La Autoridad Nacional Palestina (ANP) y la ONU estimaron ayer en más de 550 millones de dólares la ayuda alimentaria, de salubridad, sanitaria y educativa que requieren los centenares de miles de palestinos más azotados por la operación israelí “Filo Protector” contra la Franja de Gaza.
El coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos, James Rawley, y el viceprimer ministro palestino, Mohammed Mustafa, hicieron el anuncio cuando falta un mes para la conferencia internacional de donantes, que se reunirá en El Cairo, y a dos semanas del alto el fuego que detuvo la intervención.
La operación israelí produjo una destrucción sin precedentes y costó más de 2.100 vidas palestinas. La cifra de muertos sigue creciendo a medida que fallecen heridos en los hospitales de Gaza, como Rahfat Abu Jame, una niña de 5 años, de la ciudad de Jan Yunis, que expiró hoy en un hospital egipcio.
En los últimos siete días, murieron al menos tres heridos graves más, informó la agencia de noticias Maan.
La inmensa mayoría de las víctimas fueron civiles, con fuerte peso de mujeres y niños.
Hubo aproximadamente 11.000 heridos, y algunos aún permanecen hospitalizados.
En un comunicado que distribuyó a la prensa, Rawley subrayó que “el alcance de los daños y la devastación carece de precedentes en la Franja de Gaza”, y agregó que “la crisis está lejos de haber terminado”, reseño en su web la publicación Times of Israel.
La ONU calcula que a largo plazo habrá más de 100.000 personas sin hogar.
Desde la ANP, Mustafa desafió “al mundo a ser intrépido y ambicioso en la ayuda que nos brinden para hacer realidad la recuperación, la reconstrucción y un futuro mejor para Gaza”.
“Hay donantes –agregó el vicepremier palestino– que se preguntan por qué hay que patrocinar guerras israelíes contra Gaza cada dos años”.
Rawley exigió un inmediato y completo levantamiento del bloqueo a Gaza para garantizar el ingreso de materiales de construcción.
Israel sigue restringiendo el ingreso de materiales de construcción por los dos pasos que controla en Gaza –donde vastas zonas de viviendas fueron convertidas en escombros por la artillería y la aviación israelí– porque –aduce– podrían usarse para construir armas y túneles de agresión en su contra.
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