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En recuperación

Ludmila está mucho mejor, y sus padres seguirán presos

Estiman que la nena de 2 años, oriunda de Capitán Bermúdez, tiene para dos semanas más de internación en el Vilela.


Ludmila, la nena de 2 años y cuatro meses de Capitán Bermúdez que está internada tras ser hallada con un severo estado de abandono por el maltrato que recibió de sus padres, sigue evolucionando favorablemente y los médicos del Hospital de Niños Víctor J. Vilela estiman que deberá permanecer allí, al menos, dos semanas más. En tanto, fuentes judiciales de San Lorenzo, donde se tramita el caso, confirmaron que los acusados seguirán en prisión preventiva hasta que finalice todo el proceso imputatorio.

El dato en torno a la evolución de Ludmila fue comunicado a El Ciudadano por fuentes de la dirección del Hospital Vilela. La beba sigue internada en una sala común luego de haber ingresado el miércoles 3 de septiembre a la terapia intensiva del centro de salud en estado desesperante de salud.

El caso conmovió a los propios profesionales del centro de salud de la zona sur, dado el extremo estado de abandono y agresión que se detectó en la chiquita, que estuvo al borde de la muerte. La fiscal que inicialmente tomó el caso detalló por entonces que la niña fue encontrada con múltiples heridas, edemas, falta de piel en un hombro y rodilla izquierda y lesiones en los músculos y los huesos, además de sufrir una infección en el cuerpo.

El cuadro actual es otro. Desde el Vilela señalaron ayer que Ludmila “clínicamente está evolucionando favorablemente del cuadro infeccioso. “Se está completando el tratamiento con antibióticos para las lesiones, algo que llevará un tiempos más. Estimamos que tendrá dos semanas más en el hospital”, agregó el vocero.

Vale recordar que Ludmila no fue la única que padeció el maltrato de la pareja que hoy esta detenida. Sebastián, un primo de la beba, que tiene 8 años y también estaba al cuidado de los imputados, fue internado con un cuadro grave de desnutrición y lesiones a las pocas horas en el policlínico Eva Perón, de Granadero Baigorria. Al niño se le detectaron signos de que podría haber sido abusado. También trascendió que está indocumentado, que no sabe leer ni escribir y tiene serias dificultades para comprender determinadas situaciones.

A casi un mes de esa internación, Sebastián fue dado de alta y quedó bajo el cuidado de la abuela paterna, quien denunció los hechos y puso al descubierto las atrocidades. La mujer ya había quedado provisoriamente a cargo de dos hermanos de Ludmila, un bebé de 9 meses y otro de 4 años. Si bien estos chiquitos no tenían signos de extrema violencia física, sí mostraban un notorio estado de desidia y abandono.

Fuentes judiciales de San Lorenzo relataron este jueves que los fiscales que llevan adelante la investigación ordenaron que Sebastián fuera asistido por una junta interdisciplinaria (que incluye a médicos y psicólogos) para saber si está en condiciones de prestar algún tipo de aporte a la causa. “Vamos a ver si puede hacerlo. Si no está preparado está claro que no lo expondremos”, dijo el vocero.

En tanto, los acusados siguen con prisión preventiva en la alcaidía de San Lorenzo.

Hace algunos días, corrió un rumor de que podrían salir provisoriamente mientras se lleva adelante el proceso judicial. Pero eso fue descartado rápidamente.

“Van a seguir detenidos hasta el final. Es decir, durante todo el proceso y hasta que el juez determine su situación y el grado de responsabilidad que tuvieron en el caso”, sostuvo el vocero consultado por El Ciudadano.

Por su parte, los fiscales pidieron que a los padres de Ludmila se les impute el delito de tentativa de homicidio.

Esa carátula es distinta a la que había impuesto el juez rosarino que tomó el caso antes de que éste pase a los Tribunales de San Lorenzo. Por entonces, se acusó a la pareja por “lesiones agravadas en concurso de abandono de personas agravado por el vínculo”, hecho que daba la posibilidad a una pena superior a los 26 años.

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