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Quieren más control ante invasión de mejillón asiático

Con la mira en Prefectura, el Colegio de Abogados de Rosario cursó amparo ante Defensoría del Pueblo nacional.


El Instituto de Derecho Ambiental del Colegio de Abogados de Rosario presentó ante la Defensoría del Pueblo de la Nación un pedido de amparo por la contaminación del río Paraná a consecuencia de la masiva irrupción de un molusco bivalvo asiático que llega a la región adherido a los cascos de buques cerealeros de ultramar. El amparo fue solicitado por el titular del Instituto y profesor en la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad Tecnológica de Rosario (UTN), Enrique Zárate.

Zárate explicó que la contaminación biológica del Paraná se produce por la invasión del molusco llamado mejillón dorado (Limnoperna fortunei), que llegó hasta el río adherido a los cascos de buques cerealeros de ultramar y en el agua de lastre que liberan en los puertos de la zona.

Esa especie de origen asiático que “apenas mide tres centímetros de largo, posee una dura caparazón calcárea, y se reproduce a lo largo de nueve meses al año, obstruye filtros de agua y cañerías de las industrias, también los sistemas de centrales hidroeléctricas. Además, altera la cadena alimenticia de los peces”, dijo el abogado.

“Por esa razón, y debido al grave problema ambiental que provoca, hemos solicitado este amparo colectivo para que Prefectura instrumente medidas de control efectivo sobre el agua de lastre que descargan buques extranjeros en la región”, señaló.

El mejillón dorado “evidencia un crecimiento geométrico, se multiplica en forma asombrosa y no tiene predadores naturales ya que este bivalvo es asiático”, explicó.

Este tipo de contaminación biológica del Paraná se detectó ya en 1991, y “cinco años después el molusco ya se había extendido a toda la cuenca del Río de la Plata, ahora está llegando a Bolivia y el Amazonas e incluso hasta áreas desconectadas como el Embalse Río Tercero”, dijo  el investigador.

Según Zárate, “un relevamiento efectuado sobre los 47 kilómetros cuadrados del Embalse Río Tercero registró 45.000 millones de mejillones. Esa enorme concentración en un espacio reducido es muy grave”. Por esta causa, siguió, “la Central Hidroeléctrica cordobesa tuvo que paralizar sus actividades durante varios días, porque estos moluscos se adhieren con fuerza a las turbinas”. Y con ello sumó a los efectos, los daños económicos. “El 9 de abril presentamos este recurso de protección ambiental ante la Defensoría del Pueblo de la Nación” para que se afinen –o inicien– los controles, explicó el abogado. Y abundó: “El mejillón dorado es un flagelo, millones de personas se nutren y toman agua del Paraná. No hay un grupo afectado, sino una comunidad entera”.

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