Edición Impresa

Otra vez: vestidos de policías asaltaron una distribuidora

Los seis ladrones huyeron cuando notaron que un empleado se había encerrado y llamado al 911.

Seis personas armadas, tres de ellas vestidas con uniforme policial, ingresaron ayer a la mañana a una distribuidora avícola de barrio Bella Vista, redujeron a los empleados, le dieron una feroz paliza al hijo del propietario del comercio y se fueron con un escaso botín: tres celulares, algunas billeteras y un poco de dinero en efectivo. La Justicia investiga otros siete hechos en los que los asaltantes vestían como miembros de las fuerzas de seguridad.

Miguel Ángel M. tiene 60 años y es el dueño de una distribuidora avícola ubicada en Ituzaingó al 3300, justo en la esquina con Iriondo. Él y su mujer dijeron a El Ciudadano que ayer cerca de las 6, cuando su hijo estaba sacando la cartelería del comercio a la vereda, fue abordado por un grupo de desconocidos armados.

“Eran seis personas que se bajaron de un Renault 12”, contó el hombre, quien detalló que tres de ellos vestían uniforme policial, mientras que los tres restantes tenían camperas oscuras y pantalones y borcegos similares a los que utilizan las fuerzas de seguridad. “Aprovecharon que teníamos el portón abierto”, agregó Miguel Ángel.

De acuerdo con el relato del hombre, cinco de los recién llegados se acercaron a su hijo Andrés, de 34 años, y a fuerza de culatazos en la cabeza lo obligaron a ingresar a una oficina del comercio, adonde se encontraba su padre. “Le cortaron la cabeza porque le pegaron mucho”, remarcó el propietario de la pollería.

Según el relato de Miguel Ángel, los supuestos policías empuñaban armas calibre 9 milímetros, similares a las que se utilizan en la fuerza. “Gritaban y amenazaban todo el tiempo. Fueron muy violentos porque le pegaban a mi hijo para que yo les diera la plata”, explicó el hombre. “Tenían datos sobre nosotros, porque se la agarraron con él ¿Cómo sabían que era mi hijo?”, se preguntó la víctima.

Miguel Ángel explicó que los asaltantes no se llevaron un botín que condijera con la magnitud del operativo desplegado: apenas tres celulares, billeteras y algo de dinero en efectivo. “Todavía tengo que hacer el recuento de la plata”, manifestó el comerciante, quien no detalló la suma sustraída.

El propietario de la distribuidora contó que los ladrones se fueron rápido. Es que uno de los seis empleados del local que estaban en el lugar desde antes de que comenzara el robo se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y se encerró en el galpón en donde guardan las camionetas para el reparto, ubicado enfrente de la pollería. “Cuando el ladrón que había quedado de campana se dio cuenta de que el muchacho había cerrado con llave, entró al local y le dijo al resto: «rajemos porque hay uno que va a llamar al 911»”, detalló Miguel Ángel.

Los asaltantes huyeron con el botín que habían levantado hasta ese momento. Sin embargo, según Miguel Ángel, la Policía llegó recién una hora después. “Mi hijo estaba herido, y a pesar de que el Heca queda a tres cuadras demoró un montón. Nos cansamos de esperar y lo llevamos hasta el hospital en auto particular”, remarcó.

De acuerdo con los voceros de la investigación, Andrés fue dado de alta tras recibir algunas curaciones por los golpes que había sufrido. Le diagnosticaron traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento. Sin embargo, Miguel Ángel contó que  cerca del mediodía el muchacho tuvo que volver a ser hospitalizado, ya que sufrió una descompensación. “Lo material no interesa porque ya está, pero lo que más bronca te da es cómo lo lastimaron. Tiene todo el cuello lleno de marcas”, se lamentó la madre de Andrés.

Los investigadores policiales no brindaron mayores detalles de lo que ocurrió, aunque reconocieron que no sería un hecho aislado.

De hecho, fuentes judiciales indicaron que, además de este, se están investigando otros siete episodios donde el común denominador es que los asaltantes se presentan vestidos de policías –en algunos casos con el uniforme oficial de la Policía de Santa Fe–. La mecánica suele ser siempre la misma: los supuestos pesquisas se presentan en una casa, dicen que tienen que registrar el lugar por alguna investigación, y terminan asaltando a los moradores.

Comentarios