Las diferencias en torno a la investigación sobre el corralón municipal casi terminan a las piñas en el Concejo. Luego de que el cuerpo rechazara la creación de la Comisión Investigadora, que se encargaría del escándalo por las unidades faltantes en el corralón municipal y que costara el puesto del director de Tránsito, Mauricio Malano, habían resuelto optar por un pedido de informes, que ya estaba acordado. Pero cuando decidieron pasar a un cuarto intermedio, todo empeoró. Según explicaron varios de los testigos, un reproche del presidente del cuerpo, Miguel Zamarini, a la ex vicegobernadora María Eugenia Bielsa, provocó la ira de su compañero de banca, Fernando Rosúa, quien habría respondido midiéndose cuerpo a cuerpo con Zamarini. La cosa se puso espesa y el socialista no llegó a responder a la agresión. Es que un grupo de colaboradores se interpuso entre los ediles y la cosa no terminó en un escándalo mayor. Sin embargo, la discusión pasó a mayores y ya a esa altura el presidente del cuerpo estaba “sacado”, lo que determinó que la oposición se levantara del recinto.
Entonces, el cuarto intermedio se hizo eterno y la sesión se terminó levantando. A la cola de las piñas que no fueron quedaron una gran cantidad de proyectos que no se trataron.
“La sesión de la fecha fue levantada a las 21.20 por falta de quórum motivado por el retiro del recinto de los bloques de la oposición, ante el estado de confusión reinante durante un cuarto intermedio”, rezó luego el parte oficial.
Todo devino del escándalo del corralón municipal. Ayer, la sesión del Concejo no deparaba grandes sorpresas, a tal punto que tenían previsto una larga lista de temas a tratar además del corralón. Pero todo se dilató. Primero resolvieron el rechazo a la comisión investigadora, que había surgido del concejal Diego Giuliano, pero los concejales oficialistas negaron la posibilidad de crearla, y a cambio buscaban ir por un pedido de informes al Ejecutivo, una postura que ya estaba acordada con la mayoría de los bloques, pero a la que Giuliano se oponía.
Mientras eso ocurría, y antes de votar el pedido de informes, se resolvió pasar a un cuarto intermedio. Según fuentes consultadas que al momento de la discusión estuvieron presentes, el “revuelo” se produjo en el momento en que transcurría el cuarto intermedio. Bielsa se habría enfurecido luego de algunos reproches de Zamarini. “Y ustedes porqué piden investigar tanto si nunca investigaron nada”, le habría dicho el presidente del Cuerpo, provocando la furia de la edila del Bloque Encuentro Por Rosario, quien lo acusó de “faltarle el respeto” y de haberse “desubicado”. Lo cierto es que al instante se acercaron gran parte de los ediles. Quien salió en defensa de su compañera fue Rosúa, el que de acuerdo a las fuentes consultadas habría llegado a plantarse cuerpo a cuerpo con Zamarini y, en medio de reproches, casi llegan a los golpes de puño. Lo impidieron varios colaboradores, que evitaron que la sangre llegue al río. Una versión sostiene que allí sí, se fueron de boca. Los ediles consultados y los testigos relataron la misma versión.
La cosa es que todos quedaron sorprendidos. Es que se trata, a juzgar por los hechos, de dos hombres muy tranquilos. Una reflexión de uno de los médicos del recinto fue que “doce horas acá adentro sacan de quicio a cualquiera”.
“El último escándalo similar que recuerdo fue entre (Jorge) Boasso y Evaristo (Monti)”, dijo un viejo empleado del Concejo, entusiasmado por un día de “acción” en el Palacio Vasallo.
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