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Más maquillaje para la inflación

Por: María Iglesia

La semana pasada, el Banco Central decidió modificar las metas de su Programa Monetario 2010, cambio con el que convalidó la mayor emisión de pesos que llevará adelante en los meses que restan del año, hecho que presionará aún más la ya elevada inflación. Según esgrimió la entidad monetaria presidida por Mercedes Marcó del Pont, se debió modificar el cumplimiento de las pautas originales ya que de otra manera “afectaría el crecimiento de la actividad económica”.

Con este cambio, el Banco Central convalidó que durante 2010 va a inyectar en la economía 20.000 millones de pesos más que lo que pensaba hacer. Si bien es cierto que, tal como argumentan desde la entidad monetaria, el crecimiento del PBI será mayor en este año que el que se pensaba a fines de 2009 (cuando se elaboró el Programa Monetario 2010) y, por ende, se necesitará más dinero para que la economía funcione, también es cierto que la mayor demanda de billetes se debe a otro factor: que para adquirir la misma canasta de bienes y servicios se precisa hoy un 25 por ciento más que el año pasado.

Para el economista Miguel Kiguel, “esto demuestra que el Banco Central tiene como objetivo continuar con la expansión monetaria, incluso al costo de la inflación”. En ese sentido, opinó que “la medida, en sí, no generará inflación, pero claramente deja poco lugar para que baje”. También para Dante Sica, de la consultora abeceb.com, la entidad monetaria “reconoce con este cambio que la inflación estimada en el Programa Monetario de diciembre está siendo superada”.

Marcó del Pont, fiel al estilo kirchnerista, defendió que “las políticas de enfriamiento de la economía son las que nos han llevado históricamente al fracaso”. Es por eso que justificó: “Hicimos un ejercicio realista para garantizar una política monetaria que no fuera restrictiva o inhibiera el crecimiento económico”.

En un comunicado, el Banco Central señaló que el Programa Monetario 2010, elaborado por la anterior gestión a cargo del desplazado Martín Redrado, incluyó una proyección de crecimiento del PBI del 2,5 por ciento. “La estimación de la expansión real de la economía –basada en los datos ya publicados para el primer trimestre y los indicadores adelantados de actividad del segundo– se ubica en un rango que va del 8,9 por ciento al 9,5 por ciento”, estimó el BCRA.

De esta manera, en lugar de tomar medidas para atacar la inflación, que según estimaciones privadas se ubicaría en 2010 en 25 por ciento, es decir 5 puntos porcentuales por encima de la ya elevado número del año pasado, de un 20 por ciento, nuevamente se ponen en práctica políticas que modifican la cuestión de forma pero no el problema de fondo. Si bien esta decisión fue tomada dentro de un marco institucional (y no como la manipulación de las cifras del Indec) ya que la propia Carta Orgánica del Banco Central advierte que “con periodicidad trimestral, o cada vez que se prevean desvíos significativos respecto de las metas informadas, deberá hacer público las causas del desvío y la nueva programación”, no derrumba el flagelo de la inflación.

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