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Los mitos de la vieja Grecia también relatan el presente

Por: Paola Cándido.- Frieberg se define escritor y helenista. Afirma que los problemas actuales ya fueron expuestos hace milenios.

Gustavo Frieberg se autodefine escritor y helenista argentino. De chico leyó literatura francesa, vivió ocho años en París y en 1996 fundó en Rosario el Centro de Investigaciones Mitológicas y Etimológicas, que organiza viajes temáticos a Grecia, Francia y Egipto, además de dictar cursos en los cuales actualiza la mitología griega vinculándola con la experiencia contemporánea.

Frieberg dialogó con este diario sobre su experiencia.

—¿Qué recuerda de las lecturas cuando era chico?

—Cuando tenía 12 años leí un libro escrito 50 años antes de Cristo, que decía que en la isla de Creta había un niño que corría, se cayó en una vasija y se ahogó. Pensaba que no podía ocurrir algo así, pero veinte años después viajé a ese lugar. Iba caminando y me di cuenta de que había un sitio apartado, le pregunté a la guía qué había allí y me contestó que una especie de vasija de la antigüedad. Miré esas vasijas, que medían dos metros de alto, y ahí comprendí que el relato era verosímil, y que el chico del texto sí pudo haberse ahogado en la vasija.

—¿El Centro organiza viajes a lugares turísticos?

—Tenemos ciertos accesos que otras personas no tienen. En Grecia podemos entrar al Partenón, por ejemplo. No es lo mismo contar lo que ocurrió en cualquier sitio que hacerlo donde realmente pasó. En Egipto es difícil. Tiene graves problemas, el mundo musulmán es muy complejo, hay una pobreza diez veces peor que la de la Argentina, es como una gran pocilga. Hay un cementerio donde viven unas cinco mil personas y no se puede entrar. Pero conozco un guía turístico que nos habilitó el ingreso con un colectivo, aunque sin bajarnos. En la capital, El Cairo, hay una miseria espantosa, vamos a lugares que no se ven, a sitios vedados para el turista habitual, sobre todo si no entiende qué es lo que ocurre allí.

—¿Recorren mitologías urbanas?

—Hacemos París temático, visitamos la casa de los grandes del psicoanálisis, como Jacques Lacan y Sigmund Freud, entramos a los cementerios y vamos a las tumbas de los escritores Julio Cortázar, César Vallejo, Simón de Beauvoir, a la casa que Carlos Gardel tenía en la capital francesa. Conocemos los lugares, hablamos con gente que estuvo vinculada con ellos. Todos esos sitios tienen una simbolización particular. En Grecia, por ejemplo, viven del turismo y de plantar olivos, no molestan al turista porque es el único ingreso que tienen.

—¿Qué es un mito?

—Quiere decir hilo. Hay muchas palabras que son parecidas en el uso coloquial pero que en realidad son distintas. Algunas lenguas utilizan una palabra para algo en particular y no para otras, los franceses tienen diferencia entre la palabra hablada y la escrita.

—Cuente alguna anécdota que rescate de los viajes

—Había una persona del contingente que estaba medicada. Nosotros no lo sabíamos, y no llevó los remedios porque decía que se había vengado de su madre y de su psiquiatra. Un día se estaba bañando en su habitación, tapó la rejilla del baño y se inundó. El hombre argumentó que estaba haciendo el mito del diluvio, de la inundación universal, porque en Grecia hubo dos diluvios.

—¿Cómo se vincula la tragedia griega con hechos actuales?

—Los griegos decían que no sabían si las relaciones tenían sentido, pero sí sinsentidos, esa era la cuestión que había que articular. Hay un mito clásico que aparece en la tragedia: Jasón y su amada Medea, hija del rey de la ciudad estado conocida como Cólquida, a orillas del Mar Negro. Jasón necesitaba conseguir un reinado y le promete una serie de cosas a Medea, pero en realidad era un embustero. Se casó, tuvo hijos y cuando obtuvo lo que necesitaba, la abandonó. Medea, presa de la furia, mató a sus cinco hijos y a la segunda esposa de Jasón para causarle daño. Esto se puede vincular con hechos actuales, como por ejemplo el caso de la madre que mató a su hijo para que sufra su ex marido. El generar daños a otros por despecho era algo habitual en la historia.

—Y son conductas que continúan

—Toda tragedia griega muestra estructuras que se ven hoy: asesinatos filiales de padres a hijos, cuestiones incestuosas. Las relaciones humanas son caóticas. Con los narcisismos tocados, heridos, se producen una serie de cosas que en algunas personas llegan a una violación de límites tal que produce muertes reales. La tragedia griega es lo que coloquialmente vivimos nosotros. Todas las relaciones se fundan en un desequilibrio, y si no se sale de los juegos de poder, de las histerias, no hay vínculo posible.

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