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¿Papá o mamá serán hijos de desaparecidos? La ciencia ya sabe cómo redoblar búsqueda

Así como en los 80 investigadores descubrieron el índice de abuelidad, por la consulta de Abuelas de Plaza de Mayo, ahora el Banco Nacional de Datos Genéticos cuenta con la tecnología para dar con un índice de bisnietidad. Todavía falta encontrar más de 300 personas apropiadas por la dictadura


En la búsqueda de personas apropiadas durante la última dictadura militar hay una institución clave: el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En este lugar se realiza el estudio de laboratorio que termina de confirmar si se encontró o no a alguna de estas personas. A mediados de los ochenta las Abuelas de Plaza de Mayo preguntaron si su sangre podía servir para encontrar a sus nietos y nietas, la ciencia respondió con el índice de abuelidad. Fue un hito. Ahora, con personas apropiadas que tienen más de 40 años, la pregunta suma un eslabón: ¿puede la sangre de un bisnieto confirmar el vínculo sanguíneo? Sí, y Argentina se prepara para dar esa respuesta.

Lo confirmó Mariana Herrera Piñera, directora del BNDG, a El CiudadanoEl Banco es un archivo sistemático de material genético y muestras biológicas de familiares de desaparecidos. Desde su creación en 1987 recibieron la muestra de 14 mil personas. Actualmente, por año, pasan alrededor 1200.

Herrera se recibió como licenciada en Ciencias Biológicas el mismo año de la creación del Banco y concursó para el cargo de directora en 2015. También es especialista en Genética Molecular y en Genética Forense. Explicó en qué consiste la noticia, cómo permitirá encontrar más nietos de forma más eficaz y el legado científico del BNDG para el mundo.

El índice de abuelidad es una fórmula estadística que establece la probabilidad de parentesco entre abuelos y nietos, a partir del análisis del perfil genético y que garantiza un 99,99 por ciento de eficacia. Sin embargo en muchos casos el banco no cuenta con la muestra de una abuela o abuelo sino con otros familiares. “En los grupos familiares en el banco no tenemos la rama completa materno-paterna. Hay muchas familias donde hubo mucha desaparición intrafamiliar entonces están muy incompletas en el Banco y esa falta de información genética para reconstruir al papá o la mamá atenta contra la posibilidad del encuentro del nieto”.

Para obtener el perfil genético de una persona el Banco utiliza hasta ahora entre 24 y 33 marcadores genéticos para dar con coincidencias, pero a partir de la reciente incorporación de nuevos equipos podrá contar con entre 600 y 800 mil marcadores. El salto es abismal, la directora subraya la novedad muy entusiasmada.

La tecnología que se incorpora es clave para la resolución de casos donde los grupos familiares están muy incompletos, será más fácil detectar una compatibilidad certera incluso si se trata de una familia donde haya una sola muestra de alguien que no sea abuelo o abuela. 

“Imaginen que vamos a pasar de 24 o 33 marcadores a una cantidad enorme, entonces la información de un solo tío o un hermano se vuelve muy poderosa para la posibilidad de identificación. Nos da un valor agregado a nuestro trabajo que nos va a permitir, por ejemplo, en esa familias muy chiquitas o muy diezmadas identificar al nieto si es que ya vino acá o si es que va a venir. También nos va a permitir saltar una generación más y poder identificar a partir de los bisnietos: se pasa del índice de abuelidad al índice de bisabuelidad. Es lo que estamos tratando de construir”, plantea la directora. 

Mariana Herrera Piñera, directora del Banco Nacional de Datos Genéticos

Específica que “sería encontrar la conexión entre el bisnieto y ese tío o hermano o padre que dio su muestra”. “Apuntamos a los bisnietos porque ha habido situaciones en las cuales el posible nieto fallece antes de dar su muestra al Banco pero tiene hijos y siempre es más sensible exhumar a una persona para obtener una muestra que apuntar a la generación siguiente. Ya nos han pasado casos en los cuales son los bisnietos los que dicen: ¿sirve nuestra sangre para saber si mi mamá o papá eran nietos de las Abuelas? Con nuestro sistema de hoy no podíamos dar esa respuesta, pero ahora la vamos a poder dar a partir del desarrollo de estas tecnologías”.

En carrera para nuevas restituciones

En el Banco trabajan 44 personas, entre personal de laboratorio y administrativo. Involucra profesionales de la biología, bioquímica, genética, antropología, comunicación, ciencia política y abogacía

Si el banco ya recibió 14 mil muestras pero hasta ahora sólo se encontraron 133 nietos y nietas, quiere decir que la mayoría de ellas dieron negativo: por ahí empezará el trabajo con los nuevos marcadores.

Es el inicio de una tarea que esperan completar en el lapso de un año. “Es un trabajo de investigación y desarrollo. Primero se trabaja sin utilizar las herramientas, haciendo simulaciones matemáticas-estadísticas en softwares o desarrollando programas matemáticos- estadísticos que nos permitan dar esa respuesta. Porque el cálculo matemático es muy importante en esto, es lo que va a poner la firma a la identificación”.

Después, iniciará una tarea de selección: a qué familiar de cada grupo se le hará este tipo de estudio genético. “No podemos someter esta nueva tecnología a todo el grupo familiar porque el Banco tiene 36 años de vida, en ese tiempo hubo distintas metodologías de extracción de ADN, algunas mejores, algunas peores. Tenemos que ver qué muestras están en mejores condiciones para ampliar la información genética. En un grupo familiar nos puede servir más un hermano completo, en otro grupo familiar será un tío, depende. Tenemos que hacer todo este trabajo previo a la implementación. Y una vez que tengamos seleccionadas las muestras de los grupos familiares, lo primero que vamos a hacer es retipificar esos familiares con esta tecnología”. 

Se podrá comprobar si algunas de las 14 mil personas que dudaron de su identidad y dieron su muestra al banco, aunque en su momento hayan dado negativo, puede ser que sean personas apropiadas durante la dictadura. Una vez construida esta nueva base de datos retipificada, vendrá el turno de los bisnietos.

Ya hemos tenido identificaciones que fueron por aumentar los marcadores genéticos en los grupos familiares. Hasta 2015 las tecnologías permitían estudiar con 15 marcadores genéticos y luego aparecieron los nuevos kits que sumaban hasta 24. Entre 2015 y 2017 se retipificó todo el banco. Ahí tuvimos identificaciones de nietos, estaban en nuestra base de datos pero que no los habíamos podido ver antes porque con 15 marcadores no alcanzaba para identificar. Calculo que es un trabajo que entre la puesta a punto, la selección, la tipificación y todo, nos va llevar un año. Estamos en carrera para empezar a identificar”.

Herrera contó: “Puede haber pasado que un nieto vino al banco y no lo identificamos porque no teníamos suficiente poder estadístico, poder de identificación, son familias que a nosotros personalmente nos preocupan mucho”. 

Para esos casos, en estos años, lo que se hizo fue crear un área de antropología forense que se ocupa exclusivamente de exhumar y extraer muestras de ADN de abuelos fallecidos que no lograron dejar su muestra y de posibles nietos que no llegaron a analizarse. Trabajan también con el Equipo Argentino de Antropología Forense. Con la nueva tecnología quizás se podrían evitar o reducir los pedidos de exhumación. 

Argentina, pionera

El BNDG fue creado en 1987, durante la gestión de Raúl Alfonsín mediante la ley 23.511. Por entonces no existía un lugar como éste en ninguna parte del mundo. Desde 2009 está bajo la órbita del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Su trabajo sirve como prueba objetiva en el proceso de restitución de identidad de personas que fueron apropiadas y para el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad; en su momento sirvió también como fundamento para la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final. 

La científica Mary Claire King junto a las Abuelas Estela de Carlotto y Cristina Navajas (cuyo nieto se restituyó hace menos de un mes) ante el descubrimiento del índice de abuelidad.

Entre 1976 y 1983, en Argentina el robo de bebés fue una práctica sistemática llevada adelante por los militares. Se trata de personas que fueron secuestradas junto a sus padres y madres durante su niñez o que nacieron durante el cautiverio de sus madres embarazadas.

La investigación está repleta de dificultades: no siempre se sabe dónde fue el lugar donde dieron a luz a esos bebés o, inclusive, si llegaron a dar a luz; no todos saben si sus familiares desaparecidos estaban esperando un bebé al momento del secuestro por lo que quizás nunca dieron su muestra al Banco; los nietos y nietas que hoy se siguen buscando ya tienen más de 40 años y aunque los organismos todavía intentan provocar en ellos la pregunta por la identidad ya hay estrategias de comunicación para llegar a los bisnietos.

De ahí también la importancia de la incorporación de nueva tecnología para la búsqueda: como dijo Herrera, muchas veces son los hijos de los hijos de desaparecidos (los bisnietos) quienes se acercan a los organismos con dudas sobre la identidad de ellos y su familia

El robo de bebés es un delito que puso de manifiesto la responsabilidad civil durante la dictadura: funcionarios, médicos, abogados formaron parte activa. A partir de las investigaciones judiciales y de los organismos de derechos humanos se puede afirmar que lugares como la ESMA, Campo de Mayo, Pozo de Banfield y otros centros de detención funcionaron como verdaderas maternidades clandestinas, incluso con listas de matrimonios “en espera” de un nacimiento. El resultado fue que unos 500 hijos e hijas de desaparecidos fueron apropiados como “botín de guerra” por las fuerzas represivas.

La última restitución fue el pasado 28 de julio, fue la número 133. Se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, militantes del PRT-ERP, Julio tiene 78 años y Cristina sigue desaparecida. Su abuela, Cristina Navajas fue una de las impulsoras de Abuelas de Plaza de Mayo pero no llegó a conocer a su nieto, falleció en 2012. Todavía falta encontrar a más de 300 personas apropiadas. 

Al servicio de otras causas

“El banco es como una herramienta científica viva y todo este know how que tenemos, este conocimiento, puede servir para otras búsquedas”, afirma Herrera.

En Argentina por lo menos tres millones de personas no conocen su familia de origen. Son casos donde se obligó a madres a entregar a sus hijos o se las engañó y ocurrieron antes, durante y después de la dictadura. Toda la información que reunió el BNDG puede servir para dar una respuesta a estas personas. 

“Todo ese conocimiento no puede quedar restringido, tiene que poder ser aplicado a otras búsquedas: las Abuelas cuando generaron la idea de el derecho a la identidad interpelaron a toda una sociedad”, plantea.

Además al BNDG asesora a laboratorios de Latinoamérica donde se requiere este tipo de conocimiento. “Situaciones como las migraciones, familias que son separadas en las fronteras y luego se requiere de toda una complejidad en el análisis para poder identificar. Como ha pasado en Estados Unidos, donde niños son separados de sus padres. O son separados de un tío. Cómo demostrar familiaridad. Por cómo está el mundo, los problemas ambientales que desencadenan desplazamientos de grandes masas de poblaciones, las guerras, hacen que cada vez se necesite perfeccionar las herramientas. Argentina es el único país del mundo que posee este tipo de conocimiento científico desde el Estado nacional. Podemos asistir a otros países”.

Qué hacer si alguien duda de su identidad

Abuelas de Plaza de Mayo encabeza desde 1977 la búsqueda de nietos y nietas. A lo largo de los años el trabajo se fue reforzando junto al BNDG, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) y la Unidad Especializada para causas de apropiación de niños durante el terrorismo de Estado. También trabaja con Cancillería porque puede haber personas apropiadas que viven en otras partes del mundo.

Cada persona que se acerca e inicia una búsqueda, cuenta con la confidencialidad del caso y si se confirmara una restitución aquellos nietos o nietas no tienen por qué presentarse públicamente si no lo desean. Abuelas respeta la definición de cada uno y cuando emite comunicados de prensa sobre estas noticias únicamente difunde la familia de origen y los detalles del caso. No publica el nombre que llevó hasta ese momento la persona, es decir con el que sería reconocido por sus allegados.

Si una persona nacida entre 1975 y 1983 duda de su identidad o conoce a alguien que duda o tiene información que puede ser útil para las investigaciones, puede comunicarse a rosario@abuelas.org.ar | Más información en www.abuelas.org.ar

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