Partidazo en el Olaeta. Por la 6ª fecha del campeonato de Primera D, Argentino y Sportivo Barracas Bolívar se despacharon con cinco goles en un encuentro que tuvo de todo: un ritmo electrizante, abundante pierna fuerte y especialmente emociones, muchas emociones, como en ese abrazo grupal de todos los jugadores del Sala una vez consumado el triunfo por 3-2.
Necesitaba ganar Argentino. A como de lugar. La mano venía complicada luego de dos derrotas al hilo y otra caída ayer podría haber tenido consecuencias catastróficas para la dupla técnica que integran Walter Bello y Silvio Conti.
Ojo que la presión que no era sólo de los entrenadores. Los futbolistas también rendían examen ante su gente. Era hora ganar, de recuperar la confianza, ponerle un freno a los malos resultados y tomar algo de oxígeno en la tabla de los promedios.
Y así lo hizo el Sala, que empezó perdiendo, lo dio vuelta con goles de Martínez y Cabral y se lo empataron en la última jugada antes del descanso. Todo eso en apenas seis o siete minutos vibrantes.
A los 19 del complemento la visita se quedó con diez por la expulsión de López y al ratito entró Reynoso para inclinar aún más la cancha. ¿Cómo respondió el atacante? Desparramando a dos defensores en la puerta del área y clavándola pegadita al palo para que el Sala se ponga nuevamente en ventaja. Con ese golazo Argentino pudo volver a sonreír en el campeonato de Primera D, que recién empieza y en donde todavía puede pasar cualquier cosa.
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