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Entrevista

Remo Carlotto: “Cumplimos un compromiso con mi hermana”

El diputado nacional, tío de Guido Montoya, dijo que el nieto recuperado “está ocupando un lugar que nunca debió haber abandonado”.


El martes 5 de agosto no fue una jornada más en la vida de quienes militan día a día por los Derechos Humanos en la Argentina. La aparición de Guido Ignacio Montoya Carlotto, el nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, conmocionó a todo el país y marcó un antes y un después en la lucha por la recuperación de la identidad de aquellos bebés, hoy adultos, que fueron robados a sus padres durante la última dictadura cívico militar.

Emocionado por conocer a su sobrino, el titular de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación, Remo Carlotto, afirmó en una entrevista con El Ciudadano que “Guido está ocupando un lugar que nunca debió haber abandonado”. Además, el hijo de Estela destacó el récord de comunicaciones que hubo en Abuelas de Plaza de Mayo y en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) desde la recuperación del hijo de su hermana Laura, asesinada durante la dictadura, con quien cree que cumplieron “un compromiso”.

–¿Cómo vivió la familia estos días?

––Con una enorme felicidad. Nuestra familia asumió un compromiso con mi hermana Laura tras su muerte y lo cumplimos. El sueño que teníamos se convirtió en realidad y estamos inmersos en una enorme alegría por tener a la familia completa. Siempre hablábamos de que había una silla vacía en nuestra casa y hoy Guido, quien se llama Ignacio, está ocupando ese lugar que nunca debió haber abandonado.

––¿Cómo lo está afrontando su madre?

––Está radiante. En nuestra familia ella fue la que más luchó para encontrar a Guido y está cumpliendo su sueño. Siempre en Abuelas se trabajó desde la idea de que es una lucha colectiva. O sea, todas las abuelas buscaban a los nietos de todas. Pero siempre pensamos que en algún momento nos tenía que tocar a nosotros.

––¿Con qué se encontraron al conocerlo?

––Cada uno en la imaginación tenía varias hipótesis, porque en realidad ni siquiera sabíamos si estaba vivo. Pero nos encontramos con una persona con una vida enmarcada en la felicidad. Con una vocación, ya que él es músico. Guido es absolutamente conciente de lo que está viviendo y dijo algo que para nosotros es muy importante: “Yo todavía tengo que procesar esto, pero estoy feliz por la felicidad que tienen aquellos que me estuvieron buscando durante años”. Eso sumado a que le dijo “abuela” a mi mamá. Vamos a estar en contacto permanente con Guido, viajaremos cuando sea necesario a Olavarría (en la provincia de Buenos Aires, donde vive) o vendrá él. Ahora debemos construir la vida en una relación familiar normal. Tenemos que ser absolutamente respetuosos de sus objetivos y de que quiera permanecer en la comunidad que eligió para vivir. Ahora debe reconstruir sus lazos biológicos y conocer en profundidad quiénes fueron sus papás.

––¿Lo sorprendió la reacción de la sociedad?

––Sí, pero este es un acto de reparación para todos los argentinos. Porque le estamos arrebatando a la dictadura algo que nos quitó, que son los desaparecidos con vida. Como dice la presidenta (Cristina Fernández de Kirchner), Argentina es un país un poco más justo cada vez que aparece uno de los chicos que estamos buscando.

––¿Tuvo contacto con la familia que lo crió?

––Todavía no, pero estuve hablando con él sobre la posibilidad de conocerlos. Sabemos que es un matrimonio que actuó de absoluta buena fe, sin conocer el origen de él y nos parece que parte de lo que es él como persona tiene mucho que ver con que fue criado con amor y sin ningún tipo de sometimiento. Es muy bueno que él no haya sufrido durante todo este tiempo y tenga la posibilidad de saber su verdad y que tiene una familia, tanto materna como paterna, que lo estuvo buscando siempre.

––Respecto de quién lo entregó, ¿hay algún sospechoso?

––Sí, y es quien en ese momento era el presidente de la Sociedad Rural de Olavarría (Carlos Francisco Aguilar, quien murió en marzo pasado). El padre de crianza de Guido era peón de uno de los campos de esta persona y vivía allí junto a su mujer. Este hombre se los dio diciéndoles que nunca le dijeran que no era hijo de ellos hasta que él fallezca. Tuvo una actitud de patrón de estancia, decidiendo sobre la vida de la gente que trabajaba para él y sobre el destino de Guido. Sabemos que tenía fuertes vínculos con las Fuerzas Armadas de aquella época y que estaba claramente comprometido con la acción represiva de aquellos años.

––Contra esta persona ya no se puede hacer nada…

––Es verdad, pero hay una causa que lleva adelante la jueza (María Romilda) Servini de Cubría que busca determinar todo lo que pasó desde que Guido nació hasta que llegó a esta familia. Queremos saber quién fue el médico que atendió el parto y quiénes eran los integrantes de las Fuerzas Armadas a cargo, para que todos rindan cuentas ante la Justicia.

––¿Hubo más consultas en Abuelas a partir de todo lo que generó la aparición de Guido?

––Tanto los teléfonos de Abuelas como los de la Conadi no pararon de sonar y han tenido récord de comunicaciones. Nosotros esperamos que el resultado de esto sea que pronto podamos anunciar nuevas localizaciones de chicos robados, porque aún quedan 400 de ellos. Ese es el objetivo que debemos cumplir colectivamente, porque tenemos un compromiso para que cada uno de los nietos que faltan vuelvan a reencontrarse con sus familias verdaderas.

––¿Cuánto cree que tuvo que ver este gobierno en la restitución de más nietos?

––Desde el año 2003, con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia, los Derechos Humanos son política de Estado. Poco tiempo después del retorno de la democracia, hubo algunos impulsos en la búsqueda, como la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos y la creación de la Conadi, pero en los 90 hubo un retroceso. La difusión que le ha dado este gobierno a la causa y las herramientas que hoy tenemos posibilitan la construcción de la memoria. Hoy estos jóvenes nos buscan a nosotros y eso es determinante. Creemos que el Estado democrático debe reparar los daños que cometió el Estado terrorista.

––¿Considera importante el desempeño de Agustín Rossi al frente del Ministerio de Defensa para recuperar información sobre los nietos?

––Nos parece un gesto muy importante de parte de Rossi, sabemos de su profundo compromiso con los Derechos Humanos. Desde el Ministerio de Defensa se pudieron recuperar actas de las juntas militares, en el marco de una política de revisar la acción de las Fuerzas Armadas durante ese período.

––¿Cree que una de las cuentas pendientes es juzgar a responsables civiles de la dictadura?

––Hay una serie de casos que están siendo investigados por la Justicia. Como el caso del apagón de Ledesma, en Jujuy, o de empresas que entregaron a sus delegados y prestaron sus instalaciones para centros de tortura. Además de la apropiación de Papel Prensa por parte del Grupo Clarín, lo que llevó a la tortura de la familia Papaleo. Es una obligación comprender que la acción criminal del Estado tenía un objetivo de carácter político y económico. Es muy importante que resolvamos estas responsabilidades, porque de esta manera se identifica el objetivo de fondo de la dictadura cívico-militar, que era la implementación del plan económico de José Alfredo Martínez de Hoz, que apuntaba a expoliar la economía del país y por el cual fueron asesinadas y desaparecidas miles de personas.

El caso de los hermanos Noble

Pese a que el cotejamiento que se realizó con el Banco Nacional de Datos Genéticos dio negativo, los organismos de derechos humanos están convencidos de que los hijos adoptivos de la propietaria del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble, fueron robados a personas desaparecidas durante la dictadura.

Remo Carlotto señaló que los análisis se realizaron sólo con los grupos familiares que están registrados, por lo que cree que la identidad de Felipe y Marcela Noble es un tema que “se va a clarificar tarde o temprano”.

“Yo tengo el convencimiento de que están directamente vinculados con los procesos de apropiación de bebés durante la dictadura, sino no se comprende la enorme oposición que ejercieron durante tantos años a que se realicen los análisis”, aseguró el diputado nacional del Frente para la Victoria (FpV). Y contó: “Cuando las abuelas tomaron contacto con la señora de Noble y su socio Héctor Magnetto, pensaron que por ser personas civiles no tenían conocimiento del origen biológico de los chicos. Pero, en la primera reunión, Magnetto comenzó a negar información y pedían que las Abuelas le den el nombre de los denunciantes, cosa que por supuesto no hicieron. Esa obstaculización de la posibilidad de que se conociera la verdad es uno de los puntos en donde se funda nuestra sospecha de que pueden ser hijos de desaparecidos”.

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