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Ciencia que ayuda a producir

Pesca: la provincia impulsa producción en criaderos

El gobierno instaló centros experimentales para probar el método con pacú y un símil de bagre llamado rhamdia. Tras verificar la eficacia de esta forma de producción, será propuesta a privados y a los casi tres mil


A la espera de culminar la primera etapa de hormigón armado, el Acuario de Rosario adelantó parte de su proyectada contribución a Santa Fe: estudiar los perfiles moleculares de algunas especies de peces para el cultivo en criadero. Sin semillas ni glifosato, y menor que los volúmenes de producción agropecuaria, la crianza de peces es negocio de pocos no sólo a nivel provincial sino también nacional. El pacú, la boga y el pejerrey fueron las especies elegidas por el laboratorio local –que comenzó a funcionar a fines de 2010– frente a las edificaciones abandonadas del antiguo reservorio de fauna ribereña. Los conocimientos obtenidos por los investigadores dirigidos por la bióloga Silvia Arranz sirvieron en parte para el nuevo programa de piscicultura del gobierno de Santa Fe.

Hace un mes, se pusieron en marcha dos experiencias piloto de criadero de pacú y rhamdia (especie de bagre) en el norte santafesino. La idea es estudiar la factibilidad del modo de producción para el mercado interno y externo, incluir a los pescadores y emprendedores ya sea por el método de jaula o el de cava. Bajo la supervisión de dos técnicos por cada experiencia, habrá resultados diarios aunque el gobierno esperará hasta el año que viene para ver si efectivamente las temperaturas del agua y otros factores ambientales logran un buen rendimiento de lo cultivado.

Tras unas investigaciones en Misiones, Chaco y Formosa, se emplazaron cavas en dos hectáreas en la zona de San Javier, en el norte de Santa Fe, para probar la cría de pacú y rhmadia. “La idea es combinar la cuenca arrocera, de alta concentración de agua, con la de pacú. Esta rotación de cultivo requiere de la perforación de las napas o el encauce de cursos de agua tierra adentro. La otra es la instalación de entre seis y ocho jaulas de un metro cúbico con flotadores donde se ponen los juveniles y se los alimenta con producto balanceado”, explicó, en diálogo con El Ciudadano, el secretario del Sistema Hídrico, Forestal y Minero provincial, Roberto Tión.

Antes de fin de año estarán instalados, y se verá cómo reaccionan al cautiverio y la potencialidad de expandir la práctica productiva en la cuenca santafesina para privados e incorporar a los pescadores. Mediante donaciones y compra de aluvinos (peces pequeños de menos de 100 gramos) y juveniles se criarán hasta obtener el ideal de mercado de 1,3 kilogramos. Con destino de comercialización interna, la modalidad del pacú será la habitual: como pieza entera mientras que el rhamdia sería para fileteado. El modo de producción se puede extender a boga y sábalo, aunque este último no estaría en los planes inmediatos. Tal como marca el marco regulatorio –ver aparte–, está descartada la posibilidad de criar bagre africano, langosta roja australiana (ambas porque dañan el ecosistema a partir de tendencia invasiva), carpa y tilapia. Éstas últimas son exóticas y se han puesto de moda. Vale recordar que las todas las especies puestas en consideración deberán someterse a un estudio de impacto ambiental.

“A medida que vayamos probando se irán replicando las experiencias desde la localidad norteña Florencia hasta el extremo sur en Villa Constitución. Lo importante será informar de los resultados: malos o buenos y determinar la unidad económica para una familia de pescadores”, detalló Tión. En primera instancia, evalúan montarlas en un pueblo cercano a la capital provincial, llamado Ángel Gallardo, y Oliveros a 80 kilómetros de Rosario.

Fórmula para trabajar

Consultado por la aceptación que tendría la iniciativa en los 2.900 pescadores inscriptos en los registros provinciales, Tión consideró: “La mayoría no cuentan con campo para montar las cavas (al menos dos hectáreas son necesarias) y ven con buenos ojos las jaulas. Si bien es difícil hacer la traslación entre la acción de pescar a cultivar para los tradicionales pescadores, también consideramos que apuntamos a la familia, sus hijos y esposa. Se pueden incorporar a proyectos de terceros como obreros, donde su conocimiento es un plusvalor”. El entusiasmo de varias familias de pescadores se notó a mitad de octubre pasado en San Javier. Durante una reunión en la municipalidad, el asesor del gobernador Antonio Bonfatti y del ministerio de Producción, Carlos Corvalán expuso sobre cultivo de pacú (Piaractus Mesopotamicus) en jaulas y nutrición en piscicultura junto al biólogo Ricardo Roselló. También fueron parte de la disertación especialistas del departamento de Zootecnia de la Universidad Federal de Lavras en el estado de Minas Gerais de Brasil.

Según Tión, la gestión actual está preocupada por mantener los recursos naturales por lo que evalúan descomprimir la extracción en río recurriendo al cultivo. A la par, la provincia ha avanzado sobre la evaluación de los regímenes de pesca, a través del proyecto de modificación de la veda de sábalo que en la actualidad está siendo tratado por la Legislatura.

Radiografía ictícola

La producción ictícola en Argentina involucra a unos mil emprendimientos entre pequeños y grandes. En la región norte se encuentran los productores de mayor envergadura –utilizan entre 200 y 300 hectáreas de tierra cada uno– como Rosamonte y Romance en Misiones, ambas yerbateras ubicadas y volcadas a la producción itícola. Las provincias de Chaco y Corrientes poseen varios pequeños productores. Estos últimos no comprometen más de 10 hectáreas de tierra y, a diferencia de los grandes, no tienen en stock peces reproductores sino que compran ejemplares jóvenes, y los engordan para ver si obtienen un buen linaje de peces. El mercado más grande de productores ictícolas en Sudamérica está en Brasil. En Santa Fe sólo hay un establecimiento autorizado en funcionamiento ubicado en Reconquista.

Mejor raza, más producción

Falta poco para que el acuario rosarino culmine la validación de los marcadores moleculares –cuál es el mejor perfil de reproductor en un grupo de peces– de pacú para evitar la endogamia y mejorar la longevidad de los especímenes. En plena época de reproducción del pez, la información  será otorgada a un cultivador de Formosa para que sirva como prueba piloto del estudio. “La prueba consiste en identificar a nivel molecular el grado de parentesco entre los especímenes a reproducir para evitar la endogamia, que deriva en enfermedades y menor longevidad. Es un problema grave. No reduce la cantidad de huevos sino la sustentabilidad de los nuevos especímenes”, explicó Silvia Arranz, investigadora del acuario y encargada del proyecto. “Es como un análisis de afiliación. Evitar la endogamia, reproducción entre miembros de la misma familia. Así, la mortalidad disminuye y aumenta tu producción”. La intención del laboratorio  es brindar este conocimiento mediante un asesoramiento a los pequeños productores de Santa Fe.

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