Después del éxito de “Éramos unos niños”, el libro propio editado en 2010 donde narra la historia de amor que mantuvo en su juventud con el fotógrafo Robert Mapplethorpe y los sucesos más importantes de la vida cultural de Nueva York durante la década del 70; y del lanzamiento de su excelente disco “Banga”, ahora Patti Smith es el centro de los comentarios de sus amigos y de su círculo creativo e íntimo.
Cuando Bob Dylan y Michael Stipe lograron que Patti Smith rompiera la reclusión a la que la había empujado el fallecimiento de su esposo, Fred Sonic Smith, y volviera a los escenarios y a las salas de grabación, el primero decidió retratarla y agregar textos de amigos para dar forma a un libro que acaba de llegar al mercado editorial.
Se trata de `Dos veces intro: en la carretera con Patti Smith`, que publica la casa Sexto Piso (y que en la Argentina distribuye Grupal), que muestra el retorno de quien fuera uno de los motores de la movida punk más sofisticada, la neoyorquina, durante el verano de 1995.
“Patti Smith no es solo una cantante fantástica, es un chamán -es decir alguien en contacto con otros niveles de la realidad”. El texto, de William Seward Burroughs, junto con otros testimonios, describe la explosividad de la poeta, la profundidad de su propuesta y el efecto que provoca su sonido.
“Era alucinante: emocionante e imperfecto. Era tan directo y real (…) Me sentía desconectado de la música popular de la época, pero allí había algo que se dirigía a mí. Durante casi dos años, fui el único atraído por este tipo de música -aún era un idiota inseguro-, pero la música me aportaba un sentimiento de fortaleza”, confiesa Stipe, líder de REM.
El mismo registró la gira, sus momentos menos cómodos y los más cómodos, aburridos, tediosos, en comparación con la intensidad y la alegría de la extraordinaria compositora de “Horses”, Patti Smith, que llora y agradece la persistencia del líder de REM y de Dylan, especialista en resurrecciones.
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