Negui Delbianco
Samanta Magalí “Samy” García, tenía 22 años y hacía más de un año que se ganaba unos pesos cuidando coches, vendiendo cosas, haciendo mandados o trabajos de limpieza para los vecinos en la zona de hospitales, en barrio Matheu. Siempre estaba cerca de la cuadra de Mitre al 3100. Por eso sus conocidos piensan que el atacante que la sorprendió este viernes por la tarde baldeando la vereda y le disparó en la cabeza cuando estaba de espaldas y sin decir nada, la tenía marcada. Sus allegados no descartan ninguna hipótesis, salvo la del robo. Los investigadores también siguen esa línea, entre la que se encuentra también una posible venganza, ya que Samanta era hermana de Enrique Adrián “Cable” Solís, el hombre de 34 años que está acusado por los homicidios de los hermanos Ulises y Jonatan “Bam Bam” Funes, por el ataque al padre de ambos y, desde hace una semana, también formalmente apuntado por el homicidio de Lorena Ojeda.
Más allá de las hipótesis, los que conocieron a Samanta coincidieron en que era una chica tranquila y llena de ganas de rebuscárselas. Cursaba el taller de tapicería que el programa Nueva Oportunidad tiene en la zona oeste. “Siempre buscaba algo para hacer, se la pasaba haciendo changuitas: si no vendía algo en la calle cuidaba autos en la zona de hospitales”, contó una allegada, para remarcar que no tenía ningún antecedente, como si se tuviera que destacar la inocencia para que se entienda más la tragedia que implica que se perdió una vida de una joven que era querida y valiosa para los que la conocían. “No caemos, Samy… Siempre presente en nuestros corazones gracias x haber estado siempre… Te keremos mucho… Sos y serás una mina con todas las letras. Mandale fuerzas a todos los que te aman. Q.D.E.P”, fueron algunos de los mensajes que se conocieron en las redes sociales.
“Viste cómo están las cosas. Ella a los vecinos de esa zona les hacía mandados, les baldeaba la vereda o hacía trabajo de limpieza. Nunca tuvo un problema”, dijo una allegada.
“Samanta era muy cercana a su hermano Adrián (por Cable), lo iba a visitar siempre y tenían un vínculo muy estrecho. No se perdió ninguna de las audiencias. Adrián estaba destrozado, al igual que toda la familia”, contó en diálogo con El Ciudadano Romina Bedetti, defensora de Solís.
Para la abogada desde el entorno familiar no descartan ninguna hipótesis, excepto un asalto. “No se entiende por qué”, dijo Bedetti, quien respondió ante una de las líneas de investigación que tiene que ver con que el asesinato de Samanta se enmarque en una venganza por las imputaciones de su defendido: “La familia de Adrián estuvo amenazada y hace un tiempo retiraron la custodia… Pero no queremos relacionar todo sólo a ese tema, ya que a él lo culpan sin ser parte, y lo hemos expuesto en todas las audiencias”, dijo Bedetti.
La letrada puso como ejemplo por entero a la última imputación que tuvo Cable, el pasado viernes 17 de mayo, cuando fue acusado por el homicidio de la adolescente Lorena Ojeda. La chica, de 16 años, era hermana de una joven que fue testigo del crimen de su pareja –barrabrava de Newell’s–, en junio de 2016. Y sostiene que Solís no tuvo nada que ver: “Sólo hubo una llamada, pero no se expusieron datos certeros de que haya estado en el hecho. Sólo tienen un comentario que hace él”.
La investigación del crimen de Samanta está a cargo del fiscal de Homicidios Dolosos Luis Schiappa Pietra –en suplencia de su par Marisol Fabbro–, quien ordenó medidas al personal de la División Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) para dar con el o los atacantes.
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