Mientras en Santa Fe y Entre Ríos se mantiene el alerta por la crecida del caudal del río Paraná, que ya se siente en el norte del país y se espera para las próximas semanas a esta altura de la cuenca, frente a Rosario se puede ver cómo la mano del hombre destruye el medio ambiente y lo transforma para sacarle lucro. El paisaje se puede ver desde el puente Rosario-Victoria, en lugares donde máquinas pesadas están construyendo terraplenes para frenar el agua en un intento para tener suelo. Lo curioso es que el empresario que trabaja sobre esas tierras, en realidad las usurpa, ya que son los terrenos donados a la Municipalidad de Rosario por el filántropo Carlos Deliot en la década del 50. Desde la Municipalidad no estaban al tanto de la denuncia y aseguraron que van a recorrer la zona y van a volver a intimar al empresario para que cese con esas tareas que impactan fuerte en el ecosistema del humedal al modificar el natural espacio de escurrimiento del delta.
Vanesa Paccotti es bióloga e integrante del grupo “El Paraná no se toca”. Según detalló, el empresario en cuestión es Enzo Mariani, a quien la ONG apunta como el usurpador de los terrenos municipales donados por Deliot y propietario en Rosario de la guardería náutica Henry Morgan.
El grupo ambientalista denunció que estos días está reforzando los terraplenes en el sector de islas ocupado, de acuerdo a las fotografías que acompañan este artículo y que según la organización fueron tomadas el domingo a la tarde. El objetivo del usurpador, dicen, es secar los terrenos para poder utilizarlos con fines ganaderos. “Esas tierras representan un valle de inundación, es importante que el agua se meta ahí, si eso se obstruye va a correr por el cauce principal que va a crecer con las consecuentes complicaciones”, explicó Paccotti.
Desde la Municipalidad, Eduardo González, subsecretario de Planeamiento, prometió que esta semana van a recorrer el lugar, donde volverán a denunciar lo que ocurre en las islas. Según contó, el proyecto que desde el municipio tienen para el predio es precisamente que se mantenga como un espacio natural. “Nosotros conformamos un grupo para trabajar en conjunto por la puesta en valor de calidad ambiental y estamos trabajando con distintas ONG. El jueves vamos a conformar legalmente una comisión para poder recuperar las áreas que fueron modificadas y que no respetan el humedal”, explicó.
Mientras esto ocurre, en la página de Facebook de “El Paraná no se toca” se puede ver la denuncia, incluidas las fotos, que según la ONG evidencian el trabajo sobre los terrenos usurpados.
La Municipalidad de Rosario y distintas ONG comenzaron a trabajar en la recuperación de los terrenos isleños que en la década del 50 la Fundación Deliot donó a la ciudad y que actualmente se encuentran ocupados ilegalmente. Se espera que a mediano plazo esas 2.204 hectáreas se transformen, ahora sí, en la Reserva Ecológica Municipal.
En total son 22,4 kilómetros cuadrados ubicados en la isla del Charigüé, detrás de la del Espinillo y en el frente central de la ciudad. Fueron legados al municipio por el testamento del filántropo Carlos Deliot. En todos estos años, los terrenos fueron dejados de lado por la Municipalidad (salvo alguna tentativa del ex intendente Hermes Binner en 1999 de hacer la reserva natural por cuyo abandono el Concejo aprobó un pedido de informes en agosto del año pasado) y con eso, la gran mayoría fue ocupada ilegalmente por el productor ganadero. Ahora están en acción tanto la decisión política como las acciones legales y técnicas necesarias y con eso, aunque no se sabe cuándo, es casi un hecho que los terrenos estarán en manos de quien corresponde: la ciudad de Rosario.
En ese marco, el municipio y las organizaciones ambientalistas se reunieron en varias oportunidades a fin de consensuar medidas respecto de las islas, y encontrar de manera conjunta un plan sustentable de manejo del territorio.
Una de las primeras conclusiones a las que se arribó en esta primera reunión es que todos comparten el objetivo de que las islas mantengan sus condiciones naturales. Por eso la idea de desarrollar un plan consensuado que apunte al manejo del territorio con vistas al turismo y el uso sustentable. Y las partes acordaron algunas líneas de acción, entre las que se enumeran próximas reuniones con los isleños, que son pescadores y trabajadores que ocupan y realizan tareas en esos lugares; para lo cual se consensuarán instancias de diálogo con quienes viven en forma familiar.
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