Ciudad

menos mujeres en el quirófano

Registraron menos cesáreas en el Hospital Saénz Peña

El Área de Atención de la Mujer cumplió un mes con cien nacimientos.


El Área de Atención de la Mujer del Hospital Roque Saénz Peña cumplió esta semana un mes con 100 nacimientos registrados. Según la Secretaría de Salud municipal, la implementación del paradigma del parto respetado llegó con la baja en la cantidad de cesáreas: del centenar de partos, sólo 18 fueron con intervención quirúrgica. La nueva metodología propone la humanización de un momento único en vez de una práctica automatizada.

La nueva área tiene una capacidad de internación de 24 camas en maternidad, 12 nuevas incubadoras en el sector de neonatología, 4 salas de Trabajo de Parto, Parto y Recuperación (TPR) y 2 quirófanos.

El 24 de julio pasado nació el primer bebé. Un mes después, ya albergó cien nacimientos. Con el paradigma del parto respetado, del primer centenar de partos, sólo 18 se realizaron mediante cesáreas, uno de los índices más bajos en el sistema de salud de la ciudad. Todas las mujeres que entraron al quirófano fueron acompañadas por un familiar y tuvieron acceso irrestricto a la sala de neonatología para acompañar a sus bebés.

Otro cambio fue el incentivo del contacto piel a piel entre la madre y el bebé, sin apuros para cortar el cordón. Esta práctica ayuda a la transición cardiorrespiratoria, el neurodesarrollo, la regulación de la temperatura, previene la muerte súbita y fomenta la lactancia materna. Los profesionales también cambiaron los métodos. Hoy la rutina de mediciones de talla, peso, la vacunación, etcétera, demora alrededor de dos horas para respetar el momento entre madre e hijo.

Entre los métodos y elementos usados por las mujeres para la relajación, están las pelotas de esferodinamia, masajes, telas, música, baja iluminación y siempre acompañadas por quien ellas eligieron.

Menos intervenciones

También hubo una reducción en las intervenciones médicas sobre el cuerpo de las mamás. Sólo en 12 casos fue necesario aplicar la anestesia peridural, mientras que la colocación de la hormona para estimular las contracciones se redujo de un 78 a un 16 por ciento. En tanto, un 90 por ciento de las mujeres utilizó la ducha o la inmersión para la relajación y analgesia antes de dar a luz. “Como médica soy una espectadora. Veo el nacimiento y controlo que esté todo bien”, explicó la neonatóloga Vanesa Ríos.

La libertad de movimiento y de expresiones de las mujeres y la hidratación por vía oral, logró disminuir la colocación de sueros intravenosos de un 80 a un 35 por ciento. También se redujo la rotura artificial de la bolsa de un 82 a un 28 por ciento y los cortes que se realizan para prevenir desgarros pasaron de un 25 a un 8 por ciento. Las prácticas de la ligadura de cordón oportuno pasaron de un 40 a un 92 por ciento.

Mamás que pueden elegir

Una de las novedades más importantes del nuevo sistema son las salas TPR, donde las futuras mamás realizan el trabajo de preparto, el parto y la recuperación con su bebé y sus afectos, preservando la intimidad y la privacidad en familia. En este espacio las mujeres pueden adecuar el lugar a sus necesidades y deseos de parir. En los primeros cien nacimientos 16 mujeres eligieron parir sentadas en el banco de parto (de baja altura, que les permite hacer la fuerza de manera vertical), y 7 realizaron el parto bajo el agua, donde los trabajos se desarrollaron por completo en las bañeras de las salas.