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Lucha local sobre autismo

Hoy es el día mundial para la concientización de la enfermedad, conocida por la falta de comunicación del paciente. En la ciudad, un grupo de profesionales capacita a familiares para vivir en comunidad.

Hoy se conmemora el Día Mundial para la Concientización del Autismo y en Rosario hay cientos de casos cuyos desencadenantes se desconocen. María Mercedes Giménez, de Casa de Familia (Salta 2274), explicó a este medio que el trabajo con los padres, amigos y demás allegados a las personas autistas es fundamental, sobre todo para capacitarlos a comunicarse con ellos, dado que esta vía de relación es la gran barrera que construye la enfermedad.

“En Casa de Familia buscamos un lugar para niños con trastorno en desarrollo y trabajamos con ellos y sus familiares en la difusión y capacitación de esta enfermedad”, comentó.

Giménez es psicóloga especializada en autismo y explicó que el espacio cuenta con el trabajo de profesionales de la salud y educación, terapia ocupacional, psicopedagogía, profesores de educación física y docentes especiales.

Dentro de la labor que realizan, los familiares asisten a reuniones mensuales y allí hay charlas con los especialistas por medio de la temática psicoeducativa y las experiencias que van presentando los pacientes y sus padres.

“Se necesita aprender sobre el modo de relacionarse con los chicos. Es sumamente importante llegar al niño porque éste mismo, con su mecanismo de defensa, cierra todas las puertas de comunicación”, sostuvo la psicóloga.

En tanto, respecto a la experiencia como profesional de la salud ante los padres de un chico autista, comentó: “A los padres les asusta mucho la palabra, por eso la importancia de la difusión sobre cada ítem de esta enfermedad. Se sabe que el chico con autismo no se va a poder relacionar con todos, no va a poder tener una vida común y entonces el trabajo pasa por encontrar los espacios para compartir con su hijo o hija y aprender a manejarse en las diferentes situaciones que se les pueden presentar, dado que nosotros, desde la entidad, no estamos todo el tiempo con ellos”.

En tanto, la especialista aseguró que en muchos casos el grado de incomunicación se revierte en un alto porcentaje. “Hay chicos que no poseen lenguaje verbal y hay un alto porcentaje de pacientes que, tarde o temprano, accede, según la gravedad del caso, a una gama de abordajes de comunicación aumentativa y realmente se conectan con sus pares y allegados. Inclusive, muchos chicos que han pasado por Casa de Familia fueron integrados a escuelas comunes y han podido participar de clubes y practicar deportes y, dentro de todo, logran ser independientes”, sostuvo con un tono esperanzador, e hizo hincapié en la importancia de las actividades cotidianas con las cuales se debe trabajar en casa: “El autismo se diagnostica a los pocos años de vida, por ende, si bien son muy chiquitos para exigirles demasiado, enseñarles y pedirles que pongan la mesa para el almuerzo o se laven los dientes, es una de las tantas cuestiones que, de conseguirlas, se estará dando un paso importantísimo en medio de la enfermedad”.

Sobre la enfermedad

El trastorno autista forma parte del grupo de los desórdenes conocidos como Trastornos Generalizados del Desarrollo del Espectro Autista (TGD EA), es un desorden neurobiológico que acompaña a la persona durante toda su vida. Este trastorno en el desarrollo del cerebro comienza antes de los tres años y deteriora la comunicación e interacción social de los afectados, causando un comportamiento restringido y repetitivo.

Según explicó Giménez, los padres deben prestar especial atención cuando cerca de los ocho meses de vida el chico es “demasiado tranquilo”, o bien evita el contacto visual y no señala para compartir lo que ve o quiere. “Hay que diferenciar ante las cuestiones emocionales como una mudanza o un cambio importante en la vida, pero hay que estar atentos a los focos de atención del chico, si antes jugaba con un camioncito y ahora le observa con detenimiento las ruedas, o le presta atención a los ojos o el pelo, solamente, de una muñeca”, explicó la psicóloga. Además, es preocupante cuando entre el año y año y medio se pierde una habilidad que se tenía, como hablar, correr o, simplemente, jugar.

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