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Se altera la interna frentista

Binner quiere como candidato a Bonfatti mientras Barletta refuerza su candidatura. Pero las diferencias entre socialistas y radicales se hicieron más visibles esta semana en el Concejo municipal de Santa Fe.

El lanzamiento de Mario Barletta como candidato radical a la Gobernación alteró el clima interno en el Frente Progresista. Las diferencias entre socialistas y radicales se hicieron visibles en el Concejo municipal de Santa Fe. Y también las diferencias entre dos sectores de la UCR: el denominado Grupo Universidad, de donde proviene Barletta, y el Movimiento de Acción Radical (MAR), en el que militan algunos dirigentes que se oponen abiertamente al intendente santafesino, como su par de Santo Tomé, Fabián Palo Oliver, y los concejales santafesinos Jorge Henn y Carlos Suárez.

En la previa del acto en el que el ex rector de la UNL y actual intendente de Santa Fe lanzó su candidatura hubo una polémica mediática motivada por una opinión del gobernador Hermes Binner, quien le achacó a Barletta –poniendo como ejemplo al pájaro morajú– querer montarse sobre la construcción política que realizó el socialismo en la provincia. El radical le devolvió el reproche: le dijo a Binner que “el nido es de todos”, no sólo de los socialistas. Pero, tras el cruce ornitológico, salieron a la luz las divisiones políticas que subyacen en el seno del radicalismo santafesino.

Primero fue la postura que tomaron Henn y Suárez respecto del proyecto de Barletta vinculado al desarrollo urbano de la capital provincial y la zonificación de la ciudad. Acompañados por la socialista Vanesa Oddi, los concejales del MAR –que comparten el bloque Encuentro para Santa Fe dentro del interbloque oficialista del Frente Progresista– firmaron un despacho en disidencia respecto de la posición de los ediles alineados con el intendente: José Corral, Fanny Jara y Adriana Molina. La falta de acuerdo en el seno del oficialismo obligó a postergar hasta mañana la sesión en que se iba a votar el proyecto oficial para el desarrollo urbano. A días del inicio de un año electoral, en el que Barletta y la conducción de la UCR jugarán sus fichas para tratar de imponer a un radical como sucesor de Hermes Binner, la disidencia en el Concejo santafesino se amplificó. El bloque del Frente Progresista quedó virtualmente partido. Y el intendente puede perder una pulseada clave –el Reglamento de Ordenamiento Urbano ha sido calificado por el Ejecutivo municipal como el “proyecto más importante del año” por su impacto en el desarrollo de la ciudad– a pocos días de haber lanzado su candidatura a gobernador.

A Barletta también salió a cruzarlo el intendente de Santo Tomé.  Palo Oliver, dirigente radical encolumnado en el MAR, señaló el último viernes: “Somos muchos los radicales, después se verá desde lo cuantitativo cuánto representamos, que entendemos que la forma de construir la candidatura del radicalismo no es la correcta en función de los intereses del Frente Progresista. Nosotros entendemos que el Frente Progresista tiene que consensuar una fórmula única. Nos es conveniente ir a internas; hay sobrados argumentos”, declaró el mandatario santotomesino.

En la misma línea se viene manifestando el candidato de Binner, Antonio Bonfatti –quien anteanoche lanzó su campaña en Reconquista–, para quien una interna en el Frente Progresista podría debilitar la coalición y, aparte, llevaría a un escenario poco conveniente, puesto que el ganador de las primarias armaría un equipo de gobierno monocolor en el que no estarán representadas todas las fuerzas del Frente Progresista. También Binner se manifestó por una fórmula de consenso, aunque luego –a la luz del lanzamiento de Barletta y del anuncio del presidente del socialismo, Rubén Giustiniani, otro que se anotó en la carrera hacia la Casa Gris– debió modificar su discurso.

Cuando Barletta reafirmó su intención de pelear la gobernación, Binner le marcó la cancha y lanzó a su ministro de Desarrollo Social, Pablo Farías, como candidato del socialismo para intendente de Santa Fe. La estrategia del ministro es elogiar la gestión de Barletta y, al mismo tiempo, señalar que el radical aún no produjo un cambio de fondo en su ciudad. En rigor, Farías viene hablando desde hace tiempo de “dos ciudades”.

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