Ciudad

Entre el mar y las sierras está la quinta acá nomás

Las ofertas para alquilar en enero en Funes y Roldán ya están casi agotadas. Se piden de 5 a 15 mil pesos.

Por: Pablo Moscatello

Como ya viene sucediendo desde hace años, para algunos rosarinos la costa o las sierras no son los únicos destinos que tiene el verano. A quienes sólo les gusta disfrutar en familia de un gran patio con piscina o simplemente no pueden –o no quieren– desprenderse de las obligaciones laborales, Funes –y desde hace algunos años también Roldán– siguen siendo la opción más buscada. En diálogo con este medio, distintos operadores inmobiliarios que ofrecen propiedades en esas localidades coincidieron en que ya se han reservado casi todas las residencias que estaban en alquiler y que la demanda este verano ha superado a la de años anteriores. En tanto, lo que también se incrementó fueron los valores. Si bien las inmobiliarias estiman que alquilar esta temporada está costando, por ahora, sólo un 10 por ciento más que la anterior. De igual modo, por una quinta se puede pedir –y hay quien los paga–15 mil y hasta 25 mil pesos para pasar un mes.

A la hora de hacer un primer diagnóstico sobre como “marcha” el mercado de alquileres en Funes y Roldán, los intermediaros que ofrecen el servicio de renta en una o ambas localidades destacan al instante que las consultas y la demanda de casas ya sea para este mes, el entrante o febrero fue superior a los años anteriores. “Hay mucha demanda de casas, nosotros de las 35 que tenemos en Funes casi todas ya están reservadas. Para enero hay mucha más previsión que el año pasado. Quienes buscan propiedades se anticiparon más para tener más opciones”, explican desde Porta Inmobiliaria, en concordancia con todas las fuentes consultadas. En rigor, ese fenómeno coincide esta temporada con otra particularidad: una baja en la oferta. Y en este punto las explicaciones se cimentan sobre dos ejes.

Oferta y demanda

Por un lado, los intermediarios apuntaron que este verano han sido más minuciosos a la hora de elegir los inmuebles que luego colocan en el mercado. “Buscamos evitar problemas. Gran parte de los dueños ponen su casa en alquiler en el verano solamente, y el mantenimiento el resto del año queda cesante. Y eso causa inconvenientes: los más comunes están relacionados con el calefón, la pileta y los circuitos eléctricos”, explicó Domingo Criscenti, gerente de la inmobiliaria que lleva su propio apellido. “En este proceso se descartaron muchas casas. Nos quedaron a disposición cerca de 40”, explicó.

La misma realidad describió Manuel Casabona, del grupo de ventas de Carlos Negocios Inmobiliarios. “Es lógico que al tener sin funcionar todo el año la propiedad al momento de ponerla en alquiler surjan complicaciones”, analizó el empleado, quien al instante agregó que de las 50 propiedades que tenía a disposición en 2009 este año tuvo que reducir en un 20 por ciento esa cantidad por “problemas con los inquilinos”.

“Este año se dan las dos cosas: hay más demanda y menos oferta”, reafirma luego Casabona. Desde las inmobiliarias explican que la baja en el mercado de viviendas disponible se debe también al hecho de que en los últimos tiempos han crecido notoriamente la venta de propiedades a familias que eligen Funes no para vacionar, sino para quedarse a vivir. “Bajó la inversión que buscaba primordialmente generar una renta”, aseguran desde Porta.

La gran demanda también provoca que por estas horas las compañías intermediarias puedan darse ciertos “lujos”. “Es habitual que vengan muchos jóvenes a tratar de alquilar. Pero todos sabemos que es para problemas, por lo que el dueño y nosotros mismos nos negamos a alquilarles. Con estas restricciones evitamos que muchas situaciones se nos vayan de las manos y caigan denuncias por ruidos molestos”, sostiene Casabona. En sintonía, Criscenti explicó que han dejado de aceptar a grupos juveniles, quienes en general buscan sólo los fines de semana, luego de algunas “muy malas experiencias”.

En general, el perfil de los rosarinos que buscan Funes y Roldán es el de quien va por una opción de veraneo en familia sin poder desprenderse de las obligaciones laborales. Las inmobiliarias también explicaron que reciben a muchos que piensan mudarse de manera permanente y se instalan durante el verano para hacer su primera experiencia.

Los números

Según los datos aportados por los brokers, los precios para el alquiler de enero oscilan en general entre los 5.000 pesos y los 15.000 para casas que, en su gran mayoría, no cuentan con menos de 2 habitaciones, están equipadas, tienen piscina y se hallan sobre lotes de 300 metros cuadrados de parque en adelante. “En las que tenemos nosotros en general las viviendas de esa cantidad de habitaciones rondan entre los 5 mil y 6 mil pesos, pero en el caso de tener más dormitorios el valor sube. Esto es durante el mes de enero, cuando hay mayor demanda. Ya en febrero disminuyen los precios”, sostuvo Criscenti.

Al momento del diálogo con este medio, en esa inmobiliaria quedaban sólo 4 residencias disponibles para alquiler durante el mes de enero en Funes. “La más chica cuesta 6.000 pesos –el mismo valor que cinco pasajes aéreos ida y vuelta a  Río de Janeiro– y cuenta con 2 dormitorios, baño, cocina-comedor, pileta de 40 metros cuadrados y 450 metros de parque”, graficó Criscenti.

En el otro extremo, la más importante es la quinta soñada: 4 habitaciones en la casa principal, pileta con jacuzzi, quincho con 2 habitaciones para huéspedes, aire acondicionado en ambas dependencias y 10.000 metros de parque. Por supuesto, transcurrir algunos días entre tanto lujo tiene su costo: el alquiler para el mes de enero es de 25.000 pesos, aseguraron desde la agencia. Es el mismo valor que un auto usado de gama media, y de un modelo de esta década.

En tanto, a su turno Casabona evaluó que esta temporada quienes salen a buscar casa lo hacen con la expectativa de no pagar mucho, aun a costa de resignar comodidad. “Es que según muchos, los precios son algo elevados”, explica el ejecutivo de Carlos Servicios Inmobiliarios, para luego agregar que en la puja por una casa se puede “arrancar en 7 mil y llegar a los 11 mil pesos por mes. Y por ese precio, si lo va a pagar, la gente pretende y exige que tengan desde un colchón nuevo hasta aire acondicionado”.

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