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Por segunda vez en 14 años

Por túnel de 1.500 metros, se fugó el narco “Chapo” Guzmán

El acusado estaba recluido desde el año pasado en una cárcel de máxima seguridad en México. El líder del cártel de Sinaloa huyó por un conducto que desemboca en una casa en construcción.


El capo mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del poderoso cártel de Sinaloa, escapó de la cárcel de máxima seguridad en la que se encontraba recluido a través de un túnel de cerca de 1.500 metros de longitud, informó el comisionado nacional de Seguridad. Es su segunda fuga en 14 años, que pone en entredicho al gobierno de México.

Cuando las autoridades buscaron al narcotraficante en su celda, hallaron “una boca de túnel” en el área de la regadera, que comunica con un conducto de 1,7 m de altura por 80 cm de ancho, “que se extiende por una longitud aún indeterminada pero que en línea recta, de punto a punto, representa más de 1.500 metros” y desemboca en un inmueble aún en construcción, dijo en conferencia de prensa Monte Alejandro Rubido, comisionado nacional de Seguridad.

Según informaron las autoridades el domingo, los vigilantes del penal del Altiplano, a 90 km de la capital mexicana, observaron la noche del sábado que “El Chapo” se aproximó al área de las duchas, donde habitualmente realiza su aseo personal y lava sus pertenencias.

“Al prolongarse la no visibilidad del interno se ingresó a la celda, la cual se encontraba vacía”, por lo que de inmediato se emitió la alerta y el protocolo de búsqueda, indicó un comunicado de la Comisión Nacional de Seguridad de México, que “confirma la fuga de Guzmán Loera”.

Las autoridades convocaron una rueda de prensa para dar más detalles del incidente y desplegaron un fuerte operativo en los alrededores de la cárcel, que alberga a los capos, asesinos y violadores más peligrosos del país y se ubica en el estado de México (centro). También se suspendieron las operaciones en el aeropuerto de Toluca, capital de ese estado.

Guzmán, de 58 años y quien llegó a ser el delincuente más buscado por México y Estados Unidos, fue detenido por primera vez el 9 junio de 1993 en Guatemala.

En esa ocasión, el capo fue internado en el penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco (oeste), de donde se fugó el 19 de enero de 2001 aparentemente escondido en un carrito de ropa sucia.

Siguió una larga e intensa persecución, que el escurridizo capo logró burlar en varias ocasiones gracias a puertas reforzadas con acero en sus residencias y un sistema de túneles secretos, así como una estrecha connivencia con autoridades de todos los niveles.

Finalmente, el 22 de febrero del año pasado fue aprehendido nuevamente por la Marina Armada en su feudo del estado de Sinaloa (noroeste).

El arresto fue anunciado por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que recibió elogios internacionales por el “histórico” logro.

En ese entonces, la fiscalía general mexicana ofrecía por Guzmán una recompensa de unos 2,3 millones de dólares, mientras que Estados Unidos puso un precio de cinco millones.

Además, la ciudad de Chicago lo había declarado su “enemigo público número uno”, siendo el primer criminal señalado como tal desde Al Capone.

Las autoridades exhibieron ante los medios a un Guzmán cabizbajo y esposado, que lucía un espeso cabello negro y bigote.

Inmediatamente después, Estados Unidos expresó su deseo de extraditar al capo, algo a lo que México se negó rotundamente.

Diecisiete meses más tarde, la nueva fuga del capo da un sorpresivo giro a la situación y pone en entredicho al gobierno de Peña Nieto, quien tiene previsto llegar a Francia este domingo para una visita de Estado.

El veterano capo Ismael “El Mayo” Zambada, que había sido considerado el sucesor natural de Guzmán al frente del cártel de Sinaloa, también está prófugo.

Con su primera huida, Guzmán se convirtió en el gran símbolo del narcotráfico contra el que el ex presidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó al Ejército, y llegó a aparecer en la lista de las mayores fortunas del mundo de Forbes de 2011, con más de 11.000 millones de dólares.

“El Chapo” logró en pocos años que su organización volviera a ser dominante en México gracias al tráfico de cocaína y marihuana a Estados Unidos, Europa y Asia.

Así, se convirtió en el narcotraficante más poderoso del mundo y sus sicarios libraron sanguinarias batallas, especialmente contra sus archienemigos del cártel Los Zetas.

Más de 10.000 personas fueron asesinadas solo en Ciudad Juárez, una localidad clave fronteriza con la estadounidense Texas, en pugnas atribuidas a los cárteles de Sinaloa y Juárez.

Apodado “El Chapo” como diminutivo de “chaparro” (por su corta estatura de 1,55 m), Guzmán nació el 4 de abril de 1957 en Badiraguato, Sinaloa, la región mexicana más emblemática para el narcotráfico por cultivar desde hace décadas amapola y marihuana y ser la cuna de la mayoría de capos históricos.

Según informes de la fiscalía general, Guzmán se involucró en el crimen en los 80, cuando fue reclutado por Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino”, quien era entonces el narco más poderoso en México.

Tras la captura de Félix Gallardo en 1989, las pugnas en el interior de su cártel de Guadalajara lo condenaron a desaparecer y Guzmán se trasladó a Sinaloa, donde fundó su propia organización.

Durante su estancia en el penal del Altiplano, firmó junto con otros 140 reos una carta dirigida al ombudsman para denunciar las condiciones “inhumanas” de su encarcelamiento, que incluían comida con gusanos o colchones maltrechos para la visita conyugal.

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