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Todo depende de cómo se lo mire

Por: María Iglesia

Los datos aportados por el Banco Central sobre la fuga de capitales pueden interpretarse de diveras maneras.
Los datos aportados por el Banco Central sobre la fuga de capitales pueden interpretarse de diveras maneras.

Hace dos semanas el Banco Central difundió el último dato de la salida de capitales. Aquel día informó que en entre abril y junio de este año la fuga había disminuido cuando descendió de los 3.844 millones de dólares en el primer trimestre a 2.838 millones de dólares, es decir, un 26 por ciento menos. Esto es desde una mirada positiva. También si se realiza otra comparación, el dato luce aún alentador ya que durante el primer semestre de este año la salida de dólares alcanzó los 6.683 millones de dólares, un 60 por ciento por debajo de la registrada durante el mismo lapso de 2009.

Sin embargo, todo depende de cómo se lo mire, ya que desde otras comparaciones –un tanto más odiosas– los resultados son menos auspiciosos. En ese sentido, son tres los contrastes que demuestran que, a pesar de la disminución reciente de la salida neta de capitales, todavía son distantes los tiempos en los que la fuga era sustancialmente menor.

 

Por un lado, se advierte un definido “día y noche”, tal como lo denomina el ex viceministro de Economía Jorge Todesca, en un informe de su consultora Finsoport. “Concretamente, en los dos años y medio que transcurrieron entre principios de 2005 y el segundo trimestre de 2007 la salida de capitales privados promedió casi 200 millones de dólares trimestrales, un nivel equivalente a la 14ª parte de la formación de activos externos privados registrada en el segundo trimestre”, meses en los que la fuga neta llegó a los 3.844 millones de dólares.

 

De esta manera, en el acumulado de los tres años comprendidos entre mediados de 2004 y junio de 2007, la salida de billetes verdes del sistema financiero llegó a los 3.096 millones de dólares. En cambio, en los 36 meses comprendidos entre julio de 2007 y junio de 2010, la fuga de capitales fue 17 veces mayor cuando llegó a la cifra récord de 52.526 millones de dólares. No en vano se alcanzó niveles máximos en 2008 (y también montos elevados en 2009), años en los que la formación de activos externos privados (según su denominación técnica) llegó a los 14.123 millones de dólares durante el año pasado y, en 2008, a 23.098 millones de dólares.

 

Aun si la mirada se focaliza estrictamente en el primer semestre de este año, sale a flote otra de las realidades que quedan matizadas con los datos netos de la menor salida. Y es que para llegar a los 3.844 millones de dólares de fuga entre abril y junio, se contabilizan cuántos billetes verdes ingresaron y cuántos egresaron. La triste noticia es que el monto de los que salieron es igual al del primer trimestre, (de 6.981 millones de dólares entre enero y marzo y de 6.955 millones de dólares entre abril y junio) y lo único que se modificó fue que durante el último período analizado hubo una mayor entrada de dólares, resultado de la liquidación de las exportaciones de la cosecha récord de soja, que este año llegó a las 55 millones de toneladas. Así, la entrada fue de 3.137 millones de dólares en el primer trimestre y de 4.116 millones de dólares en el segundo. Es así que, si bien hay noticias positivas para resaltar, hay otras que ponen en evidencia otros datos que muestran el vaso medio vacío. Todo depende de cómo se lo mire.

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