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Asesinan a un policía que quiso evitar un asalto

Recibió un disparo en la cabeza y murió en el sanatorio Laprida. Hay un detenido y dos prófugos.

El suboficial Ramón Flores trabajaba desde hacía poco más de un año en el Comando Radioeléctrico de Funes. Cerca del mediodía de ayer, acudió en moto a un alerta emitido por el botón de pánico de un comercio ubicado en la zona céntrica, que estaba siendo asaltado por tres personas armadas, pero no alcanzó a entrar al local, ya que fue atacado por uno de los ladrones que, sin mediar palabra, le descerrajó un disparo en la cabeza. El policía falleció horas más tarde en el Sanatorio Laprida, elevando a cinco la cifra de uniformados en actividad asesinados en lo que va del año en el departamento Rosario. A ellos se suma Julio Mariño, custodio del frigorífico Finlar, ultimado el 25 de noviembre pasado en Granadero Baigorria, quien estaba en situación de retiro

Eran cerca de las 12 de ayer cuando una persona ingresó al comercio Sanimax, ubicado en Irigoyen y Houssay, de la ciudad de Funes. Parecía un cliente más, y se puso detrás de un proveedor que estaba levantando un pedido. Pero en pocos instantes reveló sus verdaderas intenciones. En forma rápida, saltó del otro lado del mostrador y sacó un arma de fuego, y comenzó a pedir el dinero de la caja. En ese mismo instante, y como si fuera un plan coordinado, ingresaron otras dos personas, también armadas, como apoyo, explicaron fuentes policiales.

A cara descubierta, llevaron a empujones hasta el baño a las seis personas presentes en el local y también a la propietaria, que en ese momento estaba en una oficina ubicada en la parte trasera.

En el baño fueron despojados de sus celulares y de las llaves de sus autos y luego atados con precintos plásticos negros, que ellos mismos habían llevado, lo que indica cierta logística, mientras les decían que agacharan sus cabezas y no los miraran a la cara porque sino “eran boleta”, dijeron los voceros.

Luego, el trío de asaltantes vació la caja registradora y tomó de los estantes varios pomos de pegamento y sellador, que guardaron en una mochila.

Daniela, dueña del local, sostuvo que para ella buscaban una suma de dinero importante, quizás pensando que como era viernes y comienzos de mes, destinada al pago de salarios del personal. Pero dijo que se manejaba con cajeros automáticos, así que solamente había dinero en la caja. “La plata del día”, remarcó.

Antes de ser llevada hasta el baño, la mujer apretó una de las dos alarmas silenciosas conectadas con el Comando Radioeléctrico de Funes, en una maniobra que cree no vieron los asaltantes, que igualmente actuaron muy rápido.

Poco después, el suboficial Ramón Agustín Flores, de 33 años, llegó en una moto hasta la puerta del comercio. Con el chaleco antibalas colocado, se bajó de la moto, se sacó su casco y lentes y los colgó del manubrio. Y no tuvo tiempo para nada más. En ese preciso instante salieron los tres ladrones y uno de ellos, sin mediar palabra, le dio un tiro en la cabeza.

Flores cayó pesadamente al piso, dejando una gran mancha escarlata en la entrada misma del comercio, mientras los asaltantes se dieron a la fuga.

Pocos minutos después, una ambulancia trasladó al uniformado hasta el Sanatorio Laprida, donde ingresó en la sala de terapia intensiva y falleció poco después debido a la gravedad de la lesión, explicaron las fuentes.

Para la dueña del local, uno de los asaltantes había estado la tarde anterior preguntando algunos precios, como estudiando el lugar.

Además, mencionó que el pasado 5 de noviembre fue víctima de un hecho similar, perpetrado también por tres personas armadas y a cara descubierta, que se llevaron dinero, celulares y el auto de un cliente. Para la mujer, no son las mismas personas que la asaltaron ayer.

En tanto, personal de la comisaría 23ª de Funes secuestró en el lugar la mochila que los asaltantes dejaron olvidada, cargada con pegamento y sellador. En pocos minutos, realizó un rápido operativo y arrestó a un joven de 19 años a quien le encontraron entre sus ropas una escopeta de caño recortado y uno de los celulares supuestamente robados a los empleados de Sanimax.

El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción 3ª, con auxilio del personal de la División Judiciales, la sección Homicidios y la comisaría 23ª.

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