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Muerte en el sur

Se cumple un año del crimen del Pájaro Cantero: la causa

El sindicado líder de Los Monos fue ejecutado a tiros la madrugada del 26 de mayo de 2013 frente al boliche Infinity.


Mañana se cumple un año del crimen de Claudio “Pájaro” Cantero y la causa que tramita el Juzgado de Instrucción 11ª está encaminada a una resolución, según indicaron fuentes judiciales. Por el caso, seis jóvenes fueron imputados con distintos grados de participación. De esta media docena, algunos fueron detenidos y otros se entregaron porque al día siguiente del homicidio del Pájaro se desató una ola de venganza que arrasó a muchas de las personas cuyos nombres aparecieron como sospechosas. Esta situación obligó a la Justicia a acelerar la pesquisa que se llevaba adelante para dar con los responsables del asesinato de Martín “Fantasma” Paz, acribillado el 8 de septiembre de 2012, cuyo instigador se presume era el clan Cantero. La pesquisa por la muerte del Fantasma se transformó en la megacausa Los Monos, y quedó a cargo del juez de Instrucción 4ª, Juan Carlos Vienna, quien ordenó más de un centenar de allanamientos y procesó a 36 personas por asociación ilícita.
El domingo 26 de mayo, el Pájaro fue asesinado frente al boliche Infinity Night de Villa Gobernador Gálvez. Esa noche, estuvo más temprano en el bar de una estación de servicio, y pasó por la disco Yamper con su hermano Guille, quien se entregó en junio del año pasado por la megacausa. Salieron del local de Ovidio Lagos al 4500 y se separaron. Guille fue a Brújula y el Pájaro a Infinity. En la causa, la versión de que el Pájaro fue a ese boliche porque el administrador, Diego “Tarta” Demarre, lo había llamado nunca se comprobó, porque éste fue asesinado al día siguiente.
Minutos después de las 5.30, el líder de Los Monos salió de la disco, estaba acompañado por tres pibes, caminó hasta la vuelta del local y se puso a orinar. En ese momento, dos atacantes se le pararon cerca sin que se diera cuenta y abrieron fuego. Apareció un tercer cómplice y se los llevó en una Ford EcoSport, según contaron voceros del caso.
Los jóvenes que estaban con el jefe del clan Cantero también fueron heridos. Jesús Gorosito, Eric Perea y Lisandro Mena; éste fue asesinado a tiros el 24 de diciembre pasado en la esquina de Batlle Ordóñez y Oroño.
Al Pájaro lo llevaron hasta el Roque Sáenz Peña. Pero como las heridas eran muy graves (en la nariz, oreja, pómulo, hombro derecho y en la zona inguinal) lo derivaron de urgencia al Clemente Álvarez. A la familia Cantero, la Brigada Operativa de la División Judiciales le había interceptado los teléfonos desde hacía casi un mes y por eso quedaron los registros de las comunicaciones entre su padre, Ariel Máximo Cantero (prófugo en la megacausa y conocido como “el Ariel”), y su hermanastro, Ramón Machuca, alias Monchi Cantero, también fugitivo en la causa Monos.
A las 6:32:01 de ese 26 de mayo, Ariel llamó a Monchi para preguntar cómo estaba su hijo. La conversación duró 23 segundos. Monchi ya le había avisado a su padrastro que el Pájaro había sido baleado:
–Máximo: Monchi.
–Monchi: Hey, murió Pájaro.
–Máximo: Fijate la Cele Monchi.
–Monchi: ¿Cómo?
–Máximo: Fijate la Cele (por la madre de Pájaro y Guille, Celestina Contreras, quien está con arresto domiciliario por estar procesada en la megacausa).
–Monchi: Sí, sí, estamos acá con Guille, la estamos esperando.
–Máximo: Dale.
Al enterarse de la muerte de su hijo, corrieron rumores sobre un supuesto juramento que hizo la Cele en el velorio. La mamá del Pájaro habría pedido la cabeza de sus verdugos y también la de todos sus familiares. El Tarta Demarre, administrador del boliche y apuntado como entregador del Pájaro, fue acribillado a plena luz del día el lunes 27 en Seguí y Maipú cuando volvía a su casa desde Tribunales tras arrepentirse de declarar.
El 28, Nahuel César, su madre Norma y Marcelo Alomar, (la familia y el amigo de Milton César, acusado por trascendidos como uno de los homicidas) murieron cuando motociclistas descargaron más de una treintena de balas contra la camioneta en la que iban al parar en un semáforo de Francia al 4400.
A instancias de sus superiores, Vienna aceleró la investigación por el crimen del Fantasma y el 31 de mayo firmó órdenes de allanamiento para varias viviendas del barrio La Granada, donde se impone el poder del clan Cantero, y esto determinó un golpe contra las actividades ilícitas atribuidas a los Monos. En febrero pasado, Vienna firmó los procesamientos de 36 personas, entre ellos once integrantes de la Policía provincial, en el marco del expediente por asociación ilícita originado a partir del crimen de Paz.

Por la muerte del Pájaro

La causa por el crimen de Claudio Cantero estuvo presidida en un primer momento por Hernán Postma, pero como el juez pasó al nuevo sistema el magistrado designado en su lugar fue Juan Andrés Donnola, quien lleva adelante la pesquisa desde el 10 de febrero pasado. Hay seis imputados. Las primeras versiones indicaban que Milton César había estado en la escena del crimen. Tras el ataque donde murieron su hermano y su madre fue detenido, pero luego recibió falta de mérito. Después cayó otro Milton, Damario, junto con Facundo “Macaco” Muñoz, los dos acusados de ser también ejecutores. En tanto, Luis “Pollo” Bassi se entregó el 25 de septiembre pasado y quedó acusado como el instigador del crimen.
A su vez, cayeron Osvaldo Maximiliano “Popito” Z. y Héctor G., acusados como quienes aportaron las armas, aunque no fueron halladas en los allanamientos.Sin embargo, quedaron presos por tenencia de arma de guerra.
Las versiones periodísticas que apuntaron contra el padre del Fantasma Paz, Luis, como instigador, sólo fueron una hipótesis de trabajo policial, remarcaron voceros de la causa.

Una escalada de poder que terminó en tragedia

Tras casi una década de trabajar para extender el dominio de los Monos en la zona sur, el Pájaro Cantero se hizo conocido fuera de las páginas policiales cuando su cara se viralizó por ser el principal implicado en el juicio oral que se llevó adelante en 2011 por el crimen de Walter Cáceres. El chico de 14 años murió asesinado de un tiro en la cabeza el 4 de febrero de 2010 cuando el colectivo que llevaba a la barra de Newell´s fue acribillado a balazos al volver de presenciar un partido en Buenos Aires. El blanco del ataque era Diego Ochoa, el Panadero, a quien Los Monos intentaron doblegar hasta que llegaron a un acuerdo. Para diciembre de ese año, los acusados resultaron absueltos por el crimen de Cáceres y El Pájaro reemprendió sus negocios al salir en libertad.
Cuentan conocedores del mundo del hampa que los Monos pasaron, en poco más de una década, de traer marihuana desde Paraguay a cobrar impuestos a otros clanes en toda la ciudad y a sostener una red de búnkers con la anuencia de despachos oficiales.
La cara del Pájaro volvió a aparecer en los medios: fue fotografiado en la escena del crimen de su cuñado, el Fantasma Paz, abrazando a Mercedes, hermana de la víctima y su última mujer. Ese parece haber sido el principio del fin: la banda de la zona sur comenzó a molestar a quienes les habilitaban los negocios ilegales por la ola de asesinatos de alto impacto en la vía pública.
Con similitud a los ciclos económicos, la década de bonanza de la banda tuvo que parar. La transición no fue para nada lenta, todo se resolvió en casi un mes. A fines de abril, los integrantes de la División Judiciales consiguieron la venia de Vienna para intervenir teléfonos y profundizaron la investigación por el crimen de Paz. De hecho, la mayoría de las escuchas de la megacausa son de mayo de 2013.
Pero hubo un sugestivo hecho anterior al crimen del Pájaro. El 15 de mayo, Judiciales allanó una casa de calle Regimiento 11 al 300, con aval del juez Juan Andrés Donnola, con la excusa de que allí vivía un joven apodado Termo, acusado del robo de un maletín con papeles, una computadora y 170 mil pesos a un peatón en José Hernández al 600. En el inmueble de Regimiento 11 al 300 no estaba el sospechoso apodado Termo. Era una de las viviendas del Pájaro. Los policías pusieron en el acta de procedimiento que hallaron mucha ropa sin estrenar que todavía tenía las etiquetas. Llamaron al juzgado, desde donde les ordenaron incautar las prendas ante la posibilidad de que fueran robadas.
A los pocos días, el Pájaro se presentó en Tribunales y en la sede de Judiciales para denunciar que le habían sacado hasta la heladera, consiguió que le devolvieran las cosas y la causa por el robo sigue sin avances. Once días más tarde, el Pájaro fue asesinado.

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