Por: José Odisio
En el primer partido serio de pretemporada, Newell’s cayó ante Vélez por 2-1 y si bien mostró algunas mejorías importantes respecto de los dos cotejos amistosos anteriores, siguió evidenciando una carencia que a esta altura empieza a alarmar: la falta de gol.
El partido fue intenso, cambiante y con el resultado abierto hasta los veinte minutos finales, donde la Lepra se cayó físicamente y comenzó a dejar espacios que los poderosos atacantes velezanos aprovecharon muy bien, a punto de transformar a Sebastián Peratta en figura.
Lo positivo para el conjunto de Sensini, que ayer dirigió Marcelo Grioni, fueron los primeros veinte minutos de cada etapa, donde el equipo tuvo un claro control del juego, defensiva y ofensivamente. También hay que destacar la muy buena presentación del defensor venezolano Gabriel Cichero, quien se mostró firme en el fondo, tanto de arriba como de abajo, pero además participó de varias acciones ofensivas y estuvo muy cerca de anotar.
El arranque fue todo leproso. Con Formica enchufado, Sperduti intratable con su velocidad y un Pulguita Rodríguez muy activo, Newell’s se adueñó de la pelota y del terreno y puso a Vélez contra su arco. Pero una vez más el Rojinegro no pudo transformar ese dominio en acciones claras de riesgo para Marcelo Barovero.
Es más, las tres mejores chances de la Lepra en ese tramo llegaron por Cichero. La primera fue un disparo de treinta metros que Barovero manoteó providencialmente para impedir un golazo. Luego conectó de cabeza y su testazo se fue apenas desviado. Y por último se animó con un tiro libre, que pasó cerca del palo.
Para peor, en el único remate de Vélez al arco de Peratta, Augusto Fernández contó con un roce favorable en un defensor y descolocó al arquero para poner un injusto 1-0.
En el complemento finalmente ingresó Sebastián Taborda. Y en lo que pareció un guiño del destino, en la primera pelota que tocó, anotó. Sperduti desbordó por derecha y sacó un centro preciso que el Pulguita Rodríguez conectó de cabeza para que Taborda sólo la tuviera que empujar al gol.
Pero más allá de este tanto, el delantero uruguayo demostró que todavía le falta. El gol sin dudas ayuda a sacarse algo de presión, pero todavía se lo nota “pesado” y falto de ritmo futbolístico.
Hubo un rato más de la Lepra. Hasta los veinte del complemento estuvo más cerca con un disparo de Sperduti que contuvo Barovero y un tremendo derechazo de Rodríguez que reventó el travesaño.
Pero con el correr de los minutos aparecieron los espacios en la espalda de Sperduti, los volantes centrales comenzaron a “quedarse” y Vélez, con el ingreso de Cristaldo, comenzó a llegar muy fácil hasta Peratta.
El arquero leproso impidió el segundo varias veces, pero tras un córner el Burrito Martínez la peinó en el primer palo y puso el 2-1 definitivo.
La diferencia pudo ser más amplia, pero Peratta le ahogó el grito a Silva dos veces y Cristaldo falló con el arco vacío. Hubiera sido injusto porque la Lepra, hasta la media
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