Edición Impresa

Luis Lamas y Hunt, en momentos de tensión

El destacado Luis Lamas y Hunt.

En la primera parte se trazó un bosquejo de su actividad económica y social que permitió situar a nuestro hombre, Luis Lamas y Hunt, en el más alto nivel de la sociedad rosarina de la época, factor no desechable para haber alcanzado la jefatura política de la ciudad. Sin embargo, a pesar de no ser destacable su participación en el grupo político liberal, su pertenencia al mismo con el prestigio de su padre puede considerarse determinante para haber sido nombrado por el gobernador Nicasio Oroño en momentos de gran tensión en la provincia y la ciudad.

Oroño había instalado en Rosario el Poder Ejecutivo y la Legislatura provincial hizo lo mismo, por estar la ciudad de Santa Fe dominada por un grupo sedicioso. El año 1868, y en particular el mes de febrero, ofrecerá para Rosario un marco social y político propios de un país todavía en vías de consolidación de la república que se alcanzaría resolviendo en esa época, elecciones con fraude, en su forma más benévola, o por las armas.

Además, la unidad político territorial, que por la fuerza de los hechos se inicia después de Pavón, presenta estertores de reacciones provinciales sobre la nueva conformación del Estado surgido después de la disolución de la Confederación. Será el inicio del dominio y gobierno del país desde Buenos Aires presidido por Bartolomé Mitre. En esos momentos el país se encontraba en guerra interior y exterior. Si bien esta última ya en territorio paraguayo entraba en una última etapa, se prolongaba más de lo esperado resultando un pesado costo en varios aspectos. De ellos, el económico, salvo para los proveedores santafesinos capitalinos y rosarinos del Ejército en Paraguay, afectaba seriamente a la población, pero era menos importante ante las muertes producidas en combates y por epidemias que fueron traídas por los heridos a las ciudades del litoral y a Buenos Aires.

A la par de la situación general, Santa Fe entra en crisis política que afecta a Rosario. Esta crisis estalla en los últimos días de diciembre de 1867, a sólo dos meses de que terminara la gobernación de Nicasio Oroño, que concluía en febrero de 1868. Había llegado a la gobernación luego de su eficiente gestión como jefe político de Rosario acompañando el auge liberal proveniente de Buenos Aires. Hombre que compartía la idea de progreso y educación con Sarmiento, no postergaba sus convicciones liberales que lo llevaron a enfrentarse con el clero por sus leyes de secularización de cementerios y casamiento por Registro Civil.

El enfrentamiento abrió el camino a sus adversarios políticos en el inicio de la campaña para la elección del próximo gobernador. Mariano Cabal era el candidato de los opositores y el doctor Marcelino Freyre lo era del grupo de Oroño. Pero estas elecciones significaban algo más que la titularidad del gobierno de Santa Fe. Significaba también el poder para elegir los electores de cuyos votos saldría el sucesor de Mitre en la presidencia, en momentos en que éste, desde el frente de operaciones de la guerra, había manifestado en el llamado “testamento político” su oposición a las candidaturas de Justo José de Urquiza y Adolfo Alsina, actitud considerada como verdadero veto para estos hombres.

Esta manifestación de poder afectaba muy directamente a Santa Fe, porque los vetados eran los candidatos por los que apostaban los partidos políticos, por así decirlo, de la provincia. El candidato de Oroño era Alsina y el de sus enemigos, Urquiza. Éstos iniciaron la “campaña política” con un alzamiento armado –llamado Revolución– en Santa Fe y Rosario, cuyo líder indiscutido era Simón de Iriondo en la capital y aquí no estaba al margen de la asonada don Pascual Rosas. El medio elegido para derrotar al gobernador daba lugar a sumar muertos a los de la guerra, que de los batallones 1° de Santa Fe y Rosario eran muchos, entre ellos el abanderado Mariano Grandoli.

Ante el cariz de la situación, Oroño delegó el mando en José M. Cullen, pidió la intervención y desapareció de la capital. La llegada del interventor, doctor Francisco Pico, enviado por el vicepresidente Marcos Paz, en ejercicio del Poder Ejecutivo nacional, fue acatada por los sedicioso y repuso al gobernador, por lo que Cullen devuelve la delegación y abandona el gobierno, pero Oroño no aparece. La ausencia del gobernador dio lugar a un gobierno paralelo encabezado por el entonces presidente de la Cámara de Justicia, doctor J. B. Graña, hombre de reconocida pertenencia al urquicismo.

Oroño no consideró segura su permanencia en Santa Fe e instaló en Rosario el Poder Ejecutivo provincial, que fue acompañado por la Legislatura. Desde enero hasta el final de su mandato, a fines de febrero, el gobierno instalado en Rosario produjo diversas actuaciones con diferentes efectos. La Legislatura designó a Oroño senador nacional, función política que cumplirá por muchos años, porque este acto quedó reconocido por la intervención siguiente. Ante las dificultades del llamado a elecciones provinciales, el cuerpo legislativo adelanta el nombramiento de Camilo Aldao como gobernador interino, para cuando concluya el mandato de Oroño y hasta que se elija sucesor en la elección que en el mismo acto se convocaba. Este proceso fue una jugada política de Oroño, que aprovecha los pocos días que restan para terminar su mandato constitucional para colocar a hombres de su riñón en las esferas del gobierno para mantener el posible control de la elección de su sucesor y de electores para las elecciones nacionales que se avecinaban.

En el orden nacional, el 2 de enero de 1868 se produce el fallecimiento de Marcos Paz, lo que exige el regreso de Mitre a Buenos Aires. En el ejercicio de la presidencia renueva parte del ministerio, al que incorporó a su candidato Rufino de Elizalde en Relaciones Exteriores y al doctor Eduardo Costa en Interior, que fue enviado a Santa Fe como interventor en reemplazo del anterior y pasó a ser árbitro de la situación de la provincia.

El 25 de marzo deroga la designación de Camilo Aldao como gobernador interino y reconoce como tal al presidente de la Cámara de Justicia de la provincia, Federico Ibarguren, a cargo del Poder Ejecutivo para llamar a elecciones. Detalles no expuestos anteriormente evaden nuestro objetivo, pero a título informativo cabe señalar que fue elegido gobernador Mariano Cabal y los electores de la provincia lo hicieron por Urquiza, que sólo recibió estos votos, los de Salta y Entre Ríos. El presidente será Faustino Sarmiento y su vice, Adolfo Alsina.

Comentarios

10