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“Se va a refundar el hospital”

El secretario general de la Asociación Trabajadores de la Sanidad, Juan Martino, se refirió al nuevo gerenciador del Italiano y a la vez estimó que “el flagelo de la quiebra” ya quedó en el pasado. El dirigente se entusiasmó con un futuro auspicioso.


Tras la reciente designación del juez Marcelo Quiroga para la explotación del hospital Italiano en manos de la Asociación Mutual Casa del Médico, el futuro de la emblemática institución de zona sur parece vislumbrar un respiro. La crisis que devino a causa de una deficiente gestión en la administración anterior dejó como saldo un establecimiento intervenido, una causa penal en curso y salarios y aguinaldos adeudados a sus casi 400 trabajadores. Ante este panorama, y luego de que la comisión interventora evaluara que la autogestión era inviable, el juez Quiroga en conjunto con los interventores, el síndico del concurso preventivo y el gremio de la Sanidad, resolvió adjudicar el gerenciamiento del Italiano a un grupo empresario de Rafaela.

Ahora, todas las expectativas están puestas en los nuevos administradores, que se comprometieron a garantizar la continuidad de los puestos laborales de los 384 trabajadores del Italiano, y cuyo desembarco definitivo se estima para dentro de los próximos 10 días. “Hoy tenemos la satisfacción de decir que la gente tiene trabajo y que va a tener un salario digno”, sostuvo Juan Martino, secretario general de la Asociación Trabajadores de la Sanidad (Atsa) sede Rosario, quien dialogó con el El Ciudadano acerca del futuro del hospital de Virasoro y Entre Ríos.

—¿Cuáles son las expectativas para esta nueva etapa que se inicia?

—Se ha generado una gran expectativa porque se va a refundar un hospital de la provincia, el más grande a nivel privado, y eso es una buena noticia para todos los trabajadores, que siguen manteniendo su fuente de trabajo. Como sindicato, vemos que el trabajo realizado a través de un año desde que empezó el conflicto logró resultados más positivos que negativos. Tenemos que valorar la actuación del juez del concurso, Quiroga, el trabajo de los tres interventores y principalmente al personal que se bancó durante este año un montón de sacrificios, angustias, paciencias, e incluso insultos, y hoy están convencidos de que esto se puede refundar y de que va a pasar a ser el hospital que era hace muchos años.

—¿Cuáles fueron los aspectos que tuvieron en cuenta para inclinarse por el actual oferente?

—El nuevo oferente reconoció ante la Justicia todos los derechos que tienen los trabajadores, no así los otros dos oferentes que se habían presentado. El pedido formal del sindicato fue mantener la fuente de trabajo, reconocimiento de deuda y salario completo. Algunos no querían al personal, querían tomarlo como nuevo, y el único que se allanó a los requisitos, no sólo sindicales sino solicitados por el juez, fue el oferente al que le concedieron el contrato de locación. Ahora estamos trabajando a los efectos de ver cómo se encamina la forma de trabajo con los nuevos empresarios. Creo que están dadas las condiciones para que eso siga creciendo y quede muy lejos el flagelo de la quiebra.

—¿Cómo se llegó a esta crisis?

—Esta crisis se originó por un mal manejo administrativo del consejo directivo anterior, donde hubo una malversación de fondos bastante considerable que está ahora en manos de la Justicia. Hicieron un vaciamiento del hospital, lo que repercutió en el cese de actividades porque no estaba funcionando a pleno, es decir que estaba con 20 o 30 pacientes sobre 200. A partir de ahí hubo una gestión de un consejo directivo que no supo manejar administrativamente una institución sanatorial, los demás conceptos los dejamos en manos de la Justicia. Hay denuncias penales, auditorías, comprobantes en manos de la Justicia. No estamos al tanto de la causa.

—¿Cómo se trabajó para salir adelante?

—No iba a concebir que pasara lo mismo que en el Hospital Español, donde hace muchos años quedó la gente en la calle. El juez tuvo un rol preponderante porque nos escuchó cuando dijimos que el Italiano era viable. A partir de ahí, junto con los interventores nominados, se empezó a realizar un trabajo y hoy podemos decir que están hechas las denuncias penales contra el ex consejo directivo que está intervenido hasta que se renueve una comisión, siempre con la esperanza de seguir creciendo.

—¿Tuvieron contacto con el grupo empresario de Rafaela?

—Estamos en contacto con los nuevos patrones, realizando la elaboración de un procedimiento de crisis a los efectos de ponerlo en práctica porque estaba dentro de las condiciones. Lo importante es que la gente sigue trabajando. A pesar de haberse sacrificado un año, hoy tenemos la satisfacción de decir que la gente tiene trabajo y que va a tener un salario digno. Nos vamos a basar en lo que está propuesto y escrito para que se haga realidad lo que está en el papel y, logrado eso, hemos cumplido con el deber de dirigentes sindicales. Creo que se va a refundar el hospital para bien de toda la comunidad y de la provincia porque era la primera institución privada de salud de Santa Fe, tendremos que estar orgullosos de eso. Esto se podría tomar como ejemplo para cualquier otra institución.

Cómo se trazó el camino para llegar al nuevo gerenciador

Con fuerte arraigo en la ciudad, el hospital Italiano es una entidad al que las malas decisiones y la administración deficitaria la llevaron al borde del precipicio. En 2008 se presentó en concurso de acreedores y en 2010 se llegó a un acuerdo fructífero por los 45 millones de pesos que debía la institución. Sin embargo, las irregularidades en su administración no cesaron; la deuda postconcursal es importante y difícil de establecer ante la falta de constancias contables.

Ello derivó en la intervención de la Inspección General de Personas Jurídicas, que en septiembre de 2015 se presentó ante el juez Marcelo Quiroga, a cargo del concurso, e informó una serie de violaciones al estatuto e irregularidades en la administración. Ante esta presentación, el juez resolvió la intervención del hospital y la conformación de una comisión que intentó reordenar la institución. Luego de algunos meses, este órgano interventor concluyó que la autogestión era inviable.

Este informe abrió las puertas al gerenciamiento. Es así que aparecieron tres grupos empresarios que hicieron sus propuestas. Ellos fueron la Asociación Mutual Argentina, de Fernando Riccomi, propietario de la prepaga Medycin; Rafael Díaz, cofundador y director del Instituto Cardiovascular Rosario, que luego bajó su ofrecimiento y entonces el mismo estudio jurídico que lo representaba acercó otra propuesta, de una mutual en formación vinculada con el grupo Villavicencio, y la Casa del Médico Mutual, cuyo referente es el empresario rafaelino Carlos Tita, que hace algunos años desembarcó en el negocio de la medicina de la ciudad a través del gerenciamiento del sanatorio Julio Corzo.

Ante estas propuestas, el juez solicitó a la comisión interventora, al gremio de la Sanidad y al síndico del concurso preventivo su opinión sobre los oferentes. Cada parte dio su punto de vista y, de esta manera, se llegó a la conclusión de cederle la administración del Italiano por los próximos 20 años a la Casa del Médico Mutual, decisión que el juez dio a conocer el pasado 17 de mayo a través de un escueto comunicado, que no ahondó en razones.

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