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Sociedad

Proyecto pedagógico inclusivo

Se trata de estrategias educativas a partir de una relación de vínculo con la sociedad: una escuela con proyectos comunitarios en la que ONG, vecinales, clubes y asociaciones, entre otros, son actores de una vida académica escolar más democrática.


La comunidad como parte del proyecto pedagógico Escuela y Comunidad forma parte de una definició conjunta que interactúan permanentemente en un contexto determinado. En este sentido, las estrategias pedagógicas deberían plasmarse en la sociedad, a partir de una relación que permita, entre otras cosas, la inclusión educativa. No se trata de que algunas acciones de la escuela se plasmen en proyectos comunitarios, sino de permitir que vecinales, asociaciones, ONG y clubes, formen parte de la vida escolar.

Lo actores sociales de una comunidad podrían contribuir a una educación más democrática y en “territorio”, que permitiría asociar las problemáticas sociales a las definiciones pedagógicas. Esta articulación de la escuela con distintos sectores de la organización social, pondría a las aulas en un espacio público que hoy tiene bastante restringido.

La historia de nuestro sistema educativo, generalmente, fue emparentada al concepto de “comunidad educativa”. La vida institucional se limitaba a docentes, autoridades, alumnos y padres. Todo lo que estuviera más allá de estos sujetos no formaba parte de la construcción pedagógica. Si bien en la actualidad la escuela ha desarrollado un mayor despliegue hacia la sociedad, no está del todo superada la noción de “escuela cerrada”.

Pedagogía didáctica

En octubre de 2008, el Consejo Federal de Educación aprueba el plan de estudio del “Profesorado de Educación Secundaria de la Modalidad Técnico Profesional”, destinado a docentes y profesionales técnicos que tiene como finalidad “la formación pedagógico didáctica para la práctica profesional así como la actualización científico tecnológica destinadas a formar docentes que puedan desarrollar su práctica en las instituciones de la modalidad técnica de nivel secundario en concurrencia con su título de base” con el objetivo de “guiar y orientar el proceso socio-afectivo, institucional, cultural y comunitario que la realidad y las normativas vigentes exigen para el logro de un desempeño profesional satisfactorio apoyado en el conocimiento y la ética”.

En la zona sur de nuestra ciudad, funciona en la escuela técnica N° 465 Gral. Manuel Belgrano, un profesorado público estatal con la modalidad técnico profesional. Desde sus aulas, docentes y alumnos intentan abordar las metodologías curriculares desde una perspectiva amplia, que entiende a la comunidad y sus actores como sujetos activos del proceso de aprendizaje. En este sentido, las organizaciones de la sociedad civil integran un concepto pedagógico que las involucra en las aulas.

Directivos del profesorado junto a algunos docentes de residencia, parten del concepto de “Educación Básica” y “Educación para Todos” que sustenta el Ministerio de Educación de Santa Fe, para definir instancias de aprendizaje al servicio de los alumnos y su comunidad. Sostienen que los estudiantes deben desarrollar capacidades y talentos para adquirir valores que los vinculen con el conocimiento para ser puestos a disposición de su contexto.

Escuela y Comunidad

El profesor Ricardo Rambaudi, docente de Práctica de Residencia V del profesorado, sostiene que “la comunidad tiene recursos, agentes e instituciones que son necesarios detectar para construir un proyecto educativo y cultural que pueda incluirlo desde sus necesidades y carencias. El trabajo mancomunado genera una riqueza pedagógica que supera cualquier planteo aislado”.

Por su parte, la profesora Agustina Poli, docente de la misma cátedra, señala la importancia de una educación extra–escolar que conjugue instituciones públicas y privadas en la búsqueda del aprovechamiento de todos los recursos disponibles en una comunidad basados en la solidaridad, la voluntad, la cooperación y el aprendizaje entre generaciones.

La escuela tiene mucho por hacer con su comunidad y uno de los desafíos es romper las limitaciones que vincula lo educativo a lo escolar. El desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han puesto por fuera de las aulas muchos de los aprendizajes que monopolizaba la escuela. De la misma manera, el desarrollo democrático de las instituciones intermedias de la sociedad y su permanente interacción han construido un corpus de aprendizajes imposibles de desconocer.

“La tendencia de las escuelas abiertas, sostiene el documento Escuela y comunidad. Desafíos para la inclusión educativa, implica una apertura al medio, para lo cual la institución debe ser sensible a las demandas y expectativas del entorno y regular su acción, en muchos casos, en una negociación permanente en la que redefine y explicita los términos de intercambio. Cuando prevalece el modelo de escuela abierta, la relación con la comunidad es uno de los aspectos que se incluyen en el proyecto institucional, por lo cual se intenta canalizar las demandas sociales, compatibilizándolas con las actividades sustantivas de enseñar y asistir a los alumnos en su trayectoria por la escuela”.

Otro eje de trabajo de los docentes del profesorado sostiene que la gestión escolar debe establecer estrategias de participación con los distintos sectores sociales, más aún si se parte de la base de que la escuela tiene que socializar a partir de los valores de la sociedad. Partiendo de esta premisa, un proceso educativo debe incluir no sólo a padres y alumnos, sino también a distintos referentes de las organizaciones sociales con preferencia de aquellas más cercanas a la escuela.

El concepto de cercanía remite a lo “local”, como lugar privilegiado para desplegar las identidades. Este desarrollo “territorial” de la escuela es la negación de la globalización, con la cual se intentó definir los procesos formativos en la década del noventa. Los nuevos sujetos sociales y políticos, van a la búsqueda consensuada de soluciones específicas para resolver problemas comunitarios.

Los alumnos del profesorado (docentes técnicos) comenzaron a proyectar sus trabajos prácticos a partir de los principios de “Educación para todos”. En este sentido, todo su accionar profesional está involucrado con las organizaciones sociales públicas y privadas.

Concepto de comunidad

“Puedes cambiar el mundo” sostiene la introducción de uno de los trabajos prácticos presentado en el marco de la cátedra. La práctica profesionalizante denominada “Despertando lazos” plantea un proyecto socio comunitario, mediante el cual, intenta alcanzar un vínculo entre la escuela y hogares de niños carenciados, con el objetivo de lograr un reconocimiento afectivo entre las problemáticas de esos chicos y los estudiantes de las escuelas técnicas.

Otros trabajos presentados vinculan su incumbencia profesional con su entorno más próximo, acercando a los estudiantes técnicos con las necesidades del desarrollo local, entre ellos: “Sistemas informáticos para Centros de Salud”, “Revista de difusión de actividades escolares en vinculación con la comunidad”, “Construcción de objetos decorativos a partir de residuos domiciliarios que despierten conciencia ambiental”, “Construcción de objetos de herrería para la comunidad”, “Alfabetización de los padres de los alumnos que concurren a la escuela”, etc.

“Una escuela abierta a la comunidad, sostiene el Proyecto Hemisferio, implica una redefinición del concepto de comunidad educativa, que no lo restringe al escenario de la escuela, sus docentes, alumnos y padres, sino que se abre al espacio público local, incluyendo como agentes de enseñanza y aprendizaje a las familias, iglesias, clubes, organizaciones de vecinos, bibliotecas, organizaciones productivas, con el objetivo de construir un proyecto educativo y cultural que parta de las necesidades y posibilidades de la comunidad”.

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