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Mike Amigorena regresa a las tablas con una compleja obra de Kòltes

Aunque el gran público lo conoció a partir de su elogiado personaje en la tira Los exitosos Pells, la carrera del actor tiene su raíz en el teatro, y en un teatro que lejos de revelarse como comercial, siempre ha tenido un perfil eminentemente artístico.

Dos versiones de Mike Amigorena, muy lejos del atildado señor Pells.
Una versión de Mike Amigorena, muy lejos del atildado señor Pells.

Aunque el gran público lo conoció a partir de su elogiado personaje en la tira Los exitosos Pells, que se vio por Telefé, la carrera del actor Mike Amigorena tiene su raíz en el teatro, y en un teatro que lejos de revelarse como comercial, siempre ha tenido un perfil eminentemente artístico.

Así, Amigorena estrenará el sábado 23 de enero, en la Sala Pablo Neruda del porteño Paseo La Plaza, una versión de La noche antes de los bosques, de Bernard Marie Kòltes (En la soledad de los campos de algodón), con dirección de Alejandra Ciurlanti.

Después de El niño argentino, de Mauricio Kartun, Amigorena vuelve a las tablas con una pieza en la que un hombre, cuyo nombre se desconoce, ve a otro hombre en la calle, en medio de la noche, bajo la lluvia, y trata de conseguir que lo acompañe, que se quede con él. Según adelanta el parte de prensa, “la obra es un monólogo de balance. Es un viaje a lo más íntimo, es un himno al amor por sombras maternas, por ángeles en medio del caos. Es una metáfora del reencuentro con la naturaleza”. Y agrega: “El intérprete, ¿miente, inventa, delira?, o ¿habla con el objetivo de mantener el canal de comunicación con el otro? Sin duda, quiere conseguir ese vínculo tan deseado para no sentirse solo, enfermo de soledad”.

La noche antes de los bosques, obra estrenada en 1977 por el propio Kòltes, marca el ingreso del autor al canon del teatro universal. Luego de una profunda investigación en las posibilidades de las estructuras monologales, la pieza se constituye como un monodiálogo: un diálogo en el que sólo se registran las intervenciones de un interlocutor, hay otro que escucha, avala o discrepa, pero está silenciado.

Con ésta pieza, Kòltes lleva a su completa expresión las conexiones del espacio-tiempo de la noche, en la que vagan hombres y mujeres solos que se buscan con desesperación y desconfianza, que no se conocen y se temen. Así, Koltès reformula un tópico presente en la literatura francesa tanto de Baudelaire como a Antonin Artoud.

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