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Procesan a dos hermanos por asesinar a un quiosquero

Lo mataron de una puñalada en el abdomen en enero pasado porque la víctima se negó a fiarles cerveza.

Por: Carina Ortiz

Dos hermanos conocidos como Negro, de 34 años, y Maca o Macanaqui, de 28, fueron procesados por el Juzgado de Instrucción de la 3ª Nominación por la muerte de un quiosquero ocurrida a mediados de enero pasado. El crimen se produjo cuando el dueño del pequeño comercio, ubicado en Gálvez al 4900, se negó a fiarles una cerveza y como los clientes, que ya habían estado comprando varios porrones, comenzaron a tirar piedras contra el local, su dueño salió a la calle y se generó una airada discusión. Luego, el propietario corrió a sus agresores hasta un pasillo cercano, de donde volvió con un profundo corte en el abdomen, y falleció camino al Hospital de Emergencias. El juez Luis María Caterina dispuso además la prisión preventiva de los acusados hasta que se desarrolle el juicio por homicidio simple en su contra.

Al frente de una casa, ubicada en Gálvez al 4900, en villa Banana, Alfredo Reunica, de 41 años, tenía un pequeño comercio que de a poco fue agrandando, hasta convertirlo en un “maxiquiosco”.

Cerca de las 23 del viernes 15 de enero pasado, día de su cumpleaños Nº 41, se presentaron en el lugar cuatro jóvenes y le reclamaron al hombre que les fiara unas cervezas. Ya habían estado comprando desde hora temprana porrones y en más de una oportunidad intentaron pagar las bebidas a un precio inferior al anunciado o que les fiaran alguna. Pero Alfredo se negó en forma sistemática, con el argumento de que la plata era para pagarle al proveedor, que iba a venir a la mañana siguiente.

En esta oportunidad directamente fueron a pedir que les diera unas cervezas al fiado, pero la respuesta fue la misma: No. Pero en esta oportunidad, los sedientos vecinos comenzaron a discutir en forma acalorada con Alfredo. La pelea verbal fue subiendo de tono hasta que en un momento los violentos vecinos comenzaron a arrojar piedras contra el comercio. Luego de un par de gritos, Alfredo salió del local y comenzó a correrlos.

Los agresores se metieron por algunos pasillos oscuros y Alfredo no se amedrentó y siguió tras ellos. Pero unos minutos después volvió caminando hacia su casa, con sus manos tomándose el vientre.

Alfredo Reunica había nacido en Resistencia, provincia de Chaco, hacía poco más de cuatro décadas, y desde hacía varios años convivía junto a Josefa y los hijos de ella en una vivienda de Gálvez al 4900, a metros de las vías férreas, en plena villa Banana. El episodio en el cual perdió la vida fue visto por Ángel, uno de los hijos de su compañera, quien hasta intentó defenderlo.

Según la investigación, el joven vio cómo los agresores de su padrastro comenzaron a tirar piedras y, cuando Alfredo salió a la puerta, lo golpearon. Él quiso separarlos y recibió unos golpes, pero esa acción hizo que el hombre pudiera levantarse. Ante esto, los agresores salieron corriendo, con Alfredo por detrás.

Unos minutos después, cuando volvía a su casa por un oscuro pasillo, pisó mal y cayó, en ese momento apareció El Negro y le tiró con un cuchillo que pasó cerca de la cabeza del quiosquero, explicaron voceros del caso. Cuando el hombre se reincorporaba, vino corriendo el hermano del Negro, apodado Maca o Macanaqui, quien tomó el cuchillo y se lo clavó a Alfredo en el abdomen, según el relato del muchacho.

Reunica caminó de regreso a su vivienda, cayó gravemente herido a pocos metros del quiosco y un vecino lo trasladó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde llegó sin vida.

El primer detenido fue el Negro, identificado como Julio R., de 34 años, quien ante el tribunal negó el hecho y deslindó responsabilidades en su hermano Maca o Macanaqui, cuyo nombre es Marcelino Reynaldo, de 28 años, que al ser indagado reconoció haber estado en el negocio con su hermano y admitió la existencia de una discusión por un pedido de fiado aunque justificó la situación diciendo que los balearon desde atrás, que se fue a su casa y no supo qué pasó con el quiosquero.

De la investigación surgieron distintos testimonios que ubicaron a los hermanos en el quiosco, entre ellos varios testigos presenciales y otros elementos que complementaron la secuencia de lo sucedido, entre ellos el pedido que los hermanos hicieron en el barrio horas después del hecho de que “los saquen del lugar” porque los querían matar los vecinos por la muerte del quiosquero.

El juez de instrucción Luis María Caterina analizó todos los elementos de prueba reunidos en la causa y resolvió procesar a los hermanos Julio y Marcelino R. por el homicidio simple del quiosquero Alfredo Reunica; además les dictó la prisión preventiva, por lo que los acusados deberán esperar el juicio tras las rejas.

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