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Barrio Godoy

Mataron a un joven y le robaron la moto

Francisco será velado en Paraguay, cerca de su familia.


El papá de Francisco siempre se preocupó al ver las noticias policiales de Argentina que le llegaban a través de la televisión, en Paraguay: “Yo le decía que vuelva, que era peligroso estar acá. Él se había comprado una moto y me dada miedo que se la quisieran robar”. El domingo a la madrugada, Francisco, de 25 años, fue asesinado cuando volvía del boliche con un amigo. Fue atacado con piedras por al menos cuatro varones que le robaron la moto y las cosas que llevaba encima. Malherido, fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), pero esa misma noche los médicos le diagnosticaron la muerte cerebral y en pocas horas informaron su fallecimiento. Su papá llegó ayer a la mañana a Rosario para retirar su cuerpo y llevarlo de regreso a su Coronel Bogado, una ciudad pequeña en el interior de Paraguay donde la familia y los amigos esperan para despedirlo.

Francisco Joel Moringo Barboza llegó a Rosario hace nueve años cuando todavía era un adolescente recién salido de la escuela. Venía desde Coronel Bogado, una pequeña ciudad ubicada en el departamento paraguayo de Itapúa, y se instaló en barrio Godoy.

Enseguida, empezó a trabajar de albañil y encontró en la comunidad de paraguayos de Rosario a su segunda familia. Uno de sus cinco hermanos que estaba en Buenos Aires vino a vivir con él, incentivado por el cariño que Francisco le tenía a la ciudad.

Francisco hizo muchísimos amigos. Le gustaba jugar al fútbol y, sobre todo, bailar.

Hace unos años, se unió a Ñasaindy, un grupo de baile de ritmos folklóricos paraguayos formado por más de 80 personas de todas las edades que se sube todos los años a los escenarios de las Colectividades y, además, viaja por todo el país. Hace dos años, se puso de novio con una paraguaya de ojos grandes y verdes que vive en Buenos Aires.

Los chicos se conocieron a través de Facebook y mantenían una relación a la distancia, viajando los fines de semana. La Navidad pasada, Francisco viajó a Coronel Bogado a visitar a su familia. En la cena le dijo a su padre que quería volver a mitad de este año, pero que también tenía muchas ganas de empezar a estudiar para dejar de ser albañil.

El domingo, cerca de las seis, Francisco volvía de bailar en moto junto a su amigo Carlos cuando en la esquina de 27 de Febrero y Valparaíso le empezaron a tirar con piedras. Los pibes se cayeron del rodado y Francisco se golpeó la cabeza. Su amigo empezó a correr para buscar ayuda y los atacantes golpearon al chico herido con otra piedra, y se fueron en su moto. Cuando Carlos regresó, Francisco agonizaba y junto a un grupo de vecinos lo llevó al Hospital Carrasco, desde donde fue derivado al Heca.

En el barrio se comentaba que los ladrones eran cuatro conocidos en la zona. De hecho, testigos aportaron datos sobre la identidad de los mismos. El domingo a la noche, los médicos diagnosticaron la muerte cerebral de Francisco. Apenas se enteró de lo ocurrido, su papá se tomó un colectivo y vino a Rosario. Llegó ayer a la mañana con un objetivo: trasladar el cuerpo de su hijo a Coronel Bogado, donde toda su familia y la ciudad que lo vio nacer esperan para velarlo.

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