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Taxistas quieren la suba ya, y los remiseros la rechazan

Por Luciana Sosa.- El Concejo postergó la discusión para el próximo lunes, pero existe consenso para aprobar el aumento de tarifa.


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El debate en el Concejo Municipal por el aumento en la tarifa de taxis deberá esperar una semana más. Los representantes de los gremios se fueron ayer por la mañana con la cara larga de la reunión de la comisión de Servicios Públicos. Mientras tanto, los remiseros también están en plan de lucha: a diferencia de sus colegas tacheros, ellos no quieren ningún aumento porque aducen que disminuirá la cantidad de viajes. “Que los taxistas pidan lo que necesiten, pero que el Concejo no nos pegue a la misma ordenanza porque no queremos ni podemos subir nuestra tarifa”, explicaron desde el sector.

Los taxistas se retiraron del anexo del Concejo tras la reunión de la comisión de Servicios Públicos con “las manos vacías”. Es que desde agosto exigen un aumento de tarifa que el proceso electoral y los estudios de costos postergaron. “Nos piden que volvamos el próximo lunes. Vamos a venir, pero nuestra paciencia se agotó: vamos a escuchar que el aumento se tratará el jueves siguiente en el recinto y que no habrá suba desdoblada”, anunció Horacio Boix, secretario general del Sindicato de Peones de Taxi.

Por su parte, Mario Cesca, presidente de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes, confió que el aumento ya implica una pérdida al tenerlo aprobado recién cerca de fin de año. “Nos han pedido paciencia y la hemos tenido. Nos dijeron que hicieron un estudio, ponen como excusa un 10 por ciento de taxistas que no ponen GPS y por eso frenan el aumento del servicio. Yo quisiera saber en qué beneficia al pasajero si el taxi tiene GPS o no”, planteó.

Según Boix, hay 410 coches que no tienen el sistema de georeferencia y ése es uno de los puntos que el municipio quiere tratar antes de dar el visto bueno a la suba de tarifa. “Es increíble que por 400 taxis nos toquen el bolsillo a los que hacemos las cosas como corresponde”, advirtió Boix.

En tanto, Cesca disparó: “Muchos concejales no se animan a decirle a la población que debe aumentar el taxi, cuando todos saben que es un aumento inminente”.

“Acá se equivoca el Ejecutivo municipal”, expresó Boix sobre la “excusa” de los taxis sin GPS. Y agregó: “No tenemos por qué pagar este costo económico. La Municipalidad debe habilitar los mecanismos necesarios, como sanciones a estos coches que recorran las calles con inspecciones, pero que no nos toque el bolsillo al resto. Es más, tenemos un atraso tarifario de un año, así que esta medida no nos causa gracia”.

Asimismo, Boix advirtió que si el lunes próximo plantean desdoblar la suba del servicio, “vamos a movilizarnos; el aumento nos lo deben ya y de una sola vez”.

Entre los ediles, tanto oficialistas como opositores, hay un consenso tácito de no demorar más la aprobación de un aumento de tarifa. En lo que no hay acuerdo aún es en la forma: de una sola vez o, como se hizo el año pasado, desdoblado. A esto último se oponen los taxistas, ya que entienden que el incremento llegará demasiado tarde como para dividirlo en dos etapas.

No quieren aumento

Otras voces que se hicieron oír en la mañana de ayer en el Palacio Vasallo. Fueron los remiseros, quienes ingresaron a la sala de reuniones con un pedido concreto: no quieren el aumento de tarifa. “Los viajes están bajando y si subimos los precios vamos a tener mucho menos trabajo”, resumieron ante los ediles.

Alfredo Gordo, titular de la Cámara de Remises de Rosario, comparó la situación de su sector con el de los taxistas: “Si ellos necesitan el aumento que se los den, pero que no nos peguen a nosotros porque no podemos sobrevivir con una tarifa más alta de la que tenemos. Ellos tienen una ordenanza y nosotros otra. Ellos tienen sus motivos por los cuales deciden la suba de una tarifa y nosotros tenemos otros por los cuales rechazamos el aumento”.

En Rosario hay unas 500 chapas de remises, de las cuales 130 están en caución. “Permanecen dormidas en Servicios Públicos porque nadie las pasa a retirar. No conviene el negocio, porque entre pagar el derecho a circulación, renovar el auto cada cinco años y los gastos, salís perdiendo”, aseguró el referente. Además, aseguró que la competencia de coches que llegan de zonas aledañas complica aún más el panorama para los remiseros rosarinos. “Hay 50 coches de Alvear trabajando en Rosario, y sabemos de unas 500 chapas de Villa Gobernador Gálvez. Todos vienen a Rosario. Y hay que agregar al remís trucho. Así no hay negocio que aguante”, se quejó.

La bajada de bandera de remís cuesta 11,45 pesos y la ficha cada 100 metros, 45 centavos. La tarifa mínima por viaje es de 20,45 pesos.

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