rosario brindado información, contención, estímulo a la mujer embarazada y a las madres de chicos en edad de lactancia desde el embarazo hasta el destete”, explicó Vanni, encargada del grupo de madres con asiento en San Nicolás.

Asimismo, señaló que este trabajo es “un paneo bastante amplio”, dada la cantidad de meses de relación entre madre e hijo, pero se realiza con cuidado teniendo en cuenta la realidad de cada caso.

“La lactancia comprende varios meses en la vida del niño y la madre, y en el medio está el reintegro de la madre a su trabajo, los nuevos horarios por lactancia y la incorporación de sólidos en la alimentación del chico”, detalló Vanni.

Este organismo sin fines de lucro está integrado por voluntarias que se encargan de capacitar mujeres de Rosario y alrededores en reuniones mensuales.

Gabriela Reato, coordinadora general de la Liga en Rosario, remarcó que esta iniciativa surgió en Estados Unidos hace más de 50 años por el impulso de siete mujeres que defendían su derecho de madre de dar el pecho en forma exclusiva a sus bebés.

“Se empezaron a reunir para transmitir a otras mamás sus vivencias y sus conocimientos y, de esa forma, sentirse más acompañadas y contenidas”, expresó la coordinadora.

A su vez, ambas coincidieron que la difusión de este tipo de emprendimientos “es muy difícil”.

“Al no contar con recursos económicos, llenar de afiches la ciudad es una utopía, por eso hay tanta gente que no nos conoce. Es una tarea de hormiga, de boca en boca; hay médicos que saben de nosotras y nos derivan mamás embarazadas porque tienen dificultades con sus bebés”, señaló Vanni.

La importancia de estar informada.

Vanni fue contundente al hablar de lo necesario que es conocer la situación por la que se atraviesa para tomar decisiones. “Cuando la mamá está informada sobre cómo amamantar, los beneficios de la lactancia para el bebé y para ella misma son enormes porque puede tomar las decisión correcta según su realidad. Pero al desconocer estos puntos corre el riesgo de decidir sobre su futuro y el de su hijo de manera errónea”, sostuvo.

También comentó que muchas de las madres que hoy se capacitan en la Liga se han acercado porque en medio de su familia recibían tantas recomendaciones diferentes para alimentar a su hijo que, al final, quedaban desorientadas y no sabían qué hacer al respecto.

“A muchas primerizas nos ha pasado que tanto familiares como vecinas y amigas te llenan la cabeza con consejos útiles y otros no tanto; entonces, además de la experiencia que estás atravesando con tu propio cuerpo, sentís que la cabeza te va a estallar en cualquier momento”, recordó Vanni.

Por otra parte, la mujer agregó que muchas mujeres optan por darles la mamadera una vez que se retoma la actividad laboral, produciendo así un freno importante en la nutrición del chico.

En primera persona.

Más allá del trabajo de contención que realiza este grupo de mujeres, Valeria y Gabriela son madres y han pasado de ser una madre contenida por la ONG a formar parte de esta misión.

En el caso de Valeria, los consejos sobre el cuidado de su hijo la apabullaron y su embarazo la encontró en medio de un grupo de mujeres (parientes y amigas) que no habían podido amamantar a sus hijos.

“Para mí la lactancia siempre fue algo tan natural que no podía entender cómo ellas no habían amamantado a sus hijos, entonces consulté a mi obstetra y éste me derivó a la Liga de la Leche en Rosario. Fui durante todo el embarazo y cuando tuve a mi hijo quise darle la leche y él no quería. Me sentí frustrada y acudí nuevamente a la Liga, entonces algunas integrantes fueron a casa, me ayudaron a que mi hijo se prendiera de la teta y la tomó hasta los 17 meses”, relató Valeria.

Además aclaró que si no hubiera contado con un apoyo en cuanto a la información de la importancia de la lactancia o sobre el grupo de ayuda, “hubiera cortado camino y le hubiera dado la mamadera desde el primer día”, aseguró.

Por su parte, Gabriela Reato comentó que sus “ganas de ser madre y la filosofía de trabajo de la ONG” hicieron que hoy esté al frente de la organización de estos grupos.

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