Ciudad

Servicio de Voluntariado

Medio siglo de amor y servicio a los niños

Se cumplieron 50 años del Servicio de Voluntarias del Hospital de Niños "Víctor J. Vilela". El acto se realizó el viernes y participó el gobernador Miguel Lifschitz y la intendenta Mónica Fein. Se homenajeó a las 80 mujeres que dan vida al proyecto


Desde  1968 funciona en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela un Servicio de Voluntariado Social dedicado a acompañar y contener a los niños y sus familias, cuyos integrantes cooperan con el cuerpo médico y personal de enfermería.

El viernes se realizó un  acto por el 50° aniversario donde participaron el gobernador de la provincia Miguel Lifschitz y la intendenta Mónica Fein. Se homenajeó a las 80 mujeres que dan vida al proyecto.

“El Vilela tiene una historia de orgullo y prestigio para los rosarinos, es hablar de una de las mejores instituciones médicas del país, es una verdadera referencia profesional, y también de esfuerzo, compromiso, y vocación”, afirmó el gobernador durante el acto que tuvo lugar en el salón “Terrazas del Paraná”.

“Las voluntarias son el vínculo entre el adentro y el afuera, que han hecho de su vida un acto de amor y servicio, con una tarea imprescindible, de la misma jerarquía que un médico o un enfermero”, afirmó el gobernador.

“Lo que ustedes hacen todos los días nos ayuda a tener esperanzas en el futuro, porque en un mundo de individualismos, en otro lado existen personas como ustedes que nos enseñar lo que es el amor por el otro”, les dijo Lifschitz a las voluntarias.

Hasta la fecha, el Servicio de Voluntariado del Vilela está compuesto por 80 mujeres que todos los días se hacen presentes en las diferentes áreas del Hospital para ayudar desde las más diversas acciones y ocurrencias.

Además de garantizar que las familias tengan todos los recursos necesarios para acompañar los distintos tratamientos de sus hijos, el desvelo mayor de este colectivo es hacer todo lo posible para que cada niña y niño que esté en el hospital no deje de reír, jugar, cantar, imaginar, soñar, sentirse seguro, y pueda disfrutar de todas aquellas experiencias que hacen posible el derecho inalienable a una infancia feliz.

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