Espectáculos

“Podemos hacer algo mágico”

Por Javier Hernández. La estadounidense Durga McBroom, vocalista durante años de Pink Floyd, habló del concierto que dará junto a la banda tributo The End en el que repasarán clásicos de una agrupación que marcó un quiebre en la historia de la música.


mc-broom-dentro“Quiero a los argentinos mucho, mucho, ¡mucho!”, enfatizó Durga McBroom en una entrevista con El Ciudadano. La cantante estadounidense, quien fue durante varios años vocalista de Pink Floyd y del músico David Gilmour, regresa a Rosario para, junto a la banda The End, recorrer decenas de clásicos de la legendaria agrupación británica. Un día después que en Buenos Aires y antes de llegar a Córdoba, The End y McBroom se presentarán, esta noche, desde las 21.30, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza). Las entradas continúan a la venta en la boletería del teatro.

“Como Pink Floyd nunca vino (al país) me siento con suerte de poder darle a la gente un poquito de su música”, destacó McBroom, quien por estos días se encuentra de gira junto a los miembros de la que hoy es considerada la mejor banda tributo a Pink Floyd del mundo.

Durante la velada se escucharán, entre otras, canciones como “Wish You Were Here”, “Learning to Fly”, “Confortably Numb”, “Dogs”, “One of These Days”, “Run Like Hell”, y “The Great Gig in the Sky”. Sobre esta última canción, la estadounidense expresó: “La amo y la odio. Físicamente es muy difícil de cantar pero me honra interpretarla desde que Richard (Wright) la escribió”. Y destacó: “Todos quieren escucharla. Generalmente cuando termino de cantarla me emociono y lloro”.

—A tres años del anterior concierto en Rosario, ¿qué puede adelantar sobre el recital que realizará junto a The End?

—Esta vez estamos haciendo un tema que no habíamos hecho juntos antes que se llama “Goodbye Blue Sky”. Ahora nos conocemos muy bien, es como estar en pareja con alguien con quien fuiste creciendo y nos sentimos muy cómodos. Realmente podemos hacer algo mágico.

—Hizo los coros de Pink Floyd durante casi una década. Con la perspectiva que da el paso del tiempo, ¿cómo recuerda aquellos años junto a Roger Waters y David Gilmour?

—Para ser clara, nunca trabajé con Roger Waters, pero los años que lo hice con David Gilmour, Richard Wright y Nick Mason fueron los mejores de mi vida hasta el momento. Fue como ir a la mejor universidad de música y estudiar con los mejores profesores. Recorrí el mundo cantando para cientos de miles de personas y además ¡me pagaban muy bien! (risas).

—Esa fue una época determinante para la música, ¿cómo hace para conjugar aquellas experiencias con la búsqueda de lo nuevo? 

—Siempre fui fan del rock pero también tengo otras influencias: dance, tecno, neo-soul, jazz, blues. Me gusta mezclar influencias para crear algo nuevo. Hago lo mismo cuando cocino: me encanta cocinar. Suelo usar especias asiáticas en platos de comida americana. Lo hace más interesante.

—“El lado oscuro de la luna” fue el álbum más exitoso de la banda y uno de los más importantes de la historia. ¿Qué representa para usted este disco? ¿Cómo lo definiría? ¿Cuál es su relación con la cantante Clare Torry, la voz de aquel registro?

—En mi adolescencia escuchaba El lado oscuro de la luna todo el tiempo. Es como un viaje sin salir de tu habitación. A Clare la conocí en el concierto The Prince’s Trust at Knebworth en 1991. Ella, Sam Brown, la madre de Sam, Vicki, y yo hicimos coros en aquel show. Un día, Clare vino caminando hacia mí y se presentó: ¡me quede sorprendida. Era una pequeña mujer rubia inglesa! Yo no tenía idea de esto, siempre pensé que era negra porque su voz tiene mucho soul. Es una gran persona.

—En una entrevista dijo que “The Great Gig in the Sky” es uno de los temas de Pink Floyd que más le gusta cantar pero “de los más difíciles de interpretar”. ¿Cuál es el vínculo que establece con esa canción?

—¡La amo y la odio! Físicamente es muy difícil de cantar pero me honra interpretarla desde que Richard (Wright) la escribió. Además todos quieren escucharla. Generalmente cuando termino de cantarla me emociono y lloro.

—A lo largo de sus 30 años de existencia, Pink Floyd nunca llegó a Latinoamérica. ¿Qué relación establece con los fanáticos argentinos de Pink Floyd? ¿Cómo es la interacción con la banda The End?

—¡Quiero a los argentinos mucho, mucho, mucho! Me encanta venir porque todos me reciben muy cálidamente. Me gustaría algún día poder tener una casa aquí. Como Pink Floyd nunca vino (al país) me siento con suerte de poder darle a la gente un poquito de su música.

—¿Dónde tiene hoy puestos sus gustos musicales? ¿Cuál es el presente de Blue Pearl, su proyecto musical?

—Estuve trabajando con una artista increíble llamada Dilana. Es una rockera muy poderosa. También estuve cantando con Linda Perhacs, que es otra talentosa mujer de 70 años. Las escucho bastante. Respecto de Blue Pearl, estoy a punto de grabar un nuevo disco con mi antiguo compañero Youth. Escribimos algunas canciones el pasado diciembre y el disco tendrá un sonido muy trance electrónico. Estamos volando a Londres el mes que viene. Busquen el disco a fin de año. Espero volver a la Argentina en la primavera.

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