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Momo decretó nuevo carnaval en Rio

La “cidade maravilhosa” se viste de fiesta con lujosos vestidos, mucho baile y fiesta más allá del sambódromo.

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Con un derroche de extravagantes y lujosos disfraces, maratónicos sambas y una batería infernal, que consigue levantar de las gradas hasta al más aguafiestas, comenzaron ayer los preparativos para los dos días de desfile de las grandes escuelas de samba del carnaval de Rio.

Esta es la apoteosis del carnaval más famoso del mundo: las 12 mejores escuelas de samba de la “Cidade Maravilhosa” se preparan todo el año y gastan de dos a cinco millones de dólares para desfilar durante una hora por los 720 metros del Sambódromo.

Habrá musas y reinas de esculpidos cuerpos semidesnudos, tacos de 18 centímetros que dejan dedos ensangrentados e inmensos tocados de plumas multicolores que pesan más de 10 kilos. Habrá cariocas que sueñan con este momento todo el año y turistas que han pagado cientos de dólares para desfilar con trajes pesadísimos y calurosos.

Los desfiles, que serán televisados para millones de espectadores de todo el planeta, tienen lugar frente a unos 70.000 privilegiados en el Sambódromo diseñado por el fallecido arquitecto Oscar Niemeyer, que conmemora en este carnaval sus 30 años.

Pero no para todos es fiesta: una manifestación de mil trabajadores de limpieza que pedían mejores salarios fue reprimida anteayer con gases lacrimógenos por la Policía.

Cada escuela desfila con entre 3.000 y 5.000 participantes, divididos en varias alas y roles. Unos 40 jueces estarán encargados de elegir a la escuela “campeona del carnaval” en base a criterios de armonía, percusión, disfraces y tema del desfile.

El rey Momo declaró inaugurado el carnaval el viernes pasado, al convertirse simbólicamente en alcalde de la ciudad. Escogido en una competición por su gran sonrisa, gracia al sambar y el cuerpo voluminoso –la tradición pide que Momo sea gordo, para simbolizar la gula– el privilegio ha caído sobre los hombros de Wilson Dias da Costa Neto, un mulato de 27 años que esta noche será el primero en recorrer la avenida Sapucaí con su impecable traje blanco, cetro y corona plateadas, acompañado de la reina del Carnaval. “¡Decreto la alegría!”, dijo el monarca al comenzar su reinado. Pero no sólo en el Sambódromo hay carnaval. Unos cuatro millones de personas –incluidos 918.000 turistas– asisten desde hace dos semanas con estrafalarios disfraces a los casi 500 “blocos” o carnavales callejeros que recorren los barrios de la ciudad.

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