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Proyectos ideados entre cafés

El grupo Rosarito Brunch cumple 6 meses de reuniones, ferias y apoyo a mujeres emprendedoras que se conocen por medio de encuentros mensuales en los que intercambian ideas, servicios y contactos.

Quedó claro que no existe el sexo débil, que las mujeres ganaron terreno en todos los ámbitos, después de tantas décadas de lucha. En Rosario hay un grupo que reúne a mujeres emprendedoras, con o sin trabajo, entre las cuales, café o almuerzo de por medio, surgen ideas, proyectos, se conocen las habilidades de cada una y sus expectativas. Se trata de Rosarito Brunch, una marca ya registrada en la ciudad que desde hace 6 meses ha realizado ferias en distintos puntos de la ciudad donde sus integrantes, más de tres mil féminas que alternan su participación en cada actividad, dan testimonio de esta puerta que se basa en la comunicación.

Todo comenzó con la creación de un grupo en Facebook y de allí el boca a boca. Su creadora, Graciela Ducca, a la que todas llaman indefectiblemente “Rosarito”, comentó a este medio que la idea inicial es la comunicación entre mujeres con fines laborales y/o sociales. “Cada mujer puede unirse a Rosarito Brunch por necesidad. El beneficio es de cada una, de integrarse, de conocerse, de compartir contactos que siempre te van a servir”, dijo.

Ducca se dedicó por décadas a la publicidad, su llegada a los medios de comunicación y a los mismos consumidores. Luego se dedicó a espacios denominados “para la mujer”, donde trabajó distintas temáticas que afectaban a las mujeres contemporáneas. Hoy todas se comunican por el Networking (que en inglés significa “hacer uso de” o “contactos”). “Me di cuenta hace un tiempo que siempre he sido usada, explotada, pero sin un objetivo. Es decir, vi que estaba trabajando y comunicando, pero eso no me terminaba de conectar con la persona del otro lado que estaba leyendo lo que publicaba o bien lo que vendía”, sostuvo la mujer en diálogo con este medio.

En medio del conocimiento de su realidad, la mujer decidió sentarse frente a la computadora y escribir qué esperaba de su labor, de sus contactos y de a poco fue vislumbrando algunas ideas sobre cómo difundir ese objetivo que tenía en mente. Así nació Rosarito Brunch. El término, explicó, es una mezcla entre “breakfast” (desayuno) y “lunch” (almuerzo). “En Estados Unidos se usa mucho este término en cuanto a reuniones laborales y sociales, es por eso que me pareció piola la idea de instalarlo en la ciudad para las mujeres que quieran relacionarse con sus pares”, dijo.

Cada reunión, o brunch, mensual reúne a unas 40 mujeres (no siempre son las mismas) que hacen una muy breve presentación, “hablamos sobre temas en común o bien sobre algunas opiniones, sugerencias, ideas que aparecen sobre las actividades de las presentes o de sus anhelos y realizamos el intercambio de tarjetas personales”, comentó la creadora del sitio web.

Entre las reuniones surgieron varios ejemplos de conexión entre las “rosaritos”. “Por nombrar sólo unos casos, una mujer tenía la idea de tener su propia empresita, es muy buena en las manualidades, pero no sabía qué tipo de producción realizar ni cómo darla a difundir. En la misma mesa algunas le sugirieron que haga souvenirs infantiles y otras le dieron ideas sobre la difusión. En la segunda reunión la microemprendedora fue con algunos muñecos en porcelana fría y sus tarjetas personales impresas. Eran bellísimas”, recordó.

Otra mujer que tenía una boutique en su casa fue asesorada por otra en la mesa sobre cómo debía estar en regla con sus impuestos al no tener su negocio en un local como todos, para evitar así grandes dolores de cabeza.

En cuanto a las tarjetas personales, Graciela Ducca mencionó que “deben ser diseñadas lo más fieles a una misma. Que por esa tarjeta se sepa quién sos”.

“Sólo aceptamos mujeres en nuestro grupo. Este espacio es nuestro y sólo nuestro”, sostuvo la creadora de Rosarito Brunch. Asimismo, explicó que las que se suman deben sentirse identificadas con una mujer “emprendedora, creativa e inteligente, con o sin trabajo”.

Con esta idea, Ducca busca “humanizar la globalización”. “Con esto de las nuevas vías de comunicación la gente pierde el contacto personal y las relaciones humanas se enfrían mucho; en cambio, por medio de Rosarito, generamos lazos”.

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