En un principio fue solamente el chat, especialmente los conocidos Messenger o Skype. Ahora se trata de las redes sociales, con Facebook y Twitter a la cabeza. Dentro de las empresas, muchas veces estos nuevos sitios de encuentro virtual son demonizados por los directivos al punto de bloquearlos o prohibir su uso. Pero, ¿cuán perjudiciales son realmente para el trabajo cotidiano?
Según un informe realizado por Ernesto Morán Roel, presidente de la Asociación Mexicana de Capacitación de Personal y Empresarial, se pudieron detectar seis efectos de las redes sociales en el comportamiento interior de una empresa.
El desafío, dice Morán Roel, no es luchar o inhibir este tipo de colaboración entre los trabajadores, sino cómo hacer que en sus “twitts” incluyan información valiosa de y para la empresa.
Uno de los efectos es que las redes sociales promueven una manera de conocer el “sentir de la organización”. Es una buena decisión, en vez de demonizarla, usar la red social como una herramienta para dar a conocer el sentir y el pensar de los integrantes de la corporación.
Además, las redes sociales pueden lograr que los colaboradores participen y opinen con comentarios diversos, a favor y en contra, respecto de planes, programas y en general de los objetivos y retos por cumplir.
Otro efecto que describe este informe apunta más al exterior de una empresa. Si bien no muchos empleados ven con buenos ojos llevarse trabajo a sus casas, muchas veces surgen ideas y propuestas fuera de la oficina. En esos casos la red social puede ser un lugar ideal para compartir esas ideas.
Finalmente, el informe menciona que el uso de la tecnología, a través de las redes sociales, resulta un poderoso dispositivo para poder incrementar el número de clientes.
Lejos de estar en una situación de discutir sobre las ventajas o desventajas de las redes sociales, es imposible debatir su uso o prohibición. La aparición de dispositivos móviles que permiten a los empleados acceder a ellas sin necesidad de recurrir a las computadoras de escritorio, hace que sea inevitable la penetración en el ambiente laboral.
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