La herencia ya no es una excusa. Hubo tiempo para trabajar y cuatro partidos para evaluar a casi todo el plantel. Por eso, desde esta tarde, Newell’s tiene que mejorar.
Mostrarse de una buena vez como un equipo confiable y competitivo.
Y volver al triunfo para intentar enderezarse y encarar la parte final del torneo con otro semblante.
En el último partido ante Tigre, hace dos semanas, la Lepra reafirmó que tiene enormes problemas defensivos y que la inseguridad le ha ganado el terreno a la confianza. Pero también demostró que hay algo de rebeldía latente que le permite al equipo esperanzarse con la ansiada recuperación.
¿Qué primará esta tarde en el Parque Independencia? Difícil asegurarlo con un equipo al que le sobran errores y le faltan argumentos confiables. Los constantes cambios de nombres de Diego Osella hablan por sí solos: aún no ha encontrado el equipo que mejor ejecute lo que pretende.
El entrenador rojinegro volvió a ‘decir’ con sus determinaciones que nadie tiene el lugar asegurado en el equipo y que el puesto se ratifica en cada partido. Esta vez le tocó salir a Sebastián Domínguez, quien había sido titular en todos los compromisos del torneo.
Y también dejó en claro, otra vez, que el margen de tolerancia al error y los bajos rendimientos es escaso. Por eso Hernán Villalba se quedó afuera.
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