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Pesaj

Por: Rabino Shlomó Tawil

El pasado lunes por la noche comenzó la festividad judía de Pesaj que continua hasta el martes próximo por la noche. También conocida por la fiesta de la libertad ya que se celebra la libertad del pueblo judío de la esclavitud egipcia.

Lo curioso es el texto que utiliza Moisés como enviado del Todopoderoso en su solicitud de liberación al faraón “Deja ir a mi pueblo para que puedan servirMe (Di-s)” (éxodo 7:16). Esto quiere decir que “Libertad significa servir a Di-s”.

¿Una contradicción de conceptos? Tal vez no.

Liberar nuestras trabas no significa necesariamente que uno ha entrado en un estado de libertad. La habilidad de accionar como uno desea no es llamado necesariamente libertad.

La esclavitud es la condición bajo la cual la persona está sujeta siempre al deseo de otro

En la actualidad traemos libertad y democracia a la gente alrededor del la tierra, dándoles libertad para decidir sobre su futuro. Aún así, esta habilidad por sí sola no es suficiente y en muchos casos llega a ser autodestructiva. Tiranos y perpetradores del mal son elegidos democráticamente, y esto seguramente no es lo que nuestros padres fundadores tenían en mente.

La verdadera libertad sólo puede ser expresada adhiriéndose a los valores éticos y morales del código dado a toda la humanidad por di-s a través de Moises”.

Benjamín Franklin lo resumió en la siguiente frase: “La democracia son dos lobos y un cabrito votando sobre el menú del mediodía. ¡La libertad es un cabrito armado, luchando por el voto!” Otro ejemplo de esta paradoja lo encontramos en la similitud existente entre dos palabras hebreas: La palabra hebrea “grabar” (Jarut) y la palabra “libertad” (Jerut). Las dos contienen las mismas letras hebreas en el mismo orden. Mientras que “grabar” connota algo confinado y restringido por límites, nuestra percepción de la libertad implica un sentido de fluidez, la ausencia de restricciones.

¿Cómo logramos entonces fusionar estas dos ideas?

Aquí el judaísmo nos enseña nuevamente que estos dos conceptos no se contradicen. De hecho hay un lazo que es inherente a las dos ideas. Es sólo a través de las limitaciones de ser un ser humano moral que realiza “mitzvot”, buenas acciones, las cuales crean parámetros y limitaciones que se logra saborear la verdadera libertad. Es como la alimentación: La dieta sana y el régimen nutritivo, no imprudente y descontrolado libera a la persona de los confines del apetito y la tentación desenfrenada.

Como alguna vez menciono un político : “La democracia sin moral es imposible”.

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