Gremiales

Golpe a la prensa

Siguen despidos en El Diario de Paraná

Una decena de telegramas se sumó a los 57 despidos de mayo, y temen más. Hay dos tercios del histórico medio en riesgo.


La Sociedad Anónima de Entre Ríos, firma legal que administra el histórico matutino El Diario de Paraná, que un mes atrás cumplió 104 años de existencia, envió 10 nuevos telegramas de despido, que según presumen sus trabajadores en realidad es la primera tanda de un total de 30 cesantías.

La situación, según denunciaron, es aún más grave que el mes pasado, cuando se habían enviado 57 telegramas –entre las dos olas se superan los dos tercios de los 120 empleados–. Entonces la empresa alegó como causal una disminución de trabajo, con la pretensión de pagar el 50 por ciento de la indemnización correspondiente a cada empleado; ahora directamente se imputa abandono de tareas a los expulsados, es decir despidos con causa.

La nueva oleada resultó, además, un golpe de gracia al maltrecho estado anímico de los trabajadores, cuya mayoría no cumple tareas por falta de pago: no cobraron un peso de sus salarios en octubre y noviembre del año pasado ni tampoco el medio aguinaldo; recibieron el pago de un salario completo en diciembre, de un 40% en enero de este año y desde allí no les depositaron más nada.

La Secretaría de Trabajo de la provincia convocó a las partes una audiencia para el miércoles próximo para tratar el nuevo conflicto, pero sin disponer ninguna medida de excepción. En mayo, cuando buena parte de la sociedad paranaense acompañó el reclamo de los trabajadores, no dictó la conciliación obligatoria. En esas audiencias los representantes del diario anunciaron oficialmente que el proceso continuaría con una convocatoria de acreedores para sanear a la empresa, y que el santafesino El Litoral, asociado al grupo Clarín, se haría cargo de ahí en más. En ese compás llegaron los nuevos despidos.

“En el caso de la sección de Deportes, sólo quedarían tres periodistas a cargo, de los 15 periodistas deportivos que cubrían a diario todas las disciplinas”, lamentó uno de los trabajadores de El Diario, que relató a El Ciudadano la catastrófica suma de despidos de mayo y junio.

“Todo esto es para llevar el tema a un proceso judicial, porque los despedidos de mayo tienen que reclamar el pago de la indemnización completa y los de ahora demostrar que no hubo abandono de tareas. Y mientras tanto la empresa va a concurso de acreedores y nos tendríamos que sentar a negociar”, temen los trabajadores. Lo primero que se cerró completamente es la planta impresora de El Diario, que desde entonces se arma y se imprime en la planta de El Litoral. E incluso en Santa Fe se redactan algunas de las páginas de la edición reducida que ahora circula en Paraná. “Han apostado al desgaste que implica el tiempo, el cansancio, las necesidades que tenemos todos, que no cobramos desde hace meses”, lamentó el periodista entrerriano.

“No hay ninguna lógica en los despidos o al menos no la conocemos. Echaron desde a un especialista en periodismo rural, muy reconocido y de los que hay pocos en la provincia, con más de 30 años de trabajo; hasta periodistas de Deportes que hacía un año que estaban”, describió. Con todo, el conflicto en la empresa que, al menos desde lo formal controlan el empresario televisivo Ramiro Nieto, ex titular de Fútbol para Todos en Rosario y la familia entrerriana Etchevehere, del ministro de Agroindustria de la Nación, comenzó hace más de un lustro. Ya en 2012 los trabajadores habían comenzado a cobrar salarios y aguinaldos fraccionados, retrasos en el pago de sueldo y a exigir el cumplimiento del convenio colectivo de trabajo.

Pero la situación se agravó en 2016, cuando los atrasos salariales se acentuaron y los empleados, enrolados en la nacional Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) acudieron a la Justicia.

Textos a traición

Aunque los telegramas que llegaron son alrededor de una decena, los trabajadores de El Diario de Paraná tienen versiones que llegarán a una treintena.

“Es una medida que duele muchísimo, porque si bien se venía masticando y presumiendo, es algo que uno nunca quiere que se llegue”, lamentó uno de los periodistas despedidos. Y puso en relieve la maniobra: “Primero cerraron totalmente la planta impresora y después echaron a todos los gráficos porque no había trabajo, se indignó y resaltó que ahora en los telegramas se invoca desinterés de los empleados y se los acusa de no querer trabajar”.

Los empleados, que desde hace meses sin sueldos pelean por su propia supervivencia, esperan que esta vez la cartera laboral provincial dicte la conciliación obligatoria, como trascendió que puede suceder, pero en el caso en que la empresa no se presente a la audiencia del próximo miércoles.

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