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Sin tiempo

Se queda ciego y su obra social no le paga un viaje para tratarse

Vicente Isidori tiene 28 años y padece un tipo de tumor que de manera progresiva le está haciendo perder la visión.


Vicente Isidori, un joven contador de 28 años que padece craneofaringioma, un tipo de tumor que suele localizarse en el cráneo, cerca de la hipófisis y del quiasma óptico y que le reduce la visión progresivamente, tuvo que recurrir a la Justicia para que su obra social del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la provincia contemple el tratamiento para su enfermedad. Vicente necesita viajar de manera urgente a Alemania para realizarse una intervención quirúrgica y terapia radiante, proteonterapia, ya que el país no cuenta con este tipo de tecnología.

“Mi situación actual no sólo depende de una visión regresiva, sino de una actitud represiva por parte de un sistema dirigencial que pone en la mira sus propios intereses y no en el mejoramiento de mi salud. En los últimos meses vengo luchando por mi vida y por mi vista, pero evidentemente a la voz de un juez, que debería entenderse como dominante y determinante, un grupo de poder la pasó por encima”, subrayó el joven en diálogo con El Ciudadano.

Isidori reclama que el pronunciamiento del fallo se dé en tiempo y forma y advierte que no está pidiendo que le regalen nada, sino que se cumpla con lo justo.

“Si alguien no me acompaña no puedo hacer nada: ni trabajar, ni hacer deportes, ni manejar, ni jugar al fútbol con mi hijo, ni hacer la tarea con él. No lo puedo ver jugar. Mi hijo me lee a mí. Tengo fe en Dios y todas las noches, cuando me acuesto, pido que me dé fuerzas para que al día siguiente me levante y pueda seguir peleándola”, se lamentó el joven.

Sin mejorías

Vicente fue operado por su patología en tres oportunidades: en 2000, 2001 y 2002, pero el tumor se vuelve a regenerar. En la actualidad tiene pérdida de visión que le resulta incapacitante. Es de carácter progresivo; no tiene mejoría y corre el riesgo de perder la visión de manera total.

El joven ya agotó todo tipo de recursos y se pregunta: “¿Quieren saber lo que es levantarse por la mañana sin distinguir las formas y los colores?; ¿Tengo que volverme ciego para que hagan algo?”.

“Siento indignación y vergüenza de ser afiliado a esta obra social. Desde septiembre del año pasado que estoy con todo esto; tuve que recurrir a las vías legales. La obra social me tiene que depositar el dinero para que me pueda operar. Los plazos están vencidos hace dos meses. Si no me opero me quedo ciego”, afirmó.

Isidori interpreta que su obra social no está interesada en su salud y mira por sus propios intereses en vez de velar por sus afiliados. “Lo que yo miro no es lo que ellos ven. Estoy pidiendo que no estorben mi esperanza en poder encontrar a alguien competente que detenga el deterioro progresivo de mi visión, que ya es baja, casi nula. Están jugando con las oportunidades que me permite la ciencia. Y en mi caso, está en Alemania, en la Universidad de Heidelberg”, detalló.

Isidori piensa que su obra social debería comportarse como un ente preventivo respecto de la salud.

“No se puede curar sosteniendo medidas enfermas. Hay que curar las decisiones para poder curar a los pacientes. Ni siquiera les pido que se pongan en mi lugar, sino que como seres humanos me den una mano. Quiero llegarles al corazón”, concluyó el muchacho.

“Evaluamos hacer una denuncia penal”

“A raíz del problema que tiene Vicente y ante la negativa del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de cubrirle el viaje y el posterior tratamiento en Alemania presentamos un recurso de amparo que está en el Juzgado Federal Nº 1 de la ciudad de Santa Fe, porque Isidori es oriundo de la localidad de Díaz y la jurisdicción corresponde a esa localidad”, explicó el abogado del muchacho, Marcos Peyrano.

El letrado detalló que en el recurso de amparo salió una medida cautelar –que estableció el juez– ordenándole al Consejo Profesional de Ciencias Económicas que le depositara el dinero correspondiente para costear no sólo el viaje sino también el ciento por ciento de los gastos que conlleva el tratamiento, incluyendo el posoperatorio.

“El Consejo Profesional de Ciencias Económicas está notificado pero hasta el día de hoy no cumplió, lo cual motivó que se le aplique una multa diaria de 1.000 euros por desobediencia”, subrayó Peyrano.

El abogado expresó que además se le envió una carta documento al presidente de la entidad y también a toda la comisión directiva.

“Le mandamos una carta documento no sólo por daños y perjuicios, sino también por el delito de desobediencia. Le pedimos al juez que imponga esa multa diaria y estamos evaluando hacer una denuncia penal, porque día a día la salud de Vicente se va agravando”, concluyó el profesional.

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