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Ordenan liberar a un detenido por homicidio

Es para poder trabajar. Está acusado de matar a su cuñado durante una discusión en enero pasado. No saldrá hasta tanto no fije un domicilio distinto al que tenía, ya que su mujer lo denunció por maltratos.

Un empleado municipal de 40 años, preso desde fines de enero pasado por el asesinato de su cuñado durante una pelea en una humilde vivienda de la zona oeste, saldrá en libertad luego que los integrantes de la Sala 1ª de la Cámara de Apelaciones hiciera lugar a un pedido de la defensa del principal sospechoso, quien solicitó la morigeración de la prisión preventiva para poder trabajar, ya que es padre de seis hijos menores de edad. La decisión judicial se tomó porque el hombre no cuenta con antecedentes penales, indica la resolución, sin tener en cuenta que hay denuncias por violencia doméstica radicadas en sede policial por su pareja (y hermana del fallecido) ni la declaración de la esposa de la víctima, quien también hace mención a malos tratos. Igualmente, recién saldrá cuando presente un domicilio distinto al que tiene actualmente, porque su esposa lo denunció por maltratos, confió una fuente del caso.

El imputado, identificado como Luis Alejandro M., pero conocido como Negro Pagani, está preso desde el domingo 23 de enero pasado, cuando se presentó espontáneamente, horas después de haber herido mortalmente a su cuñado Raúl Rosario Vera, quien salió en defensa de su hermana y concubina del Negro, que estaba siendo víctima de malos tratos.

Cerca de las 19 de ese domingo, los vecinos de Roullión al 4300 escucharon una nueva pelea entre una pareja que vivía junto a varios familiares en la esquina de pasaje 4 y pasaje 5, frente al centro de salud Toba, en el extremo oeste del municipio.

La misma tuvo como protagonistas al Negro Pagani, como le dicen en el barrio Toba a Luis Alejandro M., de 40 años, quien estuvo bebiendo desde temprano en el patio y su esposa Adela, diez años menor, quien a esa hora comenzó a ser víctima de malos tratos por parte de su pareja.

Según indicaron en su momento vecinos del barrio, el hombre se puso muy agresivo y, entre otras cosas, le tiró a su pareja con un cajón que contenía envases vacíos de cerveza, hecho que motivó a la mujer a salir a la calle y pedir ayuda. La pareja vivía en esa vivienda junto a casi una decena de chicos de distintas edades, entre ellos dos niños, de 1 y 7 años, fruto de la relación entre ambos y otros seis de matrimonios anteriores.

“La maltrataba muchísimo, una vez le quebró la pierna, tiene cicatrices en todo el cuero cabelludo y un ojo de vidrio”, dijo en su momento una de las hijas mayores de Adela. “Llamamos a la Policía unas cincuenta mil veces y no nos dieron ni bola”, y agregó: “Después de dos horas llegaron, cuando pasó lo peor”.

Por lo peor se refería a la pelea registrada entre Luis Alejandro M., y Rosario Raúl Vera, hermano de Adela, quien cuando se desató la pelea entre la pareja, intentó calmar los ánimos.

Vecinos de la zona relataron en su momento a este diario que el hombre primero intentó tranquilizar a su hermana, diciéndole: «Basta Adela, no se peleen» y luego se dirigió a su cuñado para decirle: «Ya basta Negro, ya está».

Pero su intervención despertó la peor reacción de su cuñado, quien le dijo que no se metiera y luego le pegó un golpe en la garganta. Eso motivó una pelea a golpes de puño, que terminó abruptamente cuando Luis Alejandro M. tomó un cuchillo de cocina y le asestó un puntazo en el pecho a Vera.

Tras esto, el agresor se dio a la fuga, mientras que vecinos de la zona alcanzaron a ver cómo Vera caminó unos pasos y luego cayó al piso. Fue llevado al Hospital de Emergencias, donde falleció antes de las 21. “Era muy bueno, no se metía con nadie. Tenía su caballo. Cirujeaba y sobrevivía con eso. Y un hijo de 12 años que está muy triste”, contó hace ya seis meses otro familiar.

Horas más tarde, el hombre conocido como Negro Pagani se presentó espontáneamente en la seccional 19ª, con jurisdicción en la zona. El martes fue indagado por el juez de Instrucción de la 9ª Nominación, Javier Beltramone.

A comienzos de junio, Luis Alejandro M. fue procesado por el homicidio de Vera por el juez de Instrucción Beltramone, quien además dispuso que el hombre siga detenido. Pero su abogado defensor apeló el procesamiento, al decir que “no existen pruebas para vincular a su representado con el homicidio que se le adjudica” y que “los testimonios de los que se vale el juez son contradictorios”, en referencia a la pelea entre ambos, que derivó en la muerte de Raúl Vera.

Según el abogado del imputado, fue Vera quien estaba armado y alegó que su representado se defendió de un ataque de quien resultó ser la víctima.

El abogado sostuvo también que Luis Alejandro M. se encontraba con licencia laboral por psiquiatría al momento del hecho, “existiendo duda o carencia de certeza sobre la posibilidad de comprender la criminalidad de sus actos y dirigir sus acciones”, y solicitó su libertad “porque la prisión preventiva dictada implica una lesión a la presunción de inocencia y por ende una pena anticipada a la sentencia”.

Esta semana se conoció que los integrantes de la Sala 1ª de la Cámara de Apelaciones, Carina Lurati, Ivaldi Artacho y Ernesto Pangia, confirmaron el procesamiento del llamado Negro Pagani, pero revocaron su prisión preventiva y morigerada. Según la resolución judicial, los jueces dispusieron que el hombre siga con prisión domiciliaria, para que de esa manera pueda salir a trabajar.

Según la resolución, los jueces Lurati, Artacho y Pangia tuvieron en cuenta los hechos de violencia en la pareja, que “lucen reales a través de presentaciones e incluso denuncias radicadas por Adela por lesiones y amenazas contra el imputado” y también el testimonio de la concubina de Vera, quien mencionó que la pareja de Luis Alejandro M. le contó que fue víctima de malos tratos, golpizas, cortes en las piernas y obligación a mantener sexo lastimándole sus partes íntimas, entre otras cosas.

Como Luis Alejandro M. carece de antecedentes penales, –según los jueces de la Sala 1ª de la Cámara de Apelaciones– no se descarta que el hecho haya sido por un “eventual exceso en la legítima defensa” y que el hombre cuenta con “un trabajo formal en la Municipalidad de Rosario con una antigüedad de 20 años, es padre de seis hijos menores siendo responsable de su manutención y la excelente impresión en la audiencia in situ”, dispusieron atenuar su prisión preventiva, convirtiéndola en domiciliaria.

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