A días de cumplir un cuarto de siglo como entrenador, Miguel Ángel Russo dialogó con El Hincha. El técnico de Central habló de cómo vive la profesión, de lo que espera para el futuro y de las cosas que lo motivan a esta altura de su vida. Además, casi sonrojándose, dio el motivo de porqué el hincha canalla lo adoptó como propio.
“Yo pienso que un entrenador completo se es después de los 45 años. En resultados todos tenemos cosas buenas y malas. Hoy estás en la cresta de la ola y mirás para abajo y algo te pasó, en algún lado te fue mal, te equivocaste en algo”, reflexionó Russo. Y luego agregó: “Un día leí una nota que le hicieron a (José) Mourinho donde él decía: ‘Soy humano, este año no gané nada’. Y lo dijo después de haber ganado un montón de cosas. Y la vida del entrenador es así. A veces uno se mata trabajando y no encuentra la vuelta, los resultados no se dan. Y después uno encuentra un lugar donde las cosas andan bien”.
A la hora de comentar en qué se recuesta cuando los resultados no se dan, el técnico auriazul contó: “Cuando a uno no le va bien hay que hacer autocrítica. Y volver a empezar. Yo hago autocrítica permanente. Tengo confidentes que son futboleros pero están alejados del ambiente. Tengo amigos de otras profesiones: jueces, funcionarios, psicólogos… que tienen otra visión, y son ellos los que ven lo que mi mente no puede ver”.
Russo cumplió en abril pasado 58 años. Y desde muy chico estuvo ligado al fútbol. Primero como jugador y desde hace un cuarto de siglo como entrenador. “Al principio mi vida era el fútbol solo, después fue la familia, hoy es mi familia y mi gente. Y que todos sepan que lo que hago lo hago por amor, aunque deje de lado muchas cosas”, reflexionó con el correr de la charla.
—¿Sos consciente de que los hinchas de Central te adoptaron como propio?
—Yo creo que es porque tuve la gran virtud de entender la idiosincrasia de Central sin que nadie me la explique. La fui descubriendo, la fui conociendo. Tengo un hijo y muchos amigos en la ciudad. Yo me siento cómodo acá donde estoy ahora.
—Ya son 25 años como entrenador… ¿Qué te motiva? ¿Por qué vas ahora? ¿Por la gloria?
—No. Yo no busco esas cosas. A mí me gusta el trabajo. Soy un tipo de trabajo. Me gustan los desafíos, los desarrollos. Me gustan un montón de cosas. Yo voy por el día a día. Las cosas faraónicas no existen. Yo vivo el día a día, lo disfruto con alegría.
—¿Por qué crees que hace un cuarto de siglo que estás dirigiendo y casi sin parates?
—Porque soy un tipo honesto y de trabajo. Soy consecuente. Elegí muy poco, siempre me llevé por lo que yo quiero. A veces cometí errores: cuando salí campeón en algún lado me quedé y lo mejor era por ahí irse, pero soy así… lo que me gusta, me gusta, y tal vez eso es un error.
—A horas del debut por el torneo local ante Quilmes, ¿qué le podés decir a los hinchas de Central?
—Yo digo que estamos bien, pero siempre hay que desarrollarlo en los noventa minutos. La gente de Central es así, les gusta que estemos en una copa internacional. La gente vive y necesita de triunfos. Iremos en busca de eso. Tenemos la premisa de mejorar. La de superarnos permanentemente. Después las cosas van a llegar.
Juntos desde siempre
En este mes de agosto el cuerpo técnico que encabeza Miguel Ángel Russo cumplirá 25 años de trabajo. Hugo Gottardi, actual ayudante de campo, fue quien lo acompaña desde el principio.
“Con Miguel nos conocemos del año 76 cuando jugábamos en Estudiantes. Somos amigos. Es más, hicimos juntos el curso de técnico”, le dijo la mano derecha del técnico canalla a este diario. Y para ratificar su relación añadió: “En las buenas y en las malas siempre estuvimos agarrados de la mano”.
A la hora de recordar cómo comenzó el cuerpo técnico, Gottardi narró: “Cuando él agarra Lanús yo todavía jugaba ahí. Entonces me dijo: ‘¿Qué vas a hacer?’. Entonces le dije que no iba a poder ser su ayudante y ser jugador a la vez. Yo le dije que tenía dos o tres propuestas. Entonces él me dijo que vaya como ayudante si dejaba de jugar. A la semana lo encontré en el vestuario y le dije que dejaba el fútbol. Así comenzamos”.
Lanús, Estudiantes (en dos oportunidades), Universidad de Chile, Central (cuatro etapas), Salamanca de España, Colón, Los Andes, Monarcas Morelia de México, Vélez, Boca, San Lorenzo y Racing son los clubes por los cuales pasó el cuerpo técnico que comanda Russo donde Gottardi es el ayudante de campo y el profe Guillermo Cinquetti, quien se incorporó en el 99, prepara físicamente los jugadores.
“El primer partido fue con Olimpo en Bahía Blanca y perdimos 1 a 0. Yo no fui porque me quedé trabajando con los que no viajaron. Yo era utilero, profe, técnico… todo. Me acuerdo que las toallas no alcanzaban para todos, era una época distinta a la que vive Lanús hoy”, recordó más tarde la mano derecha del técnico canalla.
Por último, Gottardi señaló: “Los mejores momentos que vivimos fue cuando ganamos el torneo con Vélez, la Libertadores con Boca y el ascenso de Central con campeonato incluido”.
Opinión
La necesidad de ser protagonista
Miguel Ángel Russo tendrá la responsabilidad de llevar al Canalla lo más lejos posible en la triple competencia que afrontará en este semestre. Sin urgencias a la vista y con la convicción de que se puede “pelear”, el entrenador afrontará el torneo, la Copa Argentina y la Sudamericana con lo mejor que tiene a su alcance. Russo es el técnico ideal para este momento de Central, sin dudas. Ya demostró que cabe justo en este club. Tal es así que ya tiene su lugar de privilegio en la historia grande canalla con lo que hizo hasta acá.
Pero a pesar de todo esto la verdad estará en los noventa minutos que dure cada partido de esta triple competencia. Más allá de la idolatría que tienen los hinchas por él, el DT volverá a poner en juego sus pergaminos.
El director técnico siempre vino para dar una mano en momentos difíciles tanto en lo institucional como en lo deportivo. Y siempre terminó cumpliendo los objetivos.
Ahora está ante la posibilidad de pelear por algo más allá de sumar puntos para permanecer o para subir de categoría. De hecho, el Canalla jugará la Copa Sudamericana, y volvió al ruedo internacional después de ocho años. Y ya sorteó un escollo en la Copa Argentina.
Russo sabe que el trabajo que comenzó hace dos años está comenzando a dar sus frutos. Es que el entrenador, más allá de que cuando llegó sabía que la prioridad era el ascenso, siempre vio más allá. Y nunca, a pesar de que la falta de resultados en el arranque de la última temporada en la B Nacional le sacaron crédito, dejó de perseguir su propósito: un trabajo a largo plazo.
Central necesita de alegrías en el corto tiempo. Es que la sequía de conquistas ha hecho mella en todos los aspectos del “mundo Central”. Y si bien todavía, en esta triple competencia, no está obligado a salir campeón, sí está exhortado a ser protagonista.
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