El director del Banco Nación, Claudio Lozano, hizo un extenso informe este miércoles en la Legislatura provincial sobre la situación de la firma Vicentin. Ante diputados de todo el arco político, excepto los de Cambiemos que no participaron de la actividad, Lozano planteó un dilema al preguntarse si hubo “irresponsabilidad” o “una maniobra delictiva” a fines del año pasado cuando la empresa defaulteó sus deudas.
Lozano llegó a Santa Fe convocado por los diputados del bloque Igualdad y Participación, Rubén Giuistiniani y Agustina Donnet. Primero habló con la prensa en la Presidencia de la Cámara baja y luego participó de una actividad abierta al público en el hall de la Legislatura, en la que estuvieron diputados y asesores de todos los espacios políticos –el PJ, el Frente Progresista, la centro-izquierda y el bloque de los pastores Somos Familia y Vida– excepto representantes de Cambiemos.
El informe de Lozano había sido solicitado por las comisiones de Asuntos Constitucionales, de Presupuesto y Hacienda y de Asuntos Laborales de la Cámara de Diputados, ante la situación de cesación de pagos en que ingresó Vicentin este último verano. El director del Banco Nación –una de las entidades con las que la firma tiene una fuerte deuda– evitó pronunciarse sobre la estatización de la empresa, algo que fue planteado en su momento por el bloque de centro-izquierda del Frente Social y Popular. No obstante, Lozano sostuvo que “se tiene que dejar en claro que el Estado no debe hacerse cargo de los 1.300 millones de dólares de deuda total” que posee Vicentin.
En diálogo con la prensa santafesina, antes del informe, el director del Banco Nación se refirió a los vínculos políticos entre la firma multinacional nacida en Reconquista y el gobierno de Cambiemos. Y le apuntó con munición gruesa a la anterior conducción de la entidad que ahora preside por designación del presidente Alberto Fernández.
“Desde el Banco Nación –indicó Lozano– hubo un trato sumamente irregular. Esta firma, desde abril de 2019, tenía vencida su calificación básicamente porque el volumen de deuda representaba más del 15% del patrimonio neto del banco y las regulaciones del Banco Central establecen límites en ese sentido. A pesar de eso, el Banco Nación le prorroga la calificación cuando debería haberla modificado. Y en agosto de 2019, en simultáneo con las Paso, la firma deja de pagarle al Banco Nación”.
Fue allí cuando Lozano planeo el nexo político entre Vicentin y el macrismo: “El vínculo político se puede establecer porque el Grupo Vicentin fue el principal aportante a la campaña de Cambiemos en 2019. A partir de sus empresas controladas aportó más de 20 millones de pesos. Eso es un hecho que vincula políticamente a la firma con el gobierno anterior”.
Luego, el nuevo director del Banco Nación señaló que “es irregular tener la calificación vencida en abril, dejar de pagar en agosto y que en noviembre de 2019, pese a que tenía la calificación vencida y había dejado de pagar, recibe 61 millones de dólares más primero y 43 millones de dólares más después, a pesar de que no estaba pagando. Y como si esto fuese poco, existía un conjunto de garantías respecto de la cesión de derechos de exportación. Había una cuenta en la sucursal Reconquista, donde ingresaban los dólares de las exportaciones de Vicentin, y esa cuenta estaba afectada en garantía para operar como respaldo del crédito. En esa cuenta, entre de agosto y diciembre de 2019, entraron 795 millones de dólares. Entró más dinero del que le debe al Banco Nación y el Banco Nación podría haber ejecutado esas garantías y recuperado el crédito, pero tampoco de ejecutaron las garantías”.
Más tarde, ante los diputados provinciales, Lozano habló sobre los posibles caminos a seguir: dijo que hay otras formas para controlar la empresa, “no solamente estatal, formas mixtas, puede haber una que asocie Estado, productores y trabajadores, podemos pensar otro tipo de mecanismos, pero lo central es garantizar que de la deuda se haga cargo quien debe y por otro lado evitar un proceso de extranjerización”. Ni estatización, ni venta a capitales extranjeros.
Según el titular de la entidad bancaria pública, la empresa está en condiciones de pagar sus deudas: “No hay ninguna otra posibilidad que cobrarle porque Vicentin tiene todas las condiciones para pagar. Puede tener algún tipo de problema en términos de reestructuración de sus pasivos, es extraño incluso que haya llegado al concurso, habría que evaluar por qué, porque francamente no hay ninguna justificación para que haya llegado a esta situación”.
Más adelante, el economista consideró que “es una empresa que tiene un flujo de negocios, una potencialidad y activos suficientes como para afrontar la deuda. Estamos hablando de que tiene 3.000 o 4.000 millones de dólares de facturación anual, no es una pyme. No estamos hablando de los perdedores del modelo económico anterior; estamos hablando de los ganadores”.
Además, Lozano denunció que “el 5 de diciembre, la misma fecha en que Vicentin defaultea con todos sus acreedores, el directorio del Banco Nación presidido por (Javier) González Fraga le informó al Banco Central que la empresa estaba en situación normal, es decir que a pesar de que no calificaba desde 2019, a pesar de que había dejado de pagar en agosto, a pesar de eso informaron que estaba en situación 1, es decir, normal”.
“Por lo tanto, lo que tenemos es un manejo irregular por parte del funcionamiento de la empresa, no queda claro lo que pasó con el dinero en un grupo empresario que lo único que evidencia es expansión, y por otro lado lo que tenemos es un trato absolutamente privilegiado a una empresa que tenía un vínculo político con el gobierno anterior y ciertamente tuvo un trato privilegiado”, concluyó el titular del Banco Nación.
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