Sufrió más de la cuenta. Terminó con dos jugadores más que el rival. En varios pasajes se vio enmarañado en el planteo del rival. Pero así y todo se quedó con un triunfazo.
Gracias al gol de Marco Ruben cuando el partido se moría y parecía que el equipo de Eduardo Coudet sólo iba a sumar de a uno. Central ganó porque nunca se resignó, porque lo buscó por todos lados a un rival que sabe a lo que juega. Pero el Canalla lo arrinconó, se lo llevó por delante y terminó de poner a su favor un partido complicado de principio a fin.
Tigre sufrió la expulsión de dos jugadores de manera justa. Y sin dudas, eso le vino como anillo al dedo a las aspiraciones de un equipo que, a pesar de no encontrar el juego deseado, no claudicó nunca a buscar el resultado.
La primera parte fue todo un indicio del partido que se iba a jugar en el Gigante. Es que a pesar de la mala puntería de Fernández (tuvo dos y las tiró afuera) al equipo del Chacho le costó en demasía poder salir de la telaraña que le planteó Tigre en la mitad de la cancha. Es que el rival no se apartó nunca de su libreto y le cortó siempre los circuitos de juego que ensayó una y otra vez el Canalla, pero sin suerte. Ya que más allá del planteo del Matador, los encargados de generar juego en Central no estuvieron finos con la pelota y no ocuparon los espacios de manera correcta. Por esto el DT le dio libertad a Cervi, quien rápidamente dejó el sector izquierdo para ubicarse como enganche, pero tampoco pudo desequilibrar.
Fernández fue el hombre más peligroso que tuvo Central en ofensiva. El volante tuvo dos ocasiones inmejorables para marcar pero dilapidó ambas por arriba.
Tras el descanso, el Chacho dispuso un marcado 4-3-3 con el tridente ofensivo conformado por Cervi (por la derecha), Delgado y Ruben. Y cómo no funcionó tampoco, el DT mandó a Niell y sacó al Chelito.
El rival se encontró con el gol casi sin buscarlo. Y eso sonó como un despertador: Niell por Delgado y a buscarlo por todos los sectores del campo. En la primera que tocó el Enano convirtió. Luego de las dos expulsiones en Tigre, Central fue y fue. Pero el desenlace recién llegó a poco del pitazo de Ceballos. Ruben, el que más luchó, tuvo el gran premio. Central ganó un partido bravísimo, pero sin dudas los tres puntos que se quedaron en Rosario fueron para el que más buscó, para el equipo que nunca se resignó a pesar de la telaraña que significó el planteo del mezquino Gustavo Alfaro. Dos partidos y dos triunfos. Seis puntos de seis en juego. Mucho para un equipo que aún está en formación, aunque el comienzo es excelente.
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