Miles de personas, en mayor parte afroamericanos, se congregaron ayer en el parque Tompkinsville, en Staten Island, Nueva York, para protestar contra la brutalidad policial, bajo el lema “We will not go back” (“No retrocederemos”). Fue el colofón de un mes de tensión racial, desatada por la muerte del joven negro Eric Garner en julio pasado, cuando era detenido por vender cigarrillos en la calle, y por el estallido de violencia en Ferguson, Missouri, después de que un agente matara a tiros a otro muchacho afroamericano desarmado, Michael Brown, el pasado 9 de agosto.
Convocados por la National Action Network, la organización del reverendo y activista de Harlem, Al Sharpton, la marcha sumó a unas 5.000 personas, según los organizadores. “No estamos contra la Policía, pero queremos Justicia, y la queremos ahora, proclamó Sharpton, y agregó: “Señor alcalde, necesitamos una reforma policial”.
“Los negros también somos personas. Necesitamos protección de la policía, no agresiones. No más lágrimas, no más víctimas. No pararemos hasta que alguien vaya a la cárcel por esto”, dijo otro orador.
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